Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Mascaradas de espíritus malignos reciben el Año Nuevo en la Zamora rural

Vista de un de los once personajes variopintos de Los Carochos de Riofrío de Aliste que forman parte de las mascaradas en las que el protagonismo lo tienen espíritus malignos que salen a las calles de pequeñas localidades zamoranas este primer día de año, en una tradición que se mantiene y se recupera como expresión identitaria y rito ancestral que celebra el cambio de solsticio.

EFE

Zamora —

0

Las mascaradas en las que el protagonismo lo tienen espíritus malignos que salen a las calles de pequeñas localidades zamoranas han recibido el Año Nuevo en una tradición que se mantiene y se recupera como expresión identitaria y rito ancestral que celebra el cambio de solsticio.

Los once personajes variopintos de Los Carochos de Riofrío de Aliste, el Zangarrón con orejas de liebre y tridente de Montamarta, los Diablos de careta de corcho y tenazas de Sarracín de Aliste y los cencerrones que lanzan ceniza en Abejera han sido protagonistas este 1 de enero en la Zamora rural.

Su salida a las calles se enmarca en el ciclo de doce días de jornadas navideñas, entre el 26 de diciembre y el 6 de enero, en el que se reviven las mascaradas de invierno en una docena de pueblos de la provincia, en su mayoría ubicados en la zona oeste.

El antropólogo y director del Museo Etnográfico de Castilla y León, Pepe Calvo, ha explicado a Efe que estas celebraciones “solsticiales” de origen precristiano están relacionadas con el despertar de la naturaleza después de la noche más larga del año.

A ese origen se ha sumado después el “contagio cultural” que ha introducido en las mascaradas “aspectos cristianizantes” relacionados con “el bien y el mal”.

Algunas de estas celebraciones estuvieron a punto de desaparecer en los años sesenta y setenta del siglo pasado pero en las últimas décadas han tenido un reconocimiento cada vez mayor y un resurgir gracias a su atractivo turístico y etnográfico que ha llevado a algunos municipios a recuperarlas.

El propio Museo Etnográfico de Castilla y León, con sede en Zamora, tiene en su colección permanente elementos relacionados con algunas de las mascaradas de invierno, como el Zangarrón zamorano o las máscaras de Carnaval de la localidad leonesa de Llamas de la Ribera.

Etiquetas
stats