Cómo hacer el terrario perfecto, ¡y mantenerlo vivo!

El terrario

Eva San Martín

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No te creas todo lo que ves en Instagram. La mayoría de esas plantas encapsuladas dentro de estrechas botellas o, peor, estrujadas en el interior de diminutas bombillas de vidrio, no sobreviven más allá de un par de semanas. Aun así, hay motivos para amar los terrarios: las plantas que crecen bajo un cristal resultan una idea estupenda, y de bajo mantenimiento, para decorar tu salón.  

Aquí van los errores más frecuentes, y los trucos para mantener con éxito un terrario en casa.

El secreto del terrario: el cristal

Primero, escoge un recipiente adecuado. El secreto de los terrarios reside en el cristal, que encierra la humedad y el calor, mientras que filtra (e impide que entren) parte de esos rayos de sol tan fuertes que achicharran a muchas de tus plantas.

Dentro de estas pequeñas cápsulas vivas, las plantas que aman la humedad y el calor de los climas tropicales, como los helechos y algunos tipos de musgos (y que normalmente eres incapaz de mantener con vida), pueden ser muy felices.

Por desgracia, la inmensa mayoría de los terrarios que vemos, y que campan a sus anchas por Instagram, albergan plantas que quieren todo lo contrario: cactus y suculentas. Y colocar estas plantas ya adaptadas al sol intenso y al aire seco dentro de un terrario es casi firmar su sentencia de muerte.

Al contrario: opta por los helechos, la pilea (tan de moda) y los musgos; o por plantas de flores llamativas y amantes de la humedad, como las orquídeas y las begonias, para obtener mejores resultados. [Hace un tiempo te contamos los secretos para cuidar a los helechos en casa y también los trucos para que tus orquídeas sobrevivan y no dejen de florecer.

¿Y qué recipiente escojo para montar un terrario?

¿Terrario miniatura? Mejor opta por algo más grande. La forma más sencilla de montar un terrario con éxito es evitar los recipientes enanos o demasiado pequeños, ya que las plantas no tardarán en acabar estrujadas en su interior (y empezarán a marchitarse o a llenarse de hongos); y, además, resultan complicadas de regar.

Una regla general: cuanto mayor sea tu recipiente, más sencillo y más tiempo te durará vivo el terrario.

Sin embargo, la gran inmensa mayoría de los terrarios que vemos en Instagram resultan muy pequeños. Y hay dos problemas añadidos: las plantas que intentan crecer en su interior carecen del aire que necesitan, pero también del suelo suficiente para desarrollarse con un mínimo de decencia.

Monta el terrario en una pecera o un tarro de cocina

Además de constituir el soporte físico para tus plantas, cuanto mayor sea el tamaño (y, en consecuencia, el volumen de aire), más funcional resultará el microclima que estás creando en el interior de tu terrario.

Por eso, trata de encontrar un recipiente de (al menos) 30 por 30 centímetros. 

E intenta no sucumbir a la supuesta belleza de los contenedores angulosos o con formas geométricas complicadas: una esfera, un simple cubo o un prisma cuadrangular te lo pondrán más fácil. Y que sea transparente: los cristales coloreados bloquean la luz que las plantas necesitan para crecer. 

Asegúrate de que circula el aire

Además, busca siempre un diseño con apertura superior, que permita una buena circulación del aire. Las plantas dentro de botellas cerradas suelen acabar por pudrirse, o deterioradas por la escasa luz que penetra en un recipiente permanentemente empañado.

Algunas ideas baratas: reutiliza una botella grande, un tarro de cristal antiguo de estilo farmacia o una garrafa redonda de cristal. También puedes intentar montar el terrario en un bote de cocina de vidrio. 

Además, una sencilla pecera amplia o un simple cuenco relleno de musgo suelen vencer (en resistencia y supervivencia) a cualquier recipiente geométrico enano donde malviva un cactus estrujado.

Cómo montar tu terrario: grava y tierra

Llena el fondo con una capa de dos o tres cm. de grava o gravilla fina. Este paso es esencial para que no se encharque. Encima, coloca otra capa de (al menos) cinco cm. de sustrato o tierra para plantas; aunque puedes necesitar más, si escoges plantas más grandes. Si encuentras, entre medias, puedes añadir una capa de carbón vegetal hortícola, para ayudarte a con el drenaje. 

Un truco: utiliza una mezcla de sustrato para cactus o suculentas, ya que es más difícil que se encharque. Y no dejes que las hojas toquen el cristal, porque acabarán por pudrirse. Ya casi está: solo necesitas regar con un pulverizador; y (depende de dónde vivas), una vez a la semana puede resultar más que suficiente. 

Plantas facilonas para un terrario

En general, sirven para esto las plantas de crecimiento lento, como las fitonias, las tillandsias (también conocidas como claveles del aire) o los helechos de tipo aspleniums. Pero también suelen funcionar de maravilla algunos musgos. Incluso una pilea, la hiedra, la orquídea o una peperomia. A ninguna de ellas le importará vivir con poca luz y en el ambiente cargado de humedad de tu terrario. 

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