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La polémica ampliación del Puerto de València llega a los presupuestos participativos: vecinos proponen el desmontaje de los diques

Panorámica del Puerto de València.

Carlos Navarro Castelló

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El pasado viernes 6 de noviembre arrancó la séptima edición de Decidim València, el proceso participativo por el cual vecinos de forma individual o asociaciones de todo tipo pueden proponer inversiones para mejorar sus barrios, unas propuestas que posteriormente se eligen en función de su viabilidad técnica y de los votos que reciben.

Para estos presupuestos participativos, el Ayuntamiento reserva cada año 8 millones de euros de la partida municipal para inversiones.

Así, según calendario establecido, hasta este 23 de noviembre los interesados pueden presentar sus propuestas. Hasta el pasado martes 17 de noviembre se habían presentado 773 iniciativas. Sin embargo, desde este viernes se ha sumado al menos una más que no ha pasado desapercibida por su carga simbólica.

Vecinos del Marítimo han elevado al proceso el desmontaje de los diques de abrigo de la polémica ampliación norte del Puerto de València, cuya culminación ha suscitado una importante respuesta ciudadana canalizada mediante la campaña 'Menys port, més València', que ya ha recogido más de 1.000 firmas para paralizar el proyecto.

Según la argumentción de la propuesta, “la Autoridad Portuaria pretende continuar con los planes de duplicar la capacidad del puerto de València, un plan ideado hace 15 años y que en el actual contexto no tiene más sentido que servir las necesidades de MSC”.

Además, añade que a cambio de esta infraestructura, València se queda “con el doble de terrenos comido en el mar por el puerto artificial, las playas del sur desapareciendo, el aire que se respira por encima de niveles de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de compuestos de azufre y nitrógeno, el Parque Natural de la Albufera en peligro, la poca posidonia que queda con más impactos si cabe y el río sin conexión con el mar”.

En el apartdo económico, los promotores de la iniciativa exponen que se perderán “500 puestos de trabajo por ser una terminal totalmente robotizada y de control remoto, una huerta que da de comer derrotada y se hará una inversión pública de 400 millones de euros solo para la explanada, a los que hay que añadir no menos de 2.500 millones más para los accesos necesarios para dar salida y entrada al doble de mercancías”.

Por este motivo consideran que “en un contexto de crisis sanitaria, crisis económica, emergencia climática, y ante una supuesta transición ecológica, lo que tiene sentido es desmontar el dique de abrigo hecho y abandonar definitivamente cualquier ampliación del puerto”.

La propuesta requiere de 30 apoyos para pasar el primer corte, pero no deja de tener un carácter más de visibilización y sensibilización ante la ciudadanía, ya que el Ayuntamiento no tiene competencias para llevar a cabo esa actuación, que además presupuestariamente sería mucho más elevada de los 453.000 euros con los que cuenta el distrito de Poblats Marítims para sus inversiones. Sin embargo, si saliera elegida sería un argumento más para frenar la expansión portuaria.

Todas las propuestas de inversión deberán recabar hasta el 30 de noviembre al menos 30 apoyos de vecinos y vecinas (15 en el caso de los pueblos) para que pasen a la siguiente fase de evaluación técnica, jurídica y presupuestaria por parte de los servicios técnicos municipales. Tras este estudio de viabilidad, se presentarán las propuestas que pasarán a votación ciudadana, fase que tendrá lugar desde el 11 al 28 de febrero de 2021.

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