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VÍDEOS

La bailarina subacuática que dejó sin respiración a Beyoncé

Fotograma de 'Ama', el último cortometraje de Julie Gautier

Laura García Higueras

Una bailarina vestida de negro se mueve como si respirara la melodía de los violines que suenan de fondo, pero no se balancea al mismo ritmo. Ni tampoco se desplaza por el suelo como lo haríamos los demás. Ella flota al tiempo que baila, expulsa burbujas mientras se desplaza por un espacio abierto, y lo hace como se ondean los corales del fondo marino. Está dentro de una piscina, la más profunda del mundo, realizando una coreografía que desafía las leyes del mundo subacuático.

“Se lo dedico a todas las mujeres del mundo”, proclamó la cineasta y bailarina Julie Gautier el pasado 8 de marzo cuando estrenó su cortometraje Ama en más de 40 lugares de todo el mundo. El motivo, la celebración del Día Internacional de la Mujer.

Cines, bares, playas, salas de recepción y hoteles fueron algunos de los escenarios elegidos para su proyección. Este espectáculo de danza poético bajo el agua viajó por todo el planeta, desde Polinesia a Hawái, pasando por Tailandia, Rusia, China o Francia. Hoy cuenta con medio millón de visualizaciones en Youtube y Vimeo.

Ahora bien, ¿quién hay detrás de esta propuesta de gran belleza que ha conquistado hasta a la mismísima Beyoncé con sus proyectos? Julie Gautier nació en la isla francesa Reunión en 1980, por lo que su vínculo con el agua es algo que siempre ha llevado en las venas. Creció rodeada de la misma, nadando en el océano Índico y caminando por sus playas. Su madre era profesora de baile y su padre pescador, lo que hizo que practicara la danza desde muy pequeña.

Del mismo modo, acompañaba a su progenitor en sus labores de pesca y comenzó a practicar snorkel a los 11. Con 18 descubrió otro deporte ligado al agua, pero mucho más extremo: la apnea. Es un tipo de buceo a pulmón libre que se basa en la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua mientras se recorren largas distancias, o se desciende hasta grandes profundidades. Y se le dio muy bien, porque en 2006 y 2007 batió dos récords consecutivos en la categoría de peso constante.

Aprovechó su talento para desarrollarse como modelo bajo el agua. En 2005, participó en el proyecto multimedia Ashes and Snow de Gregory Colbert. Éste le permitió viajar por todo el mundo bailando con los animales más majestuosos en peligro de extinción.

Antes, en el año 2000, conoció al que terminó siendo su marido, el también campeón de apnea Guillaume Néry, que formaba parte del equipo de seguridad en un evento en el que participaba Gautier. Ella sufrió una “samba”, pérdida de control motor por falta de oxígeno durante la apnea. Más tarde acabarían colaborando juntos y fundando su propia productora: Les Films engloutis.

De campeona de buceo a cineasta

En una competición de 2010, Néry le propuso que le grabara mientras realizaba un salto al vacío y descendía en el mar. El resultado fue el cortometraje Free Fall, que cuenta con más de 30 millones de visualizaciones. En él se aprecia al buceador caminando bajo el agua. Estaban en las Bahamas, donde se encuentra el abismo más profundo del mundo, al que se acerca en las imágenes.

En una entrevista, Gautier reconoció que este hecho le permitió encontrar su verdadero camino. “Nunca llegué a sentirme realmente realizada con la apnea. La usaba para pescar y descubrir el mundo submarino, pero verme a mí misma descendiendo por un cable, con una agenda marcada sobre cuándo tenía que bucear fue muy duro para mí”.

Sin embargo, utilizar su talento de poder estar bajo el agua y moverse de forma creativa sí que tenía que ver con su manera de entender la apnea. “Tiene que ver con estar en sintonía con tus emociones y tus sentimientos, bucear cuando tú quieres”, señaló.

