Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Viaje a CANADA, el cerebro de los vídeos de Rosalía: “Según los críticos, ella solo podría hacer sardanas”

Rosalía en un frame de 'Pienso en tu mirá'

Mónica Zas Marcos

Rosalía sujeta con los dientes una aceituna negra tan brillante como la pupila de un toro. La sostiene hasta que la estrofa de Pienso en tu mirá rompe y, con ella, revienta la oliva con la boca en una de las escenas más poderosas de su último videoclip, publicado a comienzos de esta semana. Desde que estrenó hace dos meses el single Malamente, los adelantos de su disco El mal querer se han consagrado como el rompecabezas preferido del verano.

Un penitente montado sobre un monopatín de espinas, talleres de tuning, camioneros con el pecho ensangrentado, botellas de Anís del Mono, frasquitos de Varon Dandy y muchísima iconografía taurina han alimentado más teorías en las últimas semanas que las líneas de Nazca. Ambos son éxitos instantáneos que han engrosado su impacto con unos productos audiovisuales impecables que corren a cargo de CANADA, la productora del momento.

Con sede en Barcelona pero la mirada puesta en todo el globo, esta joven empresa ha reunido en diez años un catálogo digno de las major patrias. Hoy los teléfonos no dejan de sonar, desde España hasta Londres, donde han tenido que abrir una sede para atender a los clientes internacionales. Y si bien tienen derecho a decir que lo de Rosalía no ha sido una excepción, la casualidad quiso que todo cambiase con un videoclip de El Guincho, ahora productor de la cantante catalana.

“El video de Bombay fue el que nos dio visibilidad fuera y nos permitió no depender únicamente del mercado español. Empezamos a tener ofertas de trabajo de todo el mundo, con lo que eso supone a todos los niveles”, explica Nicolás Méndez, director de CANADA, a eldiario.es. En ese momento eran un grupo de profesionales con buenas ideas, escasos medios económicos y una visión muy punk. Ocho años más tarde, ya son capaces de enumerar a Phoenix, C. Tangana, Beck o Tame Impala entre sus hitos y sus vídeos han sido nominados a los MTV Awards y a los Grammy.

CANADA también se ha especializado en anuncios o cortos para grandes marcas como Zara, Nike, Danone o Stella McCartney. Aunque el estilo es reconocible en ambos campos, admiten que las motivaciones a la hora de escoger proyectos en uno u otro son bien distintas. “Si se trata de un anuncio, nos metemos por el dinero, porque es nuestro trabajo. Ponemos nuestro conocimiento al servicio de este cliente, pero al final este tiene la última palabra y el resultado no siempre es el que nos hubiera gustado a nosotros”, dice Méndez con total sinceridad.

Entonces, ¿se sacrifica el pulso artístico en los encargos publicitarios? “Los anuncios nos dan de comer y a veces no tenemos la última palabra sobre el resultado final. Lo que no quiere decir que no haya encargos que pueden ser muy estimulantes. Eso sí, hay que estar preparado para la batalla”, confiesa.

En cambio, en el caso de involucrarse en un proyecto musical, “el dinero no existe, los presupuestos son ridículos y, si nos interesa, hacemos una inversión importante”. Por eso, una de las condiciones que ponen a la hora de hacer un videoclip es que exista complicidad con el artista y su idea. “Puede ser alguien involucrado, o arriesgado, o que simplemente confía. También puede ser una canción inspiradora y que saque lo mejor de nosotros, o a veces un presupuesto, pero esto no asegura nada”, enumera Nicolás.

“Si podemos hacer un buen trabajo y dedicarle el tiempo que necesita, al final sale un vídeo del que la gente también habla. Y eso es publicidad para el artista y la canción, que es de lo que se trata”, dicen desde CANADA sobre el caso, no tan extendido, de que la productora sea reconocida a la altura del artista y no quede eclipsada cuando lanzan el vídeo.

En los últimos tiempos, YouTube se ha convertido en una lanzadera casi más importante que las radios o las listas de éxitos. “Invertir en audiovisual es lo mejor que puede hacer un artista ahora mismo. Un tema mediocre puede ser un hit solo por el videoclip”, dijo el rapero Rels B a este periódico. Y la actualidad le da la razón. En los meses de verano, muchos cantantes apuestan la parte por el todo en el video, lo que se traduce en una sucesión de canciones con aspiración de cortometraje que pujan por alcanzar el primer puesto de la plataforma.

