“No veo compromiso político en ningún músico”
Despacio, pero con paso muy firme. Así avanza la carrera –aunque a ellos no les gusta nada la palabra- de los getxotarras McEnroe. El pasado 9 de mayo presentaron su nuevo disco, Rugen las flores (Subterfuge), en la sala Ocho y Medio de Madrid y estaba a rebosar, con un público entregado que tarareó todas sus canciones, también las nuevas. Después de El sur de mi vida, Mundo Marino, Tú nunca morirás y Las orillas, comienzan una gira que les llevará a Barcelona (26 de Junio) y Bilbao (27 de Junio), entre otras ciudades, con un álbum que suena más a su directo, aunque sin perder ese halo de melancolía –luminosa- que habita en todos sus temas. Hablamos con el vocalista y compositor Ricardo Lezón sobre este disco, su trayectoria, literatura y eso que ahora se llama ‘compromiso político’.
En el concierto del 9 de mayo en Madrid tocasteis muchas canciones del nuevo disco, 'Rugen las flores', que suena más electrónico que los anteriores. Parece más para un directo.
Sí. Nosotros vivimos en ciudades diferentes y nos vemos muy poco. Habían pasado ya tres años del anterior disco y habíamos tocado menos en 2014. Estábamos un poco dispersos, ya no solo de distancia sino en una especie de calma rara, y esto fue como un impulso muy fuerte. Algo así como, tengo estas canciones, quedamos un día para ensayarlas, y a grabar. Y sí, sonaba mucho a los ensayos, no le dimos muchas vueltas, y fuimos a terminarlo en el estudio. Eso se plasma. Yo creo que es el disco más de banda y más parecido a como sonamos en el escenario.
Eso suena a que trabajáis muy rápido. ¿Cómo fue la composición del disco?
El proceso, como todos los demás. Me pongo en casa con la guitarra, cuando me salen las canciones les llamo, nos juntamos, se las enseño y si les gusta las empezamos a tocar todos juntos y hablamos… Pero no le damos muchas vueltas a las cosas. Ni a las canciones, ni a las estructuras ni a las letras. En este caso ha sido más fuerte, porque lo hemos terminado casi en el estudio, con lo primero que nos saliera. Pero siempre hemos sido así. Tenemos muy poco tiempo para estar juntos y no lo gastamos. Simplemente esperamos que nos emocione. Nosotros hacemos los discos para nosotros y lo único es que nos guste a nosotros.
Pero cada vez gustáis a más gente. ¿Os estáis haciendo grandes?
No nos movemos por objetivos. Hacemos los discos y todo lo que venga después, estupendo. Sabemos ya perfectamente lo que somos. No esperamos nada ni lo buscamos. Si viene mucha gente, fenomenal y si vienen cuatro seguiremos tocando. No nos sentimos haciendo una carrera musical. Más que una carrera es un viaje, queremos disfrutarlo todo, cada momento. Somos un grupo pequeño, pero con la suerte de que a la gente que le gusta, le gusta mucho y son muy fieles. Pero no sé si nos vamos a ser grandes y si me importa.
Y, sin embargo, cuando se lee vuestra biografía una se da cuenta de que empezasteis en 2002.
Ya, nosotros también nos miramos y decimos, ¡llevamos ya 13 años! Sí, pero el tiempo juntos en realidad serian como tres años. Ha sido todo muy espaciado. Eso tiene su parte buena, que nos mantenemos frescos y con muchas ganas, pero lo de la repercusión es incontrolable. Hay gente que nos descubre ahora… No lo sé. No considero que tengamos una trayectoria de 13 años como grupo.
Como una relación sentimental a distancia.
Bueno, ahora hay relaciones a distancia que son muy asfixiantes, sobre todo con las nuevas tecnologías. No, yo creo que nos hemos sabido mantener porque tenemos la gran suerte de que somos muy amigos en la vida cotidiana, y cuando nos da el punto del disco, nos metemos a grabar. Es una parte muy importante de nuestra vida porque nos ayuda a sobrevivir, no económicamente, pero sí con otras cosas porque nos da mucho, aunque tampoco es lo más importante.
