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Hugo Silva busca su primer Goya con 'Un amor': “Ser humilde es revolucionario”

Hugo Silva en la redacción de elDiario.es

Javier Zurro

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Hay actores a los que uno ha visto tanto tiempo en pantalla que se ha creado una imagen basada en los personajes que ha interpretado. Ocurre con Hugo Silva, que desde que saltara a la fama con Al salir de clase encadenó papeles de rebelde con un punto chuleta, especialmente en Los hombres de Paco, fenómeno de masas que le convirtió en ídolo adolescente que se consolidó gracias a pelotazos como Mentiras y gordas.

Desde entonces, Hugo Silva ha seguido trabajando y demostrando que detrás del actor de la serie de moda había mucho más. Sin embargo, ha tenido que llegar Isabel Coixet para que encontrara la validación en forma de nominación al Goya. Lo ha hecho gracias a su irónica, divertida y estupenda interpretación de Píter en Un amor. Hugo Silva encarna a la perfección al falso aliado en la adaptación de la novela de Sara Mesa.

El Hugo Silva de 2024 rompe toda imagen preconcebida que alguien pudiera tener sobre él. Un actor con la cabeza en su sitio, consciente del privilegio de seguir trabajando en lo que ama y que analiza con sinceridad cómo un joven de veintipocos años se enfrenta a una “fama explosiva” y cómo aquello le sirvió para tomarse las cosas de otra forma, con la serenidad con la que vive ahora la posibilidad de ganar su primer premio importante en cine.

Es su primera nominación, ¿cómo la está viviendo?

Con mucha alegría y mucha expectativa. Dicen que no hay que tener tanta, pero bueno. También con muchos nervios, pero la verdad es que en el fondo, feliz. Es una suerte y un orgullo estar nominado.

El discurso de Estíbaliz Urresola en los Forqué ha dado mucho que hablar, sobre ese relato casi belicista en torno a los premios, el competir con amigos… ¿cómo convive con ello?

Yo creo que, si lo miras de una manera realista, los premios forman parte de un mecanismo de la industria. Una película, simplemente por las nominaciones, despierta curiosidad en la gente y la van a ver. Es un motor. Y si reciben algún premio tienen más vida en cartel. Si lo piensas fríamente y fuera de egos, los premios sirven para eso. Creo que hay que tener distancia, pero también la ilusión, es que somos humanos y a mí me hace mucha ilusión el premio.

Ha dicho ‘fuera de egos’… ¿Es difícil en una industria como el cine dejar fuera los egos?

Lo más importante es la humildad, y creo que nos tenemos que agarrar a eso los que damos la cara, porque sinceramente yo estoy nominado, pero yo estoy nominado porque hay un equipo detrás que ha potenciado y que ha hecho posible mi trabajo. La humildad es un valor que no está muy al alza y creo que lo revolucionario hoy en día es ser humilde.

¿Cómo ha sido trabajar con Coixet?, ¿tenía la típica lista de directores con los que trabajar y estaba en ella?

Por supuesto que estaba, pero aun así, fíjate, no esperaba que fuera a ser tan guay, tan fácil y tan enriquecedor. He aprendido muchísimo con ella. Creo que los dos estábamos totalmente enamorados del personaje. Ella me ha ayudado mucho y me ha dado muchas alas, me ha acotado muy bien y creo que lo hemos jugado muy bien, muy a gusto. Ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en mi carrera.

¿Había leído la novela?

La leí cuando supe que iba a hacer este personaje, y de hecho la leí dos veces. Creo que en el guion mi personaje pasa por otros sitios, se le atribuyen otra serie de cosas y creo que lo redondeaba mucho más, sobre todo esa toxicidad que tiene. Es un personaje tóxico pero a la vez es bastante pasivo. Es este tipo de personas que te caen muy bien, que luego empiezan a pedirte cosas mediante reproches, pero claro, qué le vas a echar en cara a alguien que es tan guay y que es tan moderno y que te entiende tan bien. Es un personaje muy divertido.

Se hizo carne al falso aliado. No sé si ese era el punto de partida para construir al personaje. 

Nunca sabes bien por dónde va a tirar la cosa, pero sí que al final, al ponerlo en pie, salía ese falso aliado. Ese tipo de hombre que ya se sabe el discurso, pero que juega a su favor y se da una serie de permisos que a lo mejor otra persona no se daría.

