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Entre la espada de Castilla y León y la pared de Andalucía

El candidato a la presidencia del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.

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Aunque lo más probable es que el presidente de la Junta de Andalucía, tras la experiencia del adelanto electoral en Castilla y León, decida agotar la legislatura, lo que podría conducir a que las elecciones autonómicas se celebren no a finales de 2022 sino incluso a comienzo de 2023, el PP va a dar este próximo fin de semana el primer paso en la preparación de dichas elecciones. Así ha entendido todo el mundo que haya sido Sevilla la ciudad designada para la celebración del congreso extraordinario convocado tras la dimisión de Pablo Casado. 

La convocatoria ha quedado contaminada por la decisión de Vox de imponerle al PP en Castilla y León la elección de su candidata a la presidencia del Parlamento y la configuración de un gobierno de coalición en el que Vox ocupe la vicepresidencia única y tres consejerías. 

Con la presidencia del Parlamento, el PP le ha entregado a Vox el control del calendario para la investidura del presidente de la Comunidad Autónoma, que va a estar condicionada por la forma en que se desarrolle el Congreso de Sevilla, en el que será elegido Alberto Núñez Feijóo como presidente del PP. Mientras no se haya desarrollado la sesión de investidura y Alfonso Fernández Mañueco no se haya convertido en presidente de la Comunidad Autónoma, Vox puede continuar presentando nuevas exigencias para otorgar sus votos al candidato del PP. Lo que han pactado PP y Vox en Castilla y León no es un programa de gobierno cerrado, sino una serie de puntos muy vagarosos. Vox puede, en consecuencia, formular nuevas exigencias presentadas como concreciones respecto de los acuerdos ya alcanzados, a fin de que el candidato dé respuesta a los mismos en la sesión de investidura. 

Quiere decirse, pues, que, dependiendo de cómo salga el Congreso de Sevilla y de la línea política que Alberto Núñez Feijóo marque, especialmente en lo relativo  a potenciales alianzas en futuras elecciones, al PP de Castilla y León se le puede atragantar la investidura de Alfonso Fernández Mañueco. Sobre el programa que Alberto Nuñez Feijóo presente en el Congreso de Sevilla va a pesar la hipoteca que el PP ha contraído en Castilla y León. Hipoteca de la que ya han tomado nota sus socios en la Unión Europea, en la que, como sabemos, la incorporación de Vox al Gobierno de Castilla y León ha sido calificada de “claudicación”. 

Obviamente, no es responsabilidad de Alberto Núñez Feijóo convertirse en presidente del PP en estas condiciones, ya que él no tuvo intervención de ningún tipo en la convocatoria anticipada de las elecciones en Castilla y León. Pero, como dejó dicho Carlos Marx, los seres humanos hacemos la historia en condiciones independientes de nuestra voluntad. A estas alturas del guion, ya no es posible hacer uso de palabras ambiguas, porque no se puede engañar a nadie. Su experiencia como candidato en Galicia le va a servir de poco en su trayectoria como presidente Nacional del PP. Hasta ahora, en cuanto presidente del PP en Galicia, ha podido hablar como si Vox no existiera. A partir de este viernes en Sevilla, ya no va a poder hacerlo. 

No solamente porque las condiciones en que sea investido presidente de Castilla y León Alfonso Fernández Mañueco van a ser unas u otras en función de lo que Alberto Núñez Feijóo diga, sino porque su discurso va a gravitar también sobre el actual presidente de la Junta de Andalucía en lo que queda de legislatura y en la convocatoria electoral de finales de 2022 o comienzo de 2023.

Vox tuvo un solo escaño en el Parlamento de Castilla y León en las anteriores elecciones autonómicas. En Andalucía tiene doce y, según indican todos los estudios de opinión, va a tener muchos más en las próximas. Si cristaliza la operación de una candidatura única entre los partidos de la izquierda no socialista, es posible que los partidos de derecha no tengan la mayoría para formar Gobierno, pero, en cualquier caso, lo que es seguro es que el PP no va a poder investir a su candidato sin los escaños de Vox. La dependencia de Juan Manuel Moreno Bonilla de Vox va a ser muy superior a la de Alfonso Fernández Mañueco. 

Alberto Núñez Feijóo se encuentra, pues, entre la espada de Castilla y León y la pared de Andalucía. En este próximo fin de semana sabremos qué tipo de presidente del PP está dispuesto a ser. 

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