Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Sandra Gómez, vicealcaldesa de València: “El túnel submarino como acceso norte al Puerto debe descartarse, la alternativa es el Corredor Mediterráneo”

La vicealcaldesa de València, Sandra Gómez.

Carlos Navarro Castelló

4

La vicealcaldesa socialista y concejala de Desarrollo Urbano de València, la socialista Sandra Gómez, analiza con elDiario.es la actualidad política y municipal. En esta línea, resta importancia a los habituales roces con Compromís, les desea suerte en la decisión sobre el futuro de Ribó porque ambos partidos “deben ser fuertes” para mantener el Gobierno municipal y afirma que se siente respaldada para reeditar su candidatura a la alcaldía “por la dirección del PSPV, aunque son los militantes los que deciden”.

Gómez afirma que si la ampliación del Puerto de València requiere de una declaración de impacto ambiental apoyará que se haga y lamenta “la falta de interlocución” que hay con la dirección del Valencia CF sobre la intención del club respecto al futuro del nuevo estadio, una situación “que no favorece la confianza”.

Parece que los conflictos con los socios de Compromís van a más en los últimos meses, los últimos a cuenta del monolito del 15M o de la reurbanización de Ausiàs March, ¿no creen que airear tanto estas discrepancias es contraproducente de cara a su electorado para conservar la mayoría de izquierdas?

No, el Gobierno estará en cuestión si se cometen errores que desconecten con la mayoría progresista o de los ciudadanos y ciudadanas. Es normal que en un gobierno de coalición puedan surgir roces, pero lo que no hay que hacer es dramatizarlo. Es sano que existan diferentes puntos de vista para llegar a puntos de acuerdo mejor trabajados y más debatidos. En segundo lugar es normal que puedan surgir roces porque al final somos partidos progresistas y hay más cosas que nos unen de las que nos separan y por lo tanto el espacio electoral es muy similar, por eso en los gobiernos de coalición de vez en cuando existen roces. A nivel de estabilidad de gobierno siempre nos ponemos de acuerdo cuando llegan los momentos importantes. Por ejemplo, si no pasa nada volveremos a ser la primera gran ciudad que apruebe los presupuestos municipales. En la época de la COVID-19 también hubo un cierre de filas para gestionar una crisis histórica. Ahora que ya se ha recuperado la normalidad política es normal que haya diferencias de planteamientos.

Compromís les ha acusado, en concreto al concejal de Hacienda Borja Sanjuán, de faltar al respeto al alcalde Joan Ribó. ¿Cree que ha sido así?

No, yo creo que en todo caso ha sido al revés. Y no es por echarnos balones unos a otros, pero es que creo que faltar al respeto no es abrir un debate. El otro día se debatió sobre la cifra de inversión en Cercanías y se cometió un error a la hora de citar la cifra, que cada partido puede valorar si es suficiente o insuficiente, pero lo que es una realidad es que las cifras están en los presupuestos y lo pusimos de manifiesto. Y eso está dentro del debate político, porque esto es política y en política se debate y se contrasta. Al iniciar un debate no se puede caer en la intolerancia por corregir o apuntar al alcalde. Eso no es una falta de respeto porque el alcalde, al que yo particularmente respeto y aprecio, es un político más y se le puede debatir. Ahora bien que eso tuviera como respuesta una falta de respeto al concejal por parte de la vicepresidenta Mónica Oltra (dijo que no le llegaba a “la suela del zapato 'sudao'”) sinceramente creo que estuvo fuera de lugar.

Los últimos proyectos urbanísticos, tales como las reurbanizaciones de las calles de Xàtiva y Guillem de Castro o de Ausiàs March, han sido también motivo de conflicto entre socialistas y Compromís, pese a que coinciden en esa política de recuperación de espacio peatonal en detrimento del vehículo privado. ¿Existe una disputa o una carrera por abanderar estas actuaciones?

