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“Me parece un insulto que se crea que las mujeres solo leemos historias de amor”

Paloma Bravo, autora de la novela "Solos" \ Foto: Alejandro Navarro Bustamante

Belén Remacha

Paloma Bravo publica su tercera novela. Y ya es su favorita. La autora del exitoso libro La novia de papá, y del blog con el mismo nombre, le da ese honor a Solos por “su riesgo formal” (se atreve con un narrador que rompe la cuarta pared, que interviene en la trama y que “es falible”). También porque ha comprobado “que la gente se identifica con los personajes. Creo que podríamos protagonizarla cualquiera de nosotros”. Pero no, no es autobiográfica: “me gusta porque ni soy yo ni nadie que conozca, y sin embargo los dos chicos y las dos chicas son reales, los puedes tocar”. ¿Es un retrato generacional? “Sí y no. Es una foto de unas personas, pero no me gusta la idea de sentar cátedra, de decir 'esta es la generación de los 40'. Me gusta que sean cuatro, que ninguno sea perfecto... Y que a todos los entiendas”.

Solos transcurre en el piso de una pareja que supera los 40 y que está a punto de romperse. Solos es una reunión de amigos de la que salen secretos y verdades. “Claro que sí, hay que reivindicar la amistad”, reitera durante la entrevista y deja claro en la novela. Son además relaciones que tienen lugar en una sociedad hiperconectada, lo cual opina que “no es un problema en sí mismo. Depende del uso que des a las redes sociales”. Su puesta en escena teatral recuerda a Un Dios salvaje, de Yasmina Reza, y la comparación le hace sentir “muy honrada”. “Esa escritora me gusta mucho porque parece que tenga rayos X para diseccionar a la gente”. También nos retrotrae al Woody Allen de Hannah y sus hermanas.

¿Tenías claro el título?

Desde el principio. Yo no creo demasiado en la necesidad de estar con alguien, creo que hay que saber estar solo y que si en un momento quieres estar con alguien, fenomenal. Muchos seguidores del blog me pedían que escribiera sobre la soledad, pero tampoco me gusta hacer bandera de nada ni que haya que imponérsela a nadie. Lo que me hace gracia, y de ahí el título, es que dé miedo la palabra soledad cuando todos estamos solos, aun estando en pareja. Y al mismo tiempo ninguno lo estamos del todo, porque siempre tienes gente a la que quieres. Además, me gustan mucho los palíndromos.

¿Es Solos también un alegato contra el amor tradicional?Solos

Es que, ¿qué es el amor tradicional?. Me parece que hay un momento, entre los veintimuchos y los cuarenta, en el que te planteas cosas como convivir con alguien, tener o no hijos. Y más que amor tradicional, lo que tienes en la cabeza es la convivencia tradicional.

Yo creo que el amor tiene fases, que dura lo que dura. Nunca es un fracaso que se acabe. Saber vivir solo y querer llegar a casa aunque no te espere nadie me parece un avance. También tener relaciones de pareja sanas, no aguantar cualquier cosa por el hecho de estar con alguien.

Algunos calificaron tu anterior novela de chick-lit, y eso no te gustó. ¿Ha pasado lo mismo con esta?chick-lit

Es que otra de las cosas que me encanta de Solos es que, al no ser en primera persona y tener el mismo peso los dos hombres que las dos mujeres, es absolutamente unisex. Y lo de chick-lit es una estupidez. Que una novela la firme una mujer no significa que sea para mujeres. Me parece un insulto que se crea que las mujeres sólo leemos historias de amor, a ser posible que acaben con un millonario. No deja de ser una versión renovada de los cuentos de hadas, y es muy indignante. Dice muy pocas verdades sobre las mujeres, pero también dice mucho del siglo XXI y de parte del sector editorial. Hay veces que a algunas editoriales se les mete en la cabeza que las mujeres solo leemos o escribimos un tipo de literatura. Y es súper respetable leer 50 sombras de Grey, pero no por tener cromosomas XX vas a leer sólo eso. Además, ponerte una etiqueta te limita. Yo creo que leer tiene que abrirte ventanas al mundo, no contarte cuentos de hadas.

Tampoco nos damos cuenta de la cantidad de personajes femeninos maravillosos y llenos de matices que han escrito hombres a lo largo de la historia. ¿Madame Bovary o Anna Kanerina estarían en la estantería de novela romántica ahora? ¿Por qué por escribir bien a una mujer, o porque la primera persona sea una mujer, tiene que estar ahí, te ponen directamente ese sello? ¿O es que los hombres no tienen sentimientos, no les preocupa la paternidad, el amor, los derechos? Claro que sí.

¿No crees entonces en la literatura de mujeres?

Seguramente existe, es un fenómeno de marketing, igual que hay cuchillas de afeitar rosas. Pero el hecho de que detrás de la historia haya una mujer no significa que sea para mujeres. Creo que deberíamos rebelarnos un poco contra que se imponga ese estereotipo. Conozco incluso hombres que están firmando con pseudónimos femeninos literatura de ese tipo, lo cual es todavía más perverso.

Sí que tratas en Solos reivindicaciones feministas, como la libre elección de la maternidad o la desigualdad en el trabajo.Solos

No creo que esos temas nos interesen solo a las mujeres, me niego a ello. Al revés, porque como te digo, es unisex; yo conozco mujeres que toleran demasiado bien la misoginia, y a hombres muy feministas. La maternidad se trata desde el lado de la mujer, que siempre nos sentimos más aludidas, pero también desde el lado de un hombre que no quiere tener hijos con una pareja y vive una situación bastante complicada.

Cuando yo tenía el blog, me escribían muchos hombres contándome penas de amor. Las mujeres, en mayor proporción, historias de sexo. Los estereotipos están para reventarlos y que cada cual sea como le da la gana. Y además de eso, por supuesto, hay que reivindicar el feminismo y la falta de tolerancia contra la misoginia latente, que es muy dura y está presente en todos lados.

En Solos también hablas de cáncer.Solos

Es que el cáncer mata. No creo en esos eufemismos, como sale en la novela, tipo “perdió la batalla contra una larga enfermedad”. No, es cáncer. A veces se sale, a veces no.

También dices que los protagonistas están en “el lado malo de los 40”. ¿Cuál es ese lado?

El lado malo de los 40 es cuando ya no hay vuelta atrás, cuando ya lo que toca inmediatamente son los 50. Lo que me gusta de Solos es que reivindica que a veces nos flagelamos demasiado con que seguimos siendo adolescentes, con el complejo de Peter Pan. Y lo bueno de no tener nada resuelto a los 40 es que puedes seguir cambiando tu vida y cambiando el mundo. Nos pasamos el día esperando a que de repente pase algo. El poema de Benedetti que cierra el libro dice “espero pasos que nunca llegan”. Da esa sensación, de que pensamos que seremos felices cuando tengamos pareja, cuando nos cambiemos de trabajo, cuando paguemos la hipoteca. Y no es así. No es fácil aplicarlo, soy consciente, no quiero sonar como libro de autoayuda porque no está en mi naturaleza. Pero hay que intentar vivir al máximo, ser cada día la versión de ti que quieres ser.

Y tocas algunos problemas del sexo a partir de los 40...

(Se ríe) A mí lo que me encantaría es que lo contaran los hombres. Creo que a ellos les cuesta mucho más escribir escenas de sexo. Decía un escritor hace poco que era porque enseguida pensaban en su propia impotencia. No tengo una tesis sobre la impotencia ni sobre los gatillazos, pero me gustaba que una de las protagonistas estuviese saliendo con uno de 25 y los justificase como le diese la gana, a partir de su propia experiencia.

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