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La pesca recreativa y furtiva condena a las barcas artesanales de la Marina Alta a desaparecer en cinco años

Los representantes de la pesca tradicional de la Marina Alta en el puerto de Xàbia.

Arturo Ruiz

Dénia —

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Un arte ancestral de vida, heredado de generación en generación, se halla al borde de la extinción. “Si las cosas no cambian la pesca artesanal va a desaparecer en cinco años, nuestra situación es crítica”, asegura Pepe Serrat, vicepresidente de la Cofradía de Pescadores de Xàbia y armador de una de las tres embarcaciones de este tipo que quedan en EL municipio. Junto a él, comparecen compañeros del resto de la comarca: de Dénia, donde quedan seis barcas; de Moraira, donde hay otras tres. Nadie de Calp porque allí ya han desaparecido. En la Marina Alta sobreviven 12.

El sector se enfrenta a problemas gigantescos. No hay relevo generacional y Serrat, que es el más joven, tiene 35 años. No viene nadie detrás de él. “¿Cómo se va a interesar un joven por este oficio cuando tienes que sacarte mil títulos a un precio de oro y después no hay ningún salario fijo que te ayude a pagar 800 euros de alquiler o hipoteca?”. Serrat confiesa que hay meses en que es su pareja quien lo hace.

Quiénes son los grandes enemigos

El gran enemigo de la pesca artesanal es la recreativa, que se ha multiplicado durante los últimos años impulsada por el turismo. “Está desbocada, actúan sin control, sin regulación”. La puntilla han sido los charters que se dedican a una suerte de turismo pesquero, multitudes que salen al mar para practicar la pesca como un hobby, pueden capturar hasta 25 kilos sin declarar y de cuyo destino final no dan cuenta.

Aparte del negocio turístico también sacan beneficios vendiendo esas capturas sin controles sanitarios, sin explicaciones, directamente a restaurantes, que por su parte también son cómplices. Navegan de lunes a domingo y finalmente practican el mercado negro.

Serrat insiste en que esas prácticas interfieren con la pesca artesanal hasta el punto de arruinarla por completo. Los recreativos/furtivos, que se han multiplicado por diez en la última década, buscan las mismas piezas que ellos, las de mayor valor económico: déntol, mero, langosta, pulpo, sepia…. “Van a exterminarlo todo”.

Agravios por todas partes

“En un solo día pueden pescar el equivalente a una jornada de un profesional”. Por el contrario, los pescadores artesanales han de declarar todas sus capturas, han de demostrar su procedencia con interminables trámites burocráticos y utilizan las técnicas ancestrales, mucho más sostenibles.

No son solo charters. Estos profesionales ven cada día una multitud de kayaks con más cañas de las autorizadas y navegando en aguas exteriores, lo que está prohibido. Incluso se les dota de un motor eléctrico y pueden alcanzar velocidades de hasta 7 nudos. También se dedican a lo mismo lanchas, neumáticas, pescadores de tierra o submarinos que apresan pulpos en plena época de desove, con un perjuicio fatal para esta especie.

Los desmanes en la Roca dels Feliu

Un ejemplo bien significativo de estos “desmanes” lo constituye la Roca dels Felius, el promontorio submarino frente a las costas de la Marina Alta. Debido a su gran biodiversidad, se erige en un magnífico caladero de pesca, pero las barcas tradicionales únicamente pueden faenar de abril a septiembre. El resto del año, a excepción del cerco, hay veda. Sin embargo las recreativas se la saltan y navegan hasta allí en cualquier estación del año.

“Se burlan de nosotros” dicen estos profesionales, que recuerdan con amargura cómo las flotas de Dénia, Xàbia y Moraira colaboraron en la preservación de este tesoro submarino. Incluso aparecen fotos de clientes de charters presumiendo de sus capturas allí y a veces nombrando a los patronos, que suele ser además gente de la comarca. “Eso es lo más triste, que son vecinos nuestros, todo el mundo sabe quienes son y un día vamos a tener un problema”.

Buscando soluciones

Las barcas artesanales piden más vigilancia, pero no solo eso. Exigen que la pesca recreativa devuelva las capturas al mar o las lleve a la lonja para declararlas. Piden también mayor control sobre los restaurantes, que es uno de los motivos por los que este lunes han concertado una reunión con la alcaldesa de Xàbia, la popular Rosa Cardona. Además el sector demanda que la actividad recreativa se regule en horarios y en cupos para que cesen de esquilmar el mar.

Otra petición es crear una etiqueta de Peix de la Marina para demostrar la procedencia del producto hasta su llegada al restaurante con un código QR que informe sobre la embarcación que lo ha capturado y el método de pesca usado. De esta forma ya no sería posible colocar en la hostelería ejemplares ilegales. En Baleares ya lo están haciendo.

Porque ahora la situación para esta tradición atávica de la mar es tan complicada que “o son ellos o nosotros”. Así lo dicen con un pesimismo que deja entrever el final de una época legendaria los participantes en la reunión: Michel, de la embarcación Zeus ,y Pedro, del Punta Molins (Dénia); Pepe Serrat, del Chatet II, y Pepe Serrat, del David (Xàbia). Y Diego Noguera Sapena, del Nueva Villa de Moraira, Miguel Soler Delgado, del Nou Sirera, y Juan Diego Noguera, del Diego y María (Moraira).

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