10 de diciembre: los derechos y la pandemia

Hoy 10 de diciembre es el aniversario de la firma en Ginebra la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. Aquél era un contexto histórico excepcional tras la catástrofe provocada por la IIª Guerra Mundial, la división del mundo en dos bloques enfrentados en una permanente guerra fría y un panorama internacional necesitado de estabilidad. El artículo 25 de la Declaración afirma que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios… Han transcurrido más de siete décadas y nos encontramos inmersos en una crisis sanitaria global sin precedentes. Un centenar de países, liderados por India y Sudáfrica, reclaman ante la OMC [Organización Mundial del Comercio] que se suspenda excepcionalmente el modelo actual de patentes en los medicamentos para tratar a los enfermos de COVID. Las patentes son el principal obstáculo para el acceso universal a los medicamentos. Lo que piden es suprimir temporalmente los derechos de propiedad sobre tecnologías, medicamentos y vacunas contra la COVID mientras dure la pandemia. Recientemente, con el apoyo de la OMS, se ha creado una organización internacional llamada COVAX para garantizar la equidad en la distribución de vacunas y fármacos. En esa colaboración para un acceso equitativo mundial a las vacunas contra la COVID-19 participan 172 países que buscan el acceso a los países más pobres. COVAX ha recaudado más de 1.700 millones de euros, pero eso no es suficiente. La exclusión de los más pobres también en este mercado ha impulsado la iniciativa de India y Sudáfrica, solicitando que se suspendan los derechos de propiedad intelectual sobre cualquier tecnología, medicamento o vacuna contra la COVID hasta que se consiga la inmunidad de grupo, que la OMS estima en torno al 70% de la población global. Un centenar de países de la OMC además de numerosas ONG y organizaciones de la sociedad civil apoyan la demanda incluyendo la OMS, pero los acuerdo en la OMC se adoptan por consenso y parece poco probable que la Comisión sobre Acuerdos de Propiedad Intelectual de la OMC adopte el 17 de diciembre una decisión en ese sentido.

Los países más ricos rechazan la propuesta, y entre ellos la Unión Europea y España. Consideran que no es necesario suspender los derechos de patente para poder hacer frente al suministro y distribución de medicamentos y productos sanitarios durante la pandemia. Y aún más, un diario español atribuye al Ministerio de Industria y Comercio español la siguiente declaración: “No hay ninguna prueba de que los derechos de propiedad intelectual sean una verdadera barrera en relación con los medicamentos y tecnologías relacionados con la covid-19″. Una declaración cuanto menos sorprendente. Y mientras todo ello nos muestra, una vez más, la tragedia humana de la pobreza frente al acceso a la atención sanitaria los medios nos inundan hasta la saciedad con datos epidemiológicos, confinamientos excepcionales y ancianas inglesas de 90 años que reciben la vacuna con regocijo. ¿Dónde miran los medios y quién decide lo que de verdad es importante? También en este asunto, la miseria de los pobres cobrará vidas y al final nos arrastrará a todos, también a los ricos, por miserables.