Las discrepancias vienen siempre del mismo lado. Me gustaría hacer un llamamiento a la valentía que siempre decía tener Compromís para que la siga manteniendo. Nosotros queremos hacer una ciudad más verde, más peatonal, que luche contra la contaminación, no solo de CO2, sino también acústica, de recuperar espacio para los peatones, para que los niños jueguen y los mayores paseen o se sienten. En definitiva una ciudad más para todos y todas. Llegó un momento en que, con el auge del vehículo privado, se perdió ese espacio público para dárselo al tráfico. Ahora estamos en un proceso de reequilibrio porque tampoco hay una guerra frontal contra el coche como dice la oposición. Lo que queremos es reequilibrar y que se priorice el transporte público y la movilidad peatonal. Entonces, si eso lo compartimos, ¿dónde está el problema? Pues parece que en que son propuestas que llevamos a cabo desde urbanismo y desde el partido socialista, pero creo que no se puede caer en ese infantilismo de según quién proponga la propuesta se esté o no de acuerdo.

Les han reprochado falta de comunicación, desconocimiento de esos proyectos. ¿Es ese el problema?

Todo lo que se hace desde Urbanismo se habla con Movilidad porque se trabaja conjuntamente a la hora de localizar los tráficos y la planta viaria. Creo que es un problema de quién hace la propuesta. Por eso hago un llamamiento a esa valentía que quiere demostrar siempre Compromís para que la demuestre en estas iniciativas, que claro que serán controvertidas. Por ejemplo la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento, el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, no es partidario de peatonalizarla entera y es algo extraño. Nosotros sí que apostamos por una peatonalización completa.

¿En el caso de la avenida de Ausiàs March, no se corre el riesgo de generar un embudo al tratarse de un acceso principal a la ciudad?

Lo que existe en estos momentos es un mal trazado del vial con esa rotonda que conecta con la avenida de Hermanos Maristas. Tenemos en la ciudad una avenida que es más grande que una autovía y lo que proponemos es una reformulación de ese acceso de Ausiàs March a Hermanos Maristas. Hay que tener en cuenta que estos proyectos no se proponen por proponer. Se hace un estudio muy detallado y pormenorizado del tráfico. Esta vía está infrautilizada y hay un 80% del espacio público para el tráfico, y solo un 20% para el resto de usos, por eso queremos reequilibrarlo. Cuando mejore la conexión con Hermanos Maristas no veremos ni un atasco más.

¿Al mismo tiempo no se debería de potenciar más el transporte público para favorecer que la gente que vive fuera del término municipal deje el coche para acceder al casco urbano de València?

Estoy de acuerdo, creo que hace falta un cambio valiente en el ámbito del transporte público que debe pasar por una oferta metropolitana, que la Autoridad Metropolitana de Transporte tuviera la capacidad de sumar el transporte de Cercanías, Metro y EMT en una única empresa pública que, con una integración tarifaria, posibilitara moverse con un único billete. Eso sumado a una inversión suficiente para potenciar el servicio no solo en València sino en su entorno para facilitar que la gente pueda venir en transporte público, sea la modalidad que sea, evitando así atascos. Creo que la EMT ha avanzado mucho en estos seis años pero tenemos mucho margen de mejora y eso solo lo podemos conseguir con una decisión valiente, en la que la Generalitat pueda aportar los recursos económicos y personales, así como la dirección pertinente, junto a los municipios del entorno y siempre con el peso predominante de València.

Los planes urbanísticos más importantes parece que se están atascando. ¿En qué situación está el Programa de Actuación Integrada (PAI) de Benimaclet?

Yo creo que los vecinos y vecinas de Benimaclet tienen derecho a decidir su futuro y a que se les pregunte. Ya les preguntamos con el proceso de participación anterior y quedó bien claro que querían un gran parque compatible con usos deportivos, culturales, de huertos urbanos, pero que querían desarrollar el sector. A día de hoy, la situación de parálisis que arrastra de hace décadas creo que no la quiere nadie. Entonces, estamos trabajando para lanzar ese proceso nuevo de participación ciudadana.

¿Tienen ya un acuerdo sobre el número de viviendas?