¿Ha conocido a muchos Píter?

Hay muchos. A medida que iba profundizando en el personaje sí que me iban apareciendo diferentes ejemplos de mi vida. 

Ese personaje también sirve para hablar de esa deconstrucción de una masculinidad tóxica. Usted lleva mucho tiempo en esta industria, ¿ha hecho ese ejercicio?

Sí. Yo esto lo digo mucho. Yo pretendo ser feminista. ¿Y por qué digo pretendo? Porque yo creía que era feminista. Y de repente ya no es que haya cambiado la sociedad, es que ha cambiado la conciencia de la sociedad, y yo miro hacia atrás en mi vida personal y me doy cuenta de que he tenido actitudes machistas. Lo bueno es tener conciencia de ello, es una cosa que tenemos que saber. No teníamos la misma conciencia que tenemos ahora hace 10 o 15 años.

¿Cree que el cine, especialmente el que han hecho las mujeres, ha puesto la lupa en esos temas, nos ha puesto un espejo a los hombres delante?

Sí. Yo creo que es que el cine sirve para eso y, por ejemplo, la mayoría de las películas de este año ponen la lupa en esos temas y además con un punto de vista distinto, íntimo, para que nos haga pensar.

Cuando ganó el premio en San Sebastián, Hovic Keuchkerian mencionó que Coixet acaba a la hora, que no son rodajes interminables… ¿Cómo es posible que eso sea la rareza?

Hay una cosa que pasa, y es que según esté el director o directora en el rodaje, eso se contagia. Lo aprendí hace ya mucho tiempo, e Isabel, por su inteligencia emocional, propone un espacio muy lúdico, nada místico y muy a favor, y eso es muy importante. Lo de acabar a la hora o no, a veces no es solamente cosa del director, sino que hay unos diseños de producción que a veces se aprietan bastante por un tema económico. Luego no tiene por qué influir en el resultado el cómo esté el director o directora. He tenido rodajes muy duros con resultados maravillosos y al revés, pero esto es un trabajo en equipo, y cuanta más humildad y mejor nos llevemos todos, siempre mejor.

Está nominado al Goya, estrena ahora dos películas… Parece que lo que se ve siempre de la profesión es lo bonito, lo positivo. Pero es una profesión dura, donde el 92% de las personas no viven de ello. ¿Se da una imagen demasiado idealizada de la profesión?

Esta profesión es muy curiosa. Yo me siento un afortunado, pero hay algo duro en ella, te tiene que gustar mucho. Pero mucho en plan pasión. Es bonito cuando las cosas funcionan y cuando te sorprende la propia profesión, pero también es muy duro cuando la profesión no te deja desarrollar tu arte, tus historias, tu lectura de los personajes… Luego la profesión en sí, no es tan dura. Quiero decir, que todos hemos trabajado en otras cosas y sabemos que los trabajos que hay son más duros.

Usted ha madurado dentro de esta industria, ¿ha sentido que crecía y cambiaba su perspectiva dentro de ella?

Sí, claro. Yo es que empecé con 22 años, y no es que haya cambiado mi punto de vista hacia la industria, es que ha cambiado mi punto de vista hacia la vida. Yo soy un afortunado no solo por el hecho de haber trabajado en esta profesión, sino porque esta profesión a mí me ha moldeado como ser humano. Me ha hecho desarrollar una empatía, una humildad y un punto de vista artístico de las cosas.

Ha estado en series que han sido fenómenos de masas, ¿cómo vivió esa exposición?

La fama explosiva es muy complicada de gestionar. La fama explosiva es cuando lo petas con algo nuevo y nadie te había visto antes. De repente estás ahí y todo el mundo quiere un trozo de ti. Todo el mundo quiere saber de ti. A mí me pasó sobre todo con Los hombres de Paco. Reconozco que tengo un recuerdo muy duro en ese sentido, muy bonito en otros muchos, pero sí que tuve que aprender a gestionarlo. También te digo que se aprende.

