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Los activistas que pegaron sus manos a los marcos del Prado no atacaron un Bien de Interés Cultural

'La maja desnuda' de Goya con su marco 'fernandino', tal y como se expone en la pinacoteca nacional.

Peio H. Riaño

9 de noviembre de 2022 22:30 h

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Los marcos que protegen y decoran las majas de Francisco de Goya no son un Bien de Interés Cultural (BIC), según explican desde el gabinete de comunicación del Museo del Prado a este periódico. Otras fuentes de la institución aseguran que los daños causados son “insignificantes” y que el informe del equipo de restauración ya está en poder de la magistrada titular del Juzgado de Instrucción nº 29 de Madrid, que ha acordado la libertad de los dos activistas climáticos y las dos periodistas que informaron de la protesta ocurrida el sábado.

Los acusados son investigados por la presunta comisión de un delito contra el patrimonio histórico y artístico, recogido en el artículo 323 del Código Penal. Se enfrentan a una pena de prisión de seis meses a tres años o a una multa de 12 a 24 meses. La jueza determinará, a partir de las pruebas periciales, si hubo delito y la dimensión del mismo para establecer el castigo. En esta valoración será determinante para resolver la gravedad del delito el hecho de que los marcos que tocaron los dos activistas no cuentan con la máxima protección del patrimonio español. Los bienes BIC son declarados por las comunidades autónomas por su valor singular. Las majas sí cuentan con ese reconocimiento. El Museo del Prado ha calificado los daños como “insignificantes”.

El ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha contestado este martes a la diputada Mar García Puig (UP) en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados que “hay quien dice que solo afectó a los marcos”. “Algunos marcos son parte de la obra. Búsquense los mecanismos adecuados para reivindicar, pero que no se ponga en riesgo el patrimonio de todos”, explicó el ministro.

A las majas se les cambiaron los marcos hace algo más de un siglo. Los que tiene no son los originales y se les denomina “fernandinos” porque se produjeron durante el reinado de Fernando VII. Estos marcos se colocaron entre 1909 y 1912, bajo la dirección del pintor José Villegas, según ha explicado Gemma García Torres en un artículo publicada en El País. La restauradora y responsable de la colección de marcos del Prado asegura que “poseen un importante valor histórico y artístico”. Sin embargo, hace casi una década en el museo no estaban satisfechos con los marcos tocados por los activistas ecologistas. Las especialistas Manuela Mena y Leticia Ruiz buscaron con empeño en los almacenes del Prado los que protegían originalmente las pinturas. Fueron fotografiados por el francés Jean Laurent (1816-1886).

Los antiguos eran planos, dorados y mucho más sencillos. Tanto que Villegas tomó la decisión de cambiarlos para estar a la altura de la nueva popularidad adquirida por las pinturas. “Si no encontramos los originales, los cambiaremos por otros más sutiles que los que tienen ahora”, reconoció Ruiz en 2013 sobre las molduras en litigio ahora.

Entre el mundo real y la ficción

A partir del siglo XIX aparecen “nuevas fórmulas y técnicas para la ejecución de marcos, es el momento de la industrialización y la talla se ve relegada por los moldes”, ha contado Gemma García Torres en una conferencia, aunque en el artículo citado asegura que los marcos de la polémica fueron tallados. La colección de marcos del Prado quedó marcada por la pérdida de la mayoría de los originales en el incendio del Alcázar, en 1734. La experta del Prado ha explicado que el marco es el límite entre el mundo real y el mundo ficticio, entre la pintura y el espectador.

Los marcos son elementos de protección en los que la estética juega un papel importante. “Es un elemento móvil y decorativo que puede ser declarado BIC. Si tienen más de un siglo forman parte del Patrimonio Histórico Español por edad, pero no son BIC si no tienen una declaración propia”, indica Patricia Fernández Lorenzo, abogada especialista en patrimonio en Ramón y Cajal Abogados. Puede ser un bien del Patrimonio Histórico Español pero a efectos solo de tener que pedir permiso de exportación a la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Ministerio de Cultura.

“En las declaraciones de las comunidades autónomas se especifica si el marco es único, pero lo normal es que no se protejan. Son excepcionales, no suelen declararse los marcos”, apunta Alicia Torija, arqueóloga, especialista en patrimonio, diputada de Más Madrid y vocal del grupo en el Consejo Regional de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.

Un hecho sin precedentes

Si la descripción del cuadro declarado BIC no incluye el marco, no tienen por qué ser un bien con esta protección. “Sucede en las cláusulas del seguro: se puede asegurar o no el marco de manera independiente al cuadro, pero hay que indicarlo”, cuenta Patricia Fernández Lorenzo. Pero apunta una posibilidad: “En los marcos de Goya, aunque el marco no sea BIC como el cuadro, un juez podría considerar que tiene un valor histórico similar al cuadro”. El tribunal tendrá que valorar los daños de unos marcos y dictar sentencia de un hecho que no tiene precedentes legales.

Otras especialistas en la Ley de Patrimonio Histórico, aprobada en 1985 y pendiente de reforma, aseguran que no está claro que un juez pueda determinar que los activistas han dañado un BIC. La ley no especifica si el marco también está protegido como lo está el lienzo. Para Ana Yáñez, doctora por la Universidad Complutense de Madrid en derecho administrativo, “al hablar de un cuadro podríamos entender que está compuesto por lienzo y marco, pero lo cierto es que las leyes no especifican nada, ni hay indicaciones concretas sobre este asunto”, por lo que todo dependerá del criterio del juez.

Crimen y castigo

“¿No es irónico que se condene a los activistas climáticos que se oponen de manera no violenta a la matanza masiva de la vida en la Tierra?”, explicó el grupo Just Stop Oil Bélgica cuando conoció la sentencia contra tres de los cuatro activistas que actuaron sobre el cristal de La joven de la perla, de Vermeer, en el Museo Mauritshuis de La Haya (Países Bajos). Tampoco causaron ningún daño a la obra. La semana pasada un tribunal holandés los ha condenado a dos meses de cárcel, con reducción de un mes.

El fiscal argumentó que la obra se expone para que el público disfrute de ella, pero que fue “difamada” por los acusados, “que sintieron que su mensaje tenía prioridad sobre todo lo demás. El fiscal reclamó cuatro meses de prisión, pero la magistrada no coincidió con su criterio y explicó que no quería que su sentencia ”sirviera para desanimar a otras personas a manifestarse“.

En contra de este criterio, en España, Ciudadanos anunció el lunes que va a presentar una iniciativa para introducir multas de hasta tres millones de euros en la Ley de Patrimonio Histórico, para disuadir este tipo de acciones que pongan en peligro el patrimonio público. “Hay una especia de laguna” y por eso plantean “una serie de multas disuasorias que los frenen en seco”.

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