No me gusta hablar de un dato cerrado porque puede parecer muy discrecional. Estamos en el punto que propuso la asociación de vecinos, se dijo 1.000 y llegamos a ese acuerdo. Hay una necesidad de vivienda pública y de alquiler accesible dentro del barrio que con el desarrollo del sector lo podemos cubrir. Se han puesto sobre la mesa cuestiones que no atacan el problema de fondo. Cuando se dijo de hacer adosados o casas de pueblo, defendí que en la zona más cercana a Benimclet podíamos cerrar la trama urbana guardando la tipología de casas de pueblo, pero que eso de bajar de 1.000 viviendas que propusimos a 350 casas de pueblo iba a tener efecto de gentrificación, porque Benimaclet tiene un problema de vivienda pública y es uno de los barrios con los precios de alquiler más altos de València. Es como una especie de gran residencia de estudiantes por estar tan cerca de las universidades y eso eleva mucho los precios del alquiler. Por otra parte, no puedo compartir que todo el sector se convierta en huertos urbanos cerrados y privativos que no puedan compartirse con el resto de vecinos y vecinas. No entra en mi modelo de ciudad fomentar la ocupación, los vallados o los cierres. Las huertos urbanos, como en otros barrios, son necesarios, pero compartidos con otros espacios para que los niños jueguen, que los mayores paseen o que haya instalaciones deportivas o dotaciones educativas de calidad, como una escoleta pública, y no en un bajo como se ha llegado a decir. No vamos a tener a los niños en un bajo por tener más huertos urbanos.

¿Y cómo y cuándo se va a desarrollar ese nuevo proceso participativo?

Lo vamos a lanzar desde la empresa publica Aumsa y vamos a preguntar a todos los vecinos y vecinas de nuevo para intentar llegar a un consenso y estoy segura de que lo conseguiremos. Ya ha habido un acercamiento desde la postura inicial de Compromís hasta la de hoy y es verdad que postulados más radicales como el de las 300 viviendas, o la ausencia de la escoleta o las instalaciones deportivas ya se han quedado atrás y se han ido incorporando. Si dejáramos de hacer partidismo en el barrio e hiciéramos un proyecto pensando en el barrio y en la ciudad no habría tantas diferencias.

Para Compromís era importante la gestión directa del PAI, que fuera el Ayuntamiento y no la promotora la que lo diseñara. ¿Ahí se han puesto de acuerdo?

Sí, para llegar a un acuerdo lo que propusimos es hacer un concurso que contara con las aportaciones del proceso participativo de vecinos y vecinas. No podemos pensar por ellos, eso es lo que hacía el PP. Será un proceso parecido al de la plaza del Ayuntamiento, primero los vecinos harán sus aportaciones y con ellas Aumsa elaborará un diseño que recoja todas las sensibilidades. Todo este proceso, incluido el diseño, queremos tenerlo finalizado antes de las próximas elecciones de 2023.

¿Cómo están las negociaciones con los propietarios del suelo del PAI del Grau para recuperar esos 45 millones que puso en su día la Generalitat para asfaltar el circuito urbano de Fórmula 1?

Lo que queremos es llegar a un acuerdo. La Fórmula 1 fue la gran estafa del PP. En 2007 nos engañaron a todos diciéndonos que no nos iba a costar un euro y, de momento, nos ha costado 45 millones. Ahora va a ser nuestra faena que ese coste sea el mínimo posible para el Ayuntamiento y para la Generalitat y estamos en ese proceso de negociación con las empresas. La postura del vicepresidente del Gobierno valenciano Héctor Illueca de reclamar al Ayuntamiento el pago de esos 45 millones no la puedo compartir. Al final es dinero público salga de donde salga y lo lógico es seguir con esa negociación con los propietarios del suelo y ver hasta dónde se puede llegar.

¿Para cuándo la aprobación del Plan Especial del Cabanyal?

Está acabado y pendiente de aprobación por parte de la Conselleria de Cultura con algunos pequeños cambios que tendremos que incorporar, no son cambios sustanciales. En cuanto Cultura le dé el visto bueno, se aprobará en el pleno del Ayuntamiento.

Recientemente comentó que si el Valencia CF reiniciaba las obras del nuevo estadio, el Ayuntamiento no pediría la nulidad de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) del nuevo estadio. ¿Ha mantenido algún contacto reciente con el club que le permita pensar que van a retomar los trabajos?