Yo hubo una vez, en un momento dado, en el que decía ‘esto no va conmigo, yo trabajo en esto y hago mis personajes’; y es muy equivocado ese punto de vista, porque tus circunstancias son tu vida y hay que afrontarlas, así que decidí reconciliarme con mi figura, porque yo detestaba mi figura. Detestaba al Hugo Silva que todo el mundo quería. Cuando me reconcilié con mi figura fue cuando a nivel personal empecé a vivir de una manera mucho más equilibrada y a disfrutar de la profesión. A desmitificar a esa figura también. Pero no abandonándola, sino haciéndote cargo de ella. No fue de la noche a la mañana. Hubo un trabajo con el que me fui a Colombia, estuve bastante tiempo allí, y como que volví a encontrarme un poco conmigo mismo y volví bastante en paz.

En un momento de mi carrera detestaba mi figura. Detestaba al Hugo Silva que todos querían. Cuando me reconcilié con ella empecé a vivir más equilibrado y a disfrutar de la profesión

Hugo Silva Actor

Ahora las redes sociales son habituales para los actores. En su caso es curioso, en Instagram promociona más las películas y en Twitter tiene un perfil mucho más personal y político, ¿lo decide de alguna forma o es casualidad esa división de facetas?

No pienso en estos términos, sinceramente. Cuando yo empecé no había redes sociales, yo he aprendido por el camino y sigo aprendiendo. Intento que no me condicionen y que sean herramientas de trabajo. Si te digo la verdad, en Twitter, por ejemplo, últimamente escucho más que digo. Me interesa mucho más como fuente de información muy concreta sobre la industria o sobre cosas que me gustan.

SIn embargo siempre en su carrera ha habido un compromiso político, se ha mojado en temas, ¿cree que el actor tiene que tener ese compromiso?

A mí me surge, pero yo creo que es una cuestión mía, no por ser actor, sino porque tengo cierta conciencia de clase, porque me han criado así, porque vengo de un barrio obrero, porque vengo de una familia que fue bastante activa durante la época del franquismo a nivel sindical y eso lo he mamado y forma parte de mí, pero no lo hago por ser actor, de hecho se me olvida muchas veces. Cuando señalo algo yo no quiero ser el actor que habla de ese tema, por eso también últimamente me estoy privando bastante de eso. Prefiero casi más escuchar.

Quizás también porque en estos momentos cualquier cosa en redes puede convertirse en una bomba de relojería, ¿eso le da miedo?

A ver, tampoco es tan grave. Las bombas de relojería duran como mucho una semana y luego ya hay otro tema, hay otra historia y se olvida totalmente la anterior. Sí que reconozco que a veces me he sentido bastante manoseado por perfiles sin cara, sin nombre. Quizás es más inteligente, incluso para las causas que a ti te importan, tener un perfil más bajo y cuando realmente haga falta, exponerte.

¿Ha conocido a mucha gente a la que se le ha ido la olla en esta profesión?

En esta y en otras. Pero no por el tema de ser actor. Creo que el hecho de estar expuesto tiene cierto peligro. No es una cuestión solo de actores. El tema de la fama es complicado de gestionar.

¿Hay papeles que hacen que cambie la percepción de la gente, que saquen a uno del cajón donde el espectador le tenía colocado?

Yo creo que no nos tenemos que dar tanta importancia. A mí me ha pasado que yo he hecho mucha comedia y ha habido veces que estreno una y me dicen que si es la primera vez que hago comedia, y no pasa nada. La gente está en otra cosa. A la gente lo que le interesa de verdad es que le cuentes una historia, que se emocione y que tres días o cuatro después se acuerde de ella. Eso es lo que yo creo que merece la pena de verdad.

Se ha dicho mucho lo del gran momento del cine español actual, ¿lo nota en los guiones que le llegan?

Lo que me está pasando con los guiones desde hace ya unos años, pero yo creo que es por la edad, es que los personajes que me llegan son mucho más divertidos e interesantes, porque ya no hay que salvar al personaje. Yo sigo haciendo de vez en cuando un prota, pero ya el que me toca no es este chico que hay que salvar. Ahora cada vez tiene más contradicciones, cada vez tiene más defectos, y esto es divertidísimo. 

O sea que eso le gusta. 

Claro. Eso es lo que yo quiero. Lo que siempre he querido realmente. Pero bueno, también es normal. Esto te va llegando cuando ya puedes darle un poso y un peso a personajes que tienen ya una edad.

Vídeo de la entrevista completa

Vídeo: Nando OchandoRocío Bermejo 

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