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15M: por una Valencia sostenible

PAU MARTÍN RIVERA | MARCOS ANDÚJAR VERDÚ

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El pasado 15 de marzo fue un día llamado a marcar un punto de inflexión en la sociedad. Estudiantes en miles de ciudades del mundo hicieron huelga y se concentraron para revindicar a los líderes políticos la declaración del estado de emergencia climática. Empoderándose, les dicen a la cara algunas verdades: “seréis recordados como los mayores villanos de la humanidad”, “hemos venido a limpiar vuestro desastre”. Con el hartazgo de ver como uno tras otro los compromisos adquiridos por los estados para reducir el calentamiento global no se cumplen, optan por tomar el mando con optimismo. Es cierto que no hay mucho tiempo, pero como dice una canción, el que hay está todo por delante. Hay motivos para pensar que este movimiento ha venido para quedarse y que en torno a su acción aglutinará cada vez a más sectores de la sociedad. Para empezar tienen un potente icono como referente, Greta Thumberg, la chica de dieciséis años que inició las huelgas y con un carisma fuera de lo normal: la manera fría, directa y decidida con la que transmite su mensaje se mezcla con su aspecto de niña con un resultado que capta la atención de forma casi hipnótica.

Pero además, paralelamente a este movimiento, otras movilizaciones ciudadanas pretenden poner la defensa del medio ambiente en el centro de las políticas. Desde movimientos a nivel global como “Extinction Rebellion” o el recién creado “Madres por el Clima” a plataformas locales cada una con su lucha particular en la defensa del medio. A las organizaciones ecologistas, iniciadoras y mantenedoras de la defensa, se les une ahora la ciudadanía empoderada. El ecologismo empieza a transcender de los colectivos que lo han sustentado tradicionalmente como en su día el feminismo transcendió de las organizaciones feministas y se puso en el centro de la vida política.

Nuestra ciudad afortunadamente no es ajena a este fenómeno. El 28 de febrero se presentó en la plaza de Benimaclet la plataforma “València no està en Venda” cuyo lema es “Protegim el territori, defensem l´habitatge”. Aglutina diferentes movimientos ecologistas y colectivos ciudadanos con luchas particulares a favor de una ciudad más sostenible. Se unen para tener más fuerza en sus reivindicaciones: paralizar la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), frenar la especulación urbanística de los PAI de Benimaclet o el Grau, proteger “l´Horta”, frenar la ampliación de la V-21 o demandar una vivienda digna son algunas de ellas.

Todas estas movilizaciones  llegan con fuerza y los partidos políticos han de estar a la altura; sobre todo aquellos que se autoproclaman progresistas. Se ha terminado el tiempo de las medias tintas y los posicionamientos de perfil. Se ha terminado el tiempo de eludir responsabilidades y decir “no se puede” aludiendo a compromisos adquiridos con los poderes económicos en el pasado. El único compromiso que deben tener los partidos políticos es con la juventud que hace huelga y se concentra, también hoy, en las plazas de las ciudades. Es la hora de implementar políticas valientes sin tener las manos atadas. Nos estamos jugando el futuro del planeta, literalmente.

No podemos permitirnos proyectos que supondrían un deterioro medioambiental notable para nuestra ciudad. En la pasada legislatura no ha habido la voluntad política necesaria desde la alcaldía para oponerse a la ampliación de la V-21, que va a destruir 80,000 m2 de huerta  invitando todavía a más gente a entrar con el coche a la ciudad. Esto último resulta bastante contradictorio, ya que desde  la concejalía de movilidad, se han realizado   iniciativas conducentes a la reducción del tráfico urbano.  

Afortunadamente aún estamos a tiempo de que la administración municipal entre en sintonía con las reivindicaciones ciudadanas y logremos paralizar y revertir otros proyectos que ahora mismo están encima de la mesa como la ZAL, la ampliación depredadora del Puerto o los PAI del Grau y de Benimaclet.

En el caso de la ZAL se emplearía  suelo no urbanizable para el establecimiento de una infraestructura empresarial. Este proyecto impediría la renaturalización de los terrenos para crear un corredor verde que una  los  parques naturales de L’Albufera y el Túria por el único lugar por el que es posible, pese a opciones que de momento no son más que castillos en el aire propuestas por el alcalde para hacerlo por el cauce nuevo. Solo València en Comú se ha opuesto a la reactivación de la ZAL pese a que Compromís también prometió en su día que no apoyaría el proyecto. Al final su falta de decisión ha ocasionado que solo el recurso interpuesto por “Horta és Futur. No a la ZAL” en los tribunales pueda frenar su desarrollo.

La actividad portuaria es sin lugar a dudas una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero de la ciudad. Hay que poner freno a su expansión, máxime cuando ésta se basa en unas supuestas necesidades insuficientemente contrastadas.

Los PAI del Grau y de Benimaclet están diseñados según modelos de ciudad de hace 30 años y en la actualidad chocan de manera frontal con el modelo de ciudad sostenible que necesitamos para que el clima no colapse.

Hoy las plazas volverán a llenarse de estudiantes y movimientos ciudadanos para reclamar medidas también a sus administraciones locales. Nos quedan 12 años. La legislatura que se iniciará en mayo supondrá un tercio de ese tiempo. No nos podemos permitir tener en el ayuntamiento un pacto de derechas que niega directamente que exista el cambio climático. Pero tampoco podemos permitirnos que una reedición del “Pacte de la Nau” no se oponga frontalmente a proyectos como los anteriormente enumerados.

Einstein dijo que “la humanidad solo tendrá una generación de idiotas”, después de ella la civilización estaría condenada a la perdición. No estamos ante esa generación: ejemplos como el de Greta Thumberg o la gente de “Valencia no està en venda” lo demuestran. No es esa la cuestión. La cuestión es si los políticos serán recordados como villanos por no hacer caso de manera idiota a toda una generación.

Pau Martín Rivera es ingeniero de Montes y Marcos Andujar Verdú, biólogo, de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Movilidad de Podem València

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