No, desde que todo esto se ha empezado a hablar no hemos tenido noticias de ellos, no sabemos nada. Hay tal falta de interlocución que no favorece la confianza. Solo sabemos lo que se comenta en los medios en relación a que parece ser que el club va a presentar el proyecto, que por otra parte llevamos dos años solicitando, igual que el proyecto del polideportivo de Benicalap ha llegado por fin 12 años después para compensar la mayor pérdida de dotación pública que ha habido en esta ciudad con el nuevo estadio. La postura que hemos mantenido algunos dirigentes políticos en la línea de presionar para que el club cumpla sus compromisos con la ciudad está dando sus frutos. En este último año se han puesto las pilas y al menos ya han presentado el proyecto del pabellón. Pero esto no tiene nada que ver con la ATE, porque con ATE o sin ella el club está obligado a hacer tanto el estadio como el pabellón. A partir de ahí, mantenemos la posición del informe del Ayuntamiento que condiciona la vigencia de la ATE a que el club presente la fianza necesaria para acabar las obras.

Mientras hay una cumbre por el clima en Glasgow en la que se pretende frenar el calentamiento global, aquí se está hablando de una macroampliación del Puerto de València. ¿No resulta contradictorio?

No porque el Puerto de València se ha comprometido a ser neutro en emisiones de CO2 y la descarbonización del Puerto tiene que ser una realidad con un compromiso público. En muchos puertos la huella de carbono es prácticamente nula gracias a la electrificación y nuestro Puerto tiene que ir en esa dirección.

Pero para que eso pueda llevarse a cabo, no solo el Puerto debe estar electrificado, además tanto los buques portacontenedores como los camiones deben funcionar también con energías limpias, algo que a corto plazo no se vislumbra.

El puerto se ha comprometido a estar 100% electrificado y ser neutro en emisiones de efecto invernadero en 2030 y eso es una realidad ya en puertos como Gotemburgo, Los Ángeles, Hamburgo o Long Beach.

Permítame que insista, es muy complicado que un puerto sea neutro si los camiones y los barcos que entran y salen emiten CO2.

Entonces el Puerto debería desaparecer, porque para que que el impacto sea nulo, tendríamos que ser una ciudad sin Puerto. Bueno es algo que se puede defender, aunque yo desde luego no lo comparto. Yo de lo que hablo es de que somos una ciudad que tiene que tener un puerto competitivo del que dependen 40.000 empleos y tenemos que ser razonables. Es verdad que en la época del PP se hizo una ampliación de espaldas a la ciudad y a los movimientos sociales. De hecho nosotros, el partido socialista, propusimos que se hiciera en Sagunto. Pero ahora una parte de esa ampliación, el dique de abrigo, ya está hecha y ha costado 200 millones de euros, 70 de ellos con fondos europeos. El otro día escuché a Baldoví pedir que se desmontaran los diques, pero nadie ha hecho un estudio económico o ambiental de lo que supondría eso.

¿No cree que no exigir como mínimo nuevas garantías ambientales a este proyecto puede suponer un riesgo de desconexión con el electorado de izquierdas más joven?

Nosotros como partido socialista hemos defendido siempre que se aplique estrictamente la legislación ambiental. En eso está el PP y Ciudadanos, nosotros no. Yo como partido socialista he acordado con Compromís y con el alcalde de València, Joan Ribó, en un pleno, el compromiso de que si se tiene que hacer una nueva declaración de impacto ambiental (DIA), que se haga. Si el ministerio, Puertos del Estado o la Unión Europea dictaminan que hace falta, que se haga.

La ampliación, si finalmente se ejecuta, lleva implícitas otras infraestructuras como el acceso norte que está en fase de estudio. ¿Cree que es viable ese túnel submarino o ese viaducto que plantea la Autoridad Portuaria de València?

No, creo que hay que renunciar definitivamente al acceso norte para el tráfico de camiones porque la actividad portuaria es cierto que tiene una huella de carbono por los accesos al puerto y desde luego nosotros, como partido socialista de la ciudad de València, entendemos que el acceso norte debe ser ferroviario, aprovechando los avances que se han hecho en la ingeniería de la electrificación y por lo tanto que el impacto sea nulo. Nos hemos puesto como objetivo ante la Unión Europea que más del 30% de sus mercancías vayan con transporte neutro en huella de carbono, que básicamente es en ferrocarril, en el año 2030 y que en 2050 el porcentaje sea del 50%. Es algo que quiero abanderar como ciudad y tenemos la oportunidad de ser ejemplares con el acceso norte.