A Rosalía no le ha costado demasiado esfuerzo proclamarse reina de la lista, primero con Malamente y desde hace cuatro días con Pienso en tu mirá. Las piezas reflejan a la perfección lo que ha supuesto la cantante para el flamenco y una de las decisiones artísticas más inteligentes de los últimos tiempos. Esa connivencia entre la tradición y el género urbano ha soliviantado a unos cuantos pero ha convencido a muchos más: 16 millones de visitas entre los dos vídeos avalan su arte.

“En el caso concreto de Rosalía, ella tenía un imaginario muy específico que compartió con nosotros. Quería hacer algo muy de aquí, muy reconocible, usar nuestro imaginario popular pero dándole una vuelta, como hace ella con la música”, explica el director.

En cuanto a la diferente estética respecto a sus anteriores trabajos, la productora prefiere no encasillarse y desdeña la etiqueta de hípster que le han colgado en varios medios. “No sé lo que significa hípster, pero me da la sensación de que es una manera despectiva de nominar a algo que tiene vocación de joven y moderno. No tengo ni idea”, responde.

Como ya explicamos, si el debate sobre Malamente giró en torno a la apropiación cultural y el uso de la simbología gitana, en este último se habla sobre todo de su significado. Pero también hereda ciertas polémicas a raíz de la iconografía taurina y lo que algunos han interpretado como una reivindicación de esta práctica.

“Cuando era pequeño y volvía del colegio, a veces ponía la tele esperando ver Barrio Sesamo, me encontraba con una corrida de toros y me cagaba en todo. Eso es lo que he vivido y es lo que conozco, así que encuentro natural usarlo porque forma parte de mi imaginario visual. No se reivindica nada”, defiende Nicolás Méndez.

Y continúa: “Los toros aquí están porque el disco de Rosalía habla de una relación de amor venenosa. Que quita la vida. La relación que tiene un torero con el toro me da la impresión de que es similar. El torero siente un profundo respeto por el animal, pero sin embargo, la relación acaba con uno de los dos muerto. Hay sangre de por medio. Hay cuernos. Hay posesión. Joder, es que venía al pelo. De la misma manera, y por las mismas razones en Pienso en tu mirá hay un vampiro. Porque cuando un vampiro te quiere de verdad, ¡ñac!, te chupa la sangre y te deja tieso”.

Aunque la cantante ha hablado abiertamente sobre su intención de ahondar en las pasiones de las relaciones tóxicas, y el título del disco no deja lugar a dudas, en CANADA han jugado con un buen puñado de referencias ambigüas. De hecho, defienden que la teoría de que Pienso en tu mirá es un alegato contra la violencia de género roza más la conjetura que la certeza.

“La canción es sobre los celos. Sin más. Creo que está especialmente bien escrita y por eso suscita controversia. El poder de la lírica es una maravilla. La letra es clara y sencilla, en el mejor sentido de estas palabras, y expresa claramente un sentimiento muy fácilmente identificable”, piensa el responsable de su parte audiovisual.

“Las imágenes que ilustran la canción sólo intentan hacer el mismo ejercicio de una manera sugerente. Me encanta que la gente se devane los sesos buscándole sentidos a las cosas porque en realidad nosotros hacemos lo mismo. Estuve un mes pensando qué coño escribía en la esclava de oro hasta que se me ocurrió lo de Varón Dandy”, pone como ejemplo.

Entre alegorías a la violencia y a las ataduras, aparecen elementos del imaginario gitano que, aunque fueron bien acogidos de manera generalista, provocaron la indignación de algunos integrantes de esta comunidad, incluida la rama activista. Critican el empleo de elementos culturales gitanos por parte de una artista paya y catalana, así como la exageración del estereotipo andaluz.

“Me da pena que haya gente que se sienta dolida por esto. Desde su punto de vista, Rosalía sólo podría hacer sardanas. Para los Pata Negra eran tan importantes Diego del Gastor como Jimmy Hendrix. Resulta que ahora si no eres negro no puedes tocar Blues. Cuidado Mick Jagger, van a por ti. ¿Te imaginas decirle a Rafael Amador que no puede usar una guitarra eléctrica porque es español?”, opina Méndez. En lo que a él respecta, “si necesito un bailaor, intento que venga uno de verdad. Pero no me fijo en si es gitano o no. Me fijo en si lo hace de la hostia”.

Al fin y al cabo, la filosofía de CANADA no pasa por circunscribirse a un solo estilo, un solo país ni una sola cultura. Han abrazado desde el imaginario yankee de las cheerleaders hasta la tradición más puramente española, desde Bowie hasta los ritmos tropicales de El Guincho. Por eso no creen en las etiquetas: “Si luego es hípster o gótico medieval lo dirán lo demás”.

Etiquetas
stats