El título de ‘Rugen las flores’ está extraído de un poema de Eduardo Lizalde. A la hora de componer, ¿prima la lectura?
Me baso en muchas cosas, me afectan muchas cosas a la hora de escribir, algunas son inconscientes, toco la guitarra y sale una idea, pero no la tengo pensada. Dejo que fluya. Luego las escucho y encuentro las referencias. Me afectan los libros, las películas, el cine, la música, las conversaciones que tenemos…
Y cuando las pones sobre papel, ¿cambia la perspectiva que uno tiene sobre las cosas?
A mí me pasan muchas cosas extrañas con las letras de las canciones, como diría Iker Jiménez. Hay veces que escribo letras que las entiendo mucho tiempo después, y cuando las he terminado no las entiendo ni yo. Hay otras que son historias que no me han pasado y me han pasado después. Y otras sí están basadas en cosas que me han pasado, y sí te cambia luego cuando las escuchas.
Algunas son duras. El otro día en el concierto una chica me dijo: “Voy a llorar en cinco minutos”.
Sí (risas). Las canciones son de quien las escucha, que es un tópico, pero es cierto. Una vez que las has cantado, es igual de suya que mía. Yo intento contar una cosa, pero no puedo controlar lo que le da sentido para otra persona. Nos dicen que sí que tienen ese halo de tristeza, pero yo personalmente creo que no somos más tristes que la música que he escuchado yo toda mi vida. Y desde luego no están escritas desde la tristeza ni pretenden serlo. Hay algunas más duras y otras que no lo son. Cuando las escucho con tiempo siempre les veo la parte luminosa.
También acabas de publicar el poemario ‘Extraña forma de vivir’. ¿Escribes de forma diferente un poema a una canción?
Sí, es diferente. Cuando escribí los poemas no estaban pensados para que fueran publicados o los leyese nadie más que yo. Lo que pasa es que estaba Estíbaliz Hernández de Miguel, que ilustra el libro. Somos muy amigos y me los pidió para hacer algo y fue ella la que tiró del carro para que saliera. Pero me da más pudor que ponerme a cantar, aunque luego para terminar las letras de Rugen las flores si me apoyé en alguno de los poemas.
En España no hay tanta tradición de letristas literarios como pueden ser Lou Reed, Leonard Cohen o Bob Dylan.
A mí hay muchos letristas en España que me gustan mucho y ver sus letras trasladadas al papel me gustaría mucho. De hecho, las leo y me parecen poemas muy bonitos. No sé si hay menos tradición literaria. Es que el mundo de la literatura da mucho miedo, a mí por lo menos. Es un terreno que me parece lejano. Ponerte a escribir un poema está bien porque tiene casi la misma categoría que una canción, es una idea plasmada ahí, pero pensar en escribir una novela como Cohen me parece algo inalcanzable. Da mucho respeto. Pero en España sí hay letristas muy buenos.
Por cierto, tú vives en el campo.
Sí, vivo en el quinto carajo. No tengo cobertura en el pueblo en el que vivo, y me tengo que ir a otro cerca.
¿Un lugar así es mejor para componer?
Te voy a contar una cosa. Hace dos años me fui a pasar el invierno a un pueblo de Soria de seis habitantes. Me fui con la guitarra y el ordenador. Hacía 30 bajo cero… Y no compuse ni una línea. Después me tuve que ir a Marbella a trabajar, que es todo lo contrario, y allí surgió Rugen las flores. Ahora estoy otra vez en un pueblo de Soria, somos seis, llevo dos meses y me da miedo también. A veces cuando lo tienes todo, no te sale, y cuando estás en una habitación en un hotel de Benidorm, te sale un disco.
Vosotros sois de Getxo, pero en vuestros discos nunca ha habido una temática política. ¿Por qué?