El éxito de Free Fall le dio la confianza a lanzarse a iniciar su carrera como cineasta. Decidió seguir explorando las posibilidades creativas bajo el mar, tratando de hacer olvidar al espectador el elemento acuático y mostrar a seres humanos que pudieran haber nacido en el ambiente submarino. Para conseguirlo, se ayudó de la magia del movimiento del agua que logra sumergir a todo el que decida sentarse a visionar sus trabajos. “No son documentales”, sentenció.

Siendo completamente autodidacta, ha hallado inspiración en la danza, los cómics y el cine. Sus capacidades de buceo le han permitido trabajar a ambos lados de la cámara. En 2014 se lanzó a realizar una película mucho más personal: Narcose. Retrató las visiones que se le aparecían a Guillaume, resultado de la embriaguez de la profundidad durante las inmersiones extremas.

La inspiración le llegó una noche en la que su marido decidió compartir con ella sus episodios de alucinaciones bajo el agua. La película tomó forma de manera inmediata en su mente. En el mismo año rodaron su tercer cortometraje, Ocean Gravity, en un viaje a Polinesia. En éste se descubre a Néry a la deriva en el paso de Tiputa, dentro del atolón de Ragiroa, el segundo más grande del mundo, como si flotara en el espacio.

Beyoncé, Ama y nuevos proyectos (bajo el agua)

AmaLa gravedad del océano fue la que le inspiró en la realización del videoclip Runnin, de Beyoncé, codirigido con Charlie Robins. Éste incluye a una pareja que trata de encontrarse en el fondo del mar, como si corrieran en su base y cerca de su superficie, para terminar por fin abrazados y ascendiendo como si fueran uno solo rodeados de espuma.

Su siguiente cortometraje, Y-40, también de la productora Les Films Engloutis, registró a Nery evolucionando en el paisaje inesperado y surrealista de la piscina Deep-Jpy Y-40, en Italia. Finalmente, en 2018, filmó Ama.

Ama es un película muda. Cuenta una historia que cualquier persona puede interpretar a su modo, basándose en sus propias experiencias. Todo se sugiere, nada se impone. Quería compartir mi mayor dolor en la vida, pero para que no fuera demasiado crudo, lo cubrí con gracia. Y para que no fuera demasiado intenso, lo sumergí en el agua. Se lo dedico a todas la mujeres del mundo”, explicó la cineasta.

Hacía 15 años que no practicaba la danza, pero sus viajes por el mundo bailando con animales marinos le devolvieron las ganas de retomarlo. Pensó que necesitaba una historia que contar, y decidió exponer el dolor que le provocó un evento familiar. “Quería ilustrar la pena y la fuerza que necesitamos para vencer crisis a través de gestos y lenguaje corporal que funcionaban mejor en el agua”, reconoció.

Así es como entre saltos mágicos en estado de ingravidez, dentro de la misma piscina que su anterior película, Gautier se envuelve de agua para expresar sus emociones. Los rayos de luz que inciden desde la superficie parecen moverse a su mismo compás. Se combinan primeros planos con generales y cenitales. El dolor parece quedar mitigado por el líquido.

La artista ya está pensando en su próximo proyecto, que se va a centrar en la conciencia colectiva sobre el plástico y las consecuencias de la contaminación marina. Para ello, va a colaborar con Forlane 6 Studio, una pareja que crea estructuras con basura de plástico para hacer obras de arte submarinas.

Aunque su intención inicial no fue lanzar un mensaje en favor de la protección del medioambiente, la acogida de sus cortometrajes le permitió darse cuenta de que estaba abriendo las puertas al público hacia un nuevo modo de vida y el respeto a la naturaleza. Es por ello que ha querido seguir por esta senda.

Así es como la bailarina y cineasta Julie Gautier comenzó batiendo récords en el extremo deporte de la apnea, para alcanzar unas cotas de originalidad en sus obras audiovisuales que hipnotizan en cada imagen. Todo parece ocurrir más despacio, pero no con menos intensidad, como si los movimientos bajo el agua ganaran en intensidad y fueran capaces de generar, o superar, más cosas.

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