¿Cómo se haría entonces ese acceso norte ferroviario si se descarta el túnel submarino?

El túnel submarino desde mi punto de vista y desde el del PSPV de la ciudad de València debería descartarse ya. La alternativa sería aprovechar la enorme inversión que se va a hacer en el Corredor Mediterráneo, con el túnel pasante y la nueva doble vía y con una estación intermodal que se puede hacer en Sagunto y que nos conecte con el Puerto a través de la estación de Font de Sant Lluís.

¿València tendrá tasa turística?

Nosotros siempre hemos dicho que estamos a favor de la tasa turística, pero no ahora. Plantearlo en este momento me parece una falta de empatía hacia uno de los sectores más dañados de esta crisis sanitaria que es el turístico. Ahora, en otoño de 2021 se está empezando a recuperar las conexiones aéreas y por lo tanto a que hay algo de movimiento, hasta ahora no había nada. Por eso digo que plantearlo ahora me parece tener más ganas de cierto protagonismo político a la desesperada que algo serio y pensado. Por lo tanto, yo defiendo que sí, pero dejemos que se recupere el sector, posiblemente a partir de 2023, cuando se estabilice un sector que ha sido el más dañado, como el hotelero.

Ha habido reuniones estos días atrás por la Copa del América. ¿Hay más posibilidades en estos momentos que hace unas semanas de que València vuelva a albergar la competición?

Yo reitero lo que he venido diciendo. València ha pasado de pagar, y pagar muy bien, por traer eventos a ser una ciudad a la que los eventos quieren venir. 2022 además va a ser un año en el que se va a demostrar eso con la gala de los Goya, ahora en diciembre la gala de los premios Michelín, vamos a tener el congreso de la crítica literaria que hace años que no se celebra en València. El año 2022 es el de la capitalidad del diseño, tenemos eventos consolidados como el Maratón, otros internacionales como el Eurobasket femenino que se están celebrando, estamos optando a ser sede de los Gay Games. Por eso digo que tenemos nuestro propio modelo y nuestro propio relato y lo estamos haciendo como ciudad bien. En cuanto a la Copa América de Rita Barberá, recuerdo que ha sido el Gobierno de Pedro Sánchez el que ha pagado la deuda y, por lo tanto si se hace una nueva edición, hay que llegar a un acuerdo con el sector privado. Nostros no podemos volver a poner 400 millones de euros que es de lo que se está hablando.

Hay un descontento creciente por temas de seguridad y botellón en barrios tradicionalmente de izquierdas como Orriols, Benimaclet o la Malva-rosa. ¿Les preocupa que pueda pasarles factura electoralmente como gobierno progresista?

Son problemas diferentes, pero yo no trabajo por rédito electoral o político, sino porque ya me han votado y ya tengo una responsabilidad. En Orriols nos hemos comprometido a intentar solucionarlo con mayor presencia policial, pero hay un problema de fondo de pérdida de tejido comercial, de deterioro del parque de vivienda, y por lo tanto desde esos servicios hay un trabajo de fondo. La Policía es el último recurso cuando la convivencia ya se ha deteriorado. En la Malva-rosa, como vecina del Marítimo, conozco la problemática de 'casitas rosas' y los vecinos tienen mi compromiso y toda la valentía para llegar a soluciones para que el barrio deje de estar estigmatizado por el tráfico de drogas. Y respecto al botellón, es otro tema diferente y que está afectando a todas las ciudades tras la salida de la pandemia. Es algo que ya existía antes, pero que ahora se ha recrudecido y sobredimensionado. Eso no significa que nos resignemos, al contrario, se ha aumentado la dotación policial y parece que algo se ha avanzado y la situación se está encarrilando. Aún así es necesario una vez más adoptar medidas de fondo. Es necesario que se respete el derecho al descanso de los vecinos y vecinas. Hemos detectado que muchos locales de ocio de El Cedro o de la plaza de Honduras se han reconvertido en locales de venta de bebida 'low cost' y ahí hay que actuar desde licencias y actividades. También desde contaminación acústica y el Observatorio del Ruido se debe trabajar con medidas previas y preventivas antes de entrar a declarar zonas acústicamente saturadas (ZAS).

¿Sandra Gómez va a volver a ser candidata a la alcaldía de València?

Ese es un tema que en el partido socialisa lo deciden los militantes y además en un proceso de primarias abiertas en el que cualquier simpatizante puede votar. Lo que sí puedo decir es que trabajaré mucho para merecerlo y para poder presentarme en ese proceso cuando se inicie en septiembre de 2022 con el trabajo bien hecho. Creo que se ha hecho un buen trabajo. Somos el único partido en un gobierno en coalición en la Comunitat Valenciana que aumentó y fuimos el que más aumentó sin ser el mayoritario dentro del Gobierno municipal. Compromís en la Generalitat tuvo dificultades en este sentido para aumentar su base electoral y aquí en València lo conseguimos y estoy muy agradecida por ello al trabajo de los compañeros.

¿Se siente respaldada por la dirección del PSPV?

Me siento respaldada, pero por quien me tengo sentir respaldada es por los militantes de a pie, de las agrupaciones que son los que eligen a sus dirigentes.

Para reeditar el Gobierno de izquierdad en el Ayuntamiento es importante que los dos partidos de gobierno estén fuertes. ¿Cree en ese sentido que es importante que Joan Ribó se vuelva a presentar?

No voy a entrar en la continuidad del alcalde, es un tema que tendrá que decidir Compromís. Les deseo la mejor de las suertes en su decisión porque efectivamente tenemos que ser partidos fuertes que amplíen su base electoral. Nostros queremos ser la primera fuerza política, no solo del gobierno, sino de la ciudad, pero queremos un Compromís fuerte que pueda ampliar espacio para poder reeditar el Gobierno progresista.

¿Cómo ve a sus rivales políticos en la carrera por la alcaldía?

Por mucho que se esté tratando de generar por el PP una sensación de cambio, están totalmente fuera de la realidad. El Gobierno progresista tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat va a reeditarse en 2023 por mucho que la derecha y sus aliados puedan vociferar lo contrario. La oposición está atrapada en un pasado melancólico de tiempos mejores donde se hacen continuas referencias al PP de Paco Camps o de Rita Barberá, sacando pecho en la plaza de toros, evocando al PP corrupto, al PP del que la mayoría de sus dirigentes están en la cárcel o sentados en el banquillo con causas judiciales abiertas. Esas continuas referencias al legado de Barberá en el que ahora todos sus concejales están procesados por ir a unas elecciones con financiación ilegal... Hacer bandera de todo eso me parece que revela un PP atrapado en un pasado que ya no existe y del que parece que no quieren despertar. Les auguro muchos años en la oposición si siguen por esa línea.

¿Fue un error mantener a Rafael Rubio como asesor de Urbanismo aún estando investigado en la causa de los asesores 'zombis' en la Diputación de València?

El partido socialista ha sido el único que ha cesado en una hora a un cargo público (Rafael Rubio había pasado a ser subdelegado del Gobierno), no por estar imputado, sino por habérsele abierto una investigación por corrupción en el llamado caso Azud. En el PP el 40% de sus asesores están imputados o procesados por casos de corrupción y otros partidos de la izquierda tienen cargos procesados por temas judiciales. El PSPV ha sido el único que ha hecho un cese rápido de uno de sus cargos y ninguno más lo ha hecho. Con el tema de los zombis no se le cesó porque tenemos una premisa y es la que también nos hizo firmar la Generalitat por parte de Transparencia: que el cese de los cargos públicos se hará efectivo cuando se les abra juicio oral. Porque imputados ha habido muchos estos seis años de Compromís y del PSPV y se han archivado todos. Eso no quita que haya situaciones más excepcionales, como lo que sucedió en el caso Azud, que obliguen a tomar decisiones antes.

Etiquetas
stats