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El narcotráfico en el sur y el ciberdelito se codean en la nueva novela de Silva

El narcotráfico en el sