La percepción del transporte público en València empeora: la valoración de la EMT cae en dos años

Las quejas sobre el transporte público suelen encontrarse en el ranking de perjuicios en todas las encuestas municipales. Si uno le pregunta a cualquier vecino qué debería cambiar en su ciudad, lo habitual es que plantee que aspectos sobre limpieza, seguridad y transporte. En el caso de València, las quejas sobre el transporte público se encuentran en el 'top 10' de problemas que subrayan los vecinos, encuestados periódicamente por el Ayuntamiento. La preocupación viene detrás del problema de la vivienda, al frente de los quebraderos de cabeza de media Europa, así como de la limpieza, la seguridad, y, evidentemente, la drástica dana del pasado 29 de octubre, que arrasó el área metropolitana y las pedanías sur de la ciudad.

El último barómetro municipal, publicado el pasado julio, con datos del mes anterior, apunta a un cambio en la percepción del transporte público de la capital. El servicio, que estaba bastante bien valorado en años anteriores, ha comenzado a descender. En un año han coincidido numerosas obras en la ciudad que complican los desplazamientos, como las de la Avenida Pérez Galdós, que se solapan con las obras de la línea de metro que lleva a la playa, forzando los autobuses urbanos en temporada alta y, además, un conflicto con la Generalitat Valenciana sobre el descuento de los abonos, que ha llevado a la Empresa Municipal de Transporte (EMT) a pedir un crédito de 40 millones de euros.

Las encuestas ponen números a las conversaciones cotidianas. El último barómetro puntúa el servicio de autobús con un 6,6, todavía un aprobado. Sin embargo, en 2024, el servicio recibía un 7,2; son seis puntos porcentuales menos en un ejercicio. El 31,3% de los encuestados cree que ha mejorado, el 52% que sigue igual, y el 15,4% restante que ha empeorado. En la misma encuesta, donde se preguntaba por las principales preocupaciones, los vecinos también lanzaban más líneas, frecuencia, paradas de transporte público.

En este barómetro, centrado en innovación, se preguntó también sobre aplicaciones para mejorar la calidad de vida empleando la inteligencia artificial. El 33% de los encuestados, el segundo porcentaje más elevado, cree que la prioridad debe ser la mejora del transporte público y la movilidad sostenible. El 26% lo considera su segunda prioridad. Los problemas de tráfico y de movilidad pasan de ser el octavo problema para la ciudadanía en diciembre de 2024 (5,3 %) al cuarto problema en julio de 2025 para un 5,1 % de las personas encuestadas.

En marzo de 2023, poco antes de las elecciones municipales, el equipo de gobierno de Compromís y el PSPV publicó un barómetro exclusivo de movilidad en la ciudad. Según este estudio, los valencianos puntuaban con un 7,9 sobre 10 la facilidad para desplazarse en autobús por la ciudad. Era la mejor puntuación, solo por detrás de desplazarse caminando, algo relativamente fácil en una ciudad mediana y plana. El 44% de los encuestados consideró que el consistorio debería potenciar este medio de transporte público, el primero en prioridades.

En dicho barómetro, cerca de la mitad de los encuestados consideraban que los desplazamientos en autobús urbano eran “cómodos”. Se trata de la respuesta a un cuestionario que pedía aplicar un adjetivo a distintos medios de transporte. El 44% apuntó esta opción, mientras que el 29% consideró que es lento y el 28%, barato. El autobús fue el medio considerado más cómodo para los encuestados, por encima del metro. Un 35% de los encuestados apuntó que había sustituido sus desplazamientos en coche o moto por el autobús para ir a trabajar. Más de un 80% pedía mejorar el transporte público, un porcentaje similar al que destacaba que la ciudad estaba muy bien dotada o bien dotada en cuanto a este servicio de movilidad.

En 2024, ya con el equipo de gobierno de PP y Vox, la EMT publicó una encuesta propia sobre el servicio, una encuesta de satisfacción de clientes. El consistorio destacó que “otorga un histórico índice del 8’39 frente al 7’66 del último estudio realizado en 2017, antes de la pandemia”. Se elaboró entre enero y febrero de dicho año, tras los primeros seis meses de mandato.

Plan rector: 10 nuevas líneas

En València y su área metropolitana se registran más de 6 millones de desplazamientos diarios en una población que no deja de crecer. El 40% utiliza el autobús urbano en estos trayectos. Con este panorama, la EMT presentó recientemente un plan director, que prevé crear 10 líneas nuevas en los próximos tres años, entre ellas, las más próximas, las que conectan los nuevos barrios de Turianova y la reactivada Sociópolis. El plan pretende crear 23.8 km de nuevos carriles-bus, alcanzando un total de 123 km, y algunas líneas circulares para mejorar la conexión de los barrios.

La oposición en movilidad, capitaneada por Compromís, que ostentaba estas competencias en los dos mandatos anteriores, cuestiona el plan rector, señalando que olvida aspectos clave como la nueva línea de tranvía, que afectará al recorrido de decenas de autobuses. La coalición criticó que el modelo “puerta a puerta” implica que el autobús “tarde una vida” en hacer un recorrido y que pasen decenas de vehículos por las paradas. Son, a su parecer, “poco competitivos” respecto al vehículo privado.

El concejal de Compromís Giuseppe Grezzi también consideró que la línea 96, una nueva circular, representa un “sinsentido” porque “replica en recorrido e intenciones el servicio que ya ofrece Metrovalència con sus líneas 5, 6, 7 y 8 (lo que significaría un derroche de dinero público duplicando el servicio existente), sino que, como se puede comprobar poniendo el plano de su línea sobre el mapa de las existentes, más del 50% del trayecto que dice que va a hacer lo realiza ya exactamente igual la actual línea 92 de EMT, aunque con la Malvarrosa y no el paseo de Neptuno como origen y destino”.