Los cazafantasmas originales regresan para enfrentarse a la nostalgia que asola Hollywood
El cine se enfrenta a un nuevo enemigo que amenaza con contagiarlo todo, la nostalgia. En una industria que ve cómo los nuevos públicos huyen de las salas y está preocupada solo por la máxima rentabilidad de cada producto, la nostalgia se ha convertido en el arma preferida por los productores para intentar asegurar el éxito. Cada año se aprueban y ruedan decenas de remakes, reboots, secuelas y precuelas de franquicias que funcionaron en su momento y que intentan resucitar para atraer a aquel público y a nuevas generaciones. De todas las nostalgias, la ochentera es la más peligrosa, y la más exitosa. Solo hay que ver cómo lo aprovechó una serie como Stranger Things, que bebía de las películas de aquellos años para enganchar a espectadores adolescentes que no habían, en muchas ocasiones, ni visto esos títulos.
No es casualidad que en aquella serie, sus protagonistas se disfrazaran de los cazafantasmas en un episodio. Las dos películas dirigidas por Ivan Reitman se convirtieron en títulos de culto por su capacidad de mezclar el humor y un toque de terror para toda la familia. Una franquicia que ya vivió su intento de resurrección con un reboot (un reinicio de la saga) que ponía a las cómicas más populares del momento, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Melissa McCarthy, al frente. Aquel filme fue un fracaso porque para que las franquicias se hagan su hueco deben encontrar el equilibrio exacto entre esa nostalgia y ofrecer algo nuevo como cebo para los más jóvenes.
Hollywood aprendió la lección, y decidió que si querían revivir una saga como Los cazafantasmas había que recurrir a…. Los cazafantasmas originales. Se les introdujo un poco en la primera película de esta nueva etapa en 2021, en un filme que se vio muy afectado por la pandemia, con varios retrasos y un estreno cuando la gente todavía no había vuelto del todo a las salas. Aun así la gente respondió. Los guiños a la saga original eran suficientes, los cameos se anunciaron a diestro y siniestro y quedaba la puerta abierta para una secuela; la que se estrena este viernes, donde vuelve casi todo el reparto del filme del 84. Es su principal herramienta comercial, y tanto Bill Murray, como Dan Aykroyd, como Ernie Hudson aparecen desde el primer tráiler y en el póster final.
Otra de las claves de esta nueva saga es que cuentan con la aprobación del padre fundador de todo esto. Ivan Reitman apoyó el filme de 2021, y fue su hijo Jason quien lo dirigió y escribió junto a Gil Kenan. Es este último quien dirige la secuela, que sufrió la baja de Jason Reitman por, precisamente, la muerte de su padre a quien, cómo no, va dirigido este Cazafantasmas: imperio helado que quiere destronar a Dune 2 al frente de la taquilla mundial. Para ello se han sumergido en una gira promocional que cuenta con Paul Rudd como protagonista a Finn Wolfhard como enganche con las nuevas generaciones, ya que el actor es uno de los protagonistas de, oh sorpresa, Stranger Things.
Paul Rudd reconoce que hay algo nostálgico en ver “a los antiguos actores vestirse de nuevo con el traje y disparar la mochila de protones”; pero también que “Hollywood tiende a volver una y otra vez a lo que funcionó”. “Con suerte podemos encontrar nuevas formas de hacerlo y hacerlo fresco y diferente para un público que tal vez no creció con estas cosas”, añade y dice que para ello hay que tener un buen guion.
Su director, Gil Kenan, no entiende la nostalgia “como algo fijo o conciso”, y explica que tiene su propia relación con ella y con el recuerdo de la primera vez que vio la película original en una sala de cine y que define como “una experiencia reveladora”. “Para mí, ese sentimiento es nostalgia, ese sentimiento en la sala, y no podemos negar que hay una iconografía que para muchas personas desencadena una respuesta emocional, y eso es maravilloso siempre y cuando esos elementos se usen de una forma que parezcan auténticos y satisfagan una historia”, explica pero también subraya sus peligros, como el que “pueda convertirse en un ancla cuando se presenta sin estar al servicio de los personajes”.
Una saga sin patriarca
A Gil Kenan le tocó la complicada misión de sustituir a Jason Reitman, que no pudo encargarse tras la muerte de su padre Ivan, el auténtico creador de la saga. Kenan pensó “en la influencia de Ivan todos los días durante estas dos películas y todavía ahora”. Antes de morir le contaron la historia de esta película. “Su alegría al escucharnos y su validación respecto a la dirección que estaba tomando la saga fue un impulso de confianza y un viento en las velas durante todo el rodaje”, añade. Para Paul Rudd, Ivan Reitman era “el patriarca de la familia”. Un patriarca que “ya no está ahí para supervisar”, y que hizo que todo el equipo pensara en él todos los días.
Los nuevos Cazafatasmas también muestran nuevos modelos familiares, más modernos que los que regían el Hollywood de los 80, y Gil Kenan toma esa forma de representación como “una responsabilidad de los cineastas por mostrar relaciones modernas y auténticas”.
“Creo que si miro a mi alrededor, para las personas más cercanas a mí, las familias no son iguales que en las películas que veía cuando yo era niño. Una de las cosas de las que me di cuenta, tanto como fan como escritor de esta película, es que, de alguna manera, los Cazafantasmas originales crearon su propia familia en 1984. Estos cuatro, cinco si se cuenta a Janine, son personajes extraños que realmente no tenían un lugar en el mundo ni entre sí pero encontraron una manera de formar una comunidad, y también una familia en la que apoyarse. Así que creo que hay una tradición en Los Cazafantasmas de reconocer esto”. Es ahí donde estos nuevos cazafatasmas desafían a la nostalgia y a aquellos que ven siempre en el pasado un lugar más cómodo en el que quedarse.
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