Ni hielo ni pasta de dientes: una enfermera explica cómo reaccionar ante una quemadura en la cocina

Aunque las lesiones por quemadura puedan parecer leves, saber reaccionar en el momento puede marcar la diferencia y evitar complicaciones.

Paloma Martínez Varela

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Una olla caliente, un poco de aceite que salta o un roce al sacar la bandeja del horno... las quemaduras son uno de los accidentes domésticos más habituales, especialmente en la cocina. Aunque las lesiones por quemadura puedan parecer leves, saber reaccionar en el momento puede marcar la diferencia y evitar complicaciones.

“Ante una quemadura, lo primero es mantener la calma y alejarse de la fuente de calor. La prioridad es garantizar la seguridad y detener el proceso de lesión”, establece María González Flores, enfermera experta en valoración y abordaje de heridas, que recomienda seguir los siguientes pasos: 

Enfriamiento inmediato con agua 

“Se debe irrigar la zona quemada con abundante agua corriente del grifo a temperatura ambiente durante un periodo mínimo de 20 minutos. El agua corriente detiene la acción del calor en las capas profundas de la piel, limpia la herida y proporciona un alivio del dolor”, prioriza González Flores, que recomienda no aplicar hielo ni agua helada en ningún caso, ya que “provoca vasoconstricción, lo que disminuye el riego sanguíneo en la zona y acelera la muerte de los tejidos”.

Retirar objetos que puedan dañar la zona 

“Dado que la piel se inflama rápidamente tras una quemadura, es muy importante quitar anillos, relojes, pulseras o cinturones antes de que el edema o hinchazón comprometa la circulación de la zona”, aconseja la enfermera. A su vez, aclara que “si la ropa está adherida a la piel quemada, no debemos intentar arrancarla”.

Cubrir y proteger la piel dañada

“Mientras se busca atención profesional, se debe cubrir la quemadura con paños, gasas o compresas limpias humedecidas en suero fisiológico o agua para protegerla de contaminantes externos”, asegura la experta. “Como norma general, la quemadura siempre debe estar protegida y cubierta, especialmente en las primeras etapas”, destaca, con el objetivo de disminuir el riesgo de infección, el dolor y no retrasar la recuperación.

Elevación de la zona afectada 

“Si la quemadura se localiza en la cara, el cuello o las extremidades, es recomendable mantener la zona elevada por encima del nivel del corazón para reducir la inflamación y el dolor”, asegura Fernández Flores. 

“El error más extendido y perjudicial es la aplicación de remedios caseros como pasta de dientes, aceite, vinagre o café. Aunque estos productos pueden ofrecer una sensación de alivio momentáneo, no tienen base científica y pueden irritar la herida, dificultar la limpieza posterior por parte del personal sanitario e incluso favorecer la infección”, valora la enfermera, que también pide no aplicar pomadas sin prescripción sanitaria, así como intentar pinchar o vaciar posteriores ampollas, “la piel de la ampolla actúa como un apósito natural que protege la herida”.

“Toda quemadura debe ser reconocida por personal sanitario para asegurar una valoración correcta y un plan de tratamiento adecuado que evite secuelas funcionales o estéticas y para ello vuestra enfermera de Atención Primaria es clave”, subraya la profesional.

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