No, no me he metido en temas políticos ni de ninguna otra clase que no sean las relaciones personales. Yo toda mi vida he escuchado canciones de amor, que son las que me interesaban. Nunca me han interesado las canciones que hablan de política porque creo que hay otros canales … Nunca me ha llamado escribir de eso, pero como nunca m ha llamado escribir sobre bailar. Me sale escribir sobre esto. Pero no es por tener miedo o vivir en el norte. Aquí en España suceden dos cosas con las que flipo. Como digas una palabra política ya te dicen que es un disco político, y pasa lo mismo con los poemas. Si lees un poema ya eres un intelectual. Pues no. Puedo no ser un intelectual y que me haya gustado un poema. Eso no quiere decir que tenga algún tipo de pretensión intelectual. A mí no me gusta nada forzar, por lo que no voy pensando en que tengo que mandar un mensaje de nada. Ni estoy en eso ni me apetece ese papel.
Te lo decía porque ahora todo el mundo hace alguna reivindicación política. Como si tocara hablar del compromiso.
Yo en la música no veo ningún compromiso político en ningún músico. He escuchado a Bosé algo en una canción ridícula haciendo una demagogia tonta, pero una opinión política llevada a una canción no lo he visto. A mí si en una entrevista me preguntan sobre política porque alguien cree que puede ser interesante lo que yo diga pues yo contesto, pero realmente lo veo todo muy de cartón piedra. Todo lo que ha salido de política en España con la música me parece de cartón piedra, y yo no conozco a nadie que esté comprometido, salvo en el rock radical vasco, donde se comprometían y hablaban de las cosas desde su punto de vista. Pero del resto… Por ejemplo, con el nuevo disco de Nacho Vegas, que dicen que es un disco político y yo lo he escuchado y me pregunto por qué. ¿Porque dice la palabra ‘Adolfo Suárez’? Porque no hay ni una sola idea. Igual yo soy un inútil, pero no he encontrado una idea de peso.
Al rock radical vasco apenas se le dio cobertura en la prensa, por otra parte.
Pues allí nos daban el coñazo con el tema… pero bueno, era un fenómeno muy localizado que igual se entendía desde fuera de otra manera. Igual que desde allí se entienden de otra manera las cosas que pasan fuera. No lo sé, pero es lo único que yo he escuchado que tenga… De hecho eran grupos que estaban basados en una idea que ellos creían que era política, aunque yo no creo que tenga mucho que ver con la política, según mi punto de vista.
Antes me decías que no vivís de la música.
En la música yo no atisbo manera de. Y menos con la que hacemos nosotros. Aunque tampoco sé con cuál, eso nunca se sabe. Igual haciendo lo que te gusta puedes llegar a vivir de ella o no. Yo tengo muy claro que no vamos a vivir de la música. Tampoco nos lo hemos planteado nunca ni vamos a hacer ningún esfuerzo que suponga dejar de hacer lo que nos gusta. Nosotros vamos por nuestro camino y lo que venga será bueno.
Te lo preguntaba porque en los últimos años han subidos los impuestos y el pastel entre salas, discográficas, etc. es menor.
Sí, te das cuenta cuando vas a tocar que el músico es el último mono. Todos cogen y el primero el gobierno o quien decida poner el 21% a la cultura, que se define a sí mismo como un inculto. Te das cuenta de que siendo un grupo de nuestro tamaño, el músico es el último o el penúltimo. Supongo que para las salas será complicadísimo también eso de poder pagar cachés altos. Y luego está todo el tema de cierres, de ruidos… Por eso te digo que no atisbo ninguna manera de poder vivir de esto. Hombre, si te cogen para 39 festivales al final sacarás algo de dinero, pero haciendo una gira de salas, no sacas mucho la verdad.
Ya que os llamáis McEnroe. ¿Nadal o Federer?
Nadal me parece un tío espectacular como deportista. Es admirable el esfuerzo, con mucho menos talento que Federer. Admiro mucho a la gente con voluntad. Aunque para verle jugar, prefiero ver jugar a Federer.
Bueno, ahora toca Djokovic.
Djokovic me aburre. Es una mezcla entre Nadal, sin llegar a ser Nadal, y un poco de Federer, pero sin llegarle ni al tobillo. Me parece uno de los jugadores más aburridos que ha habido, aunque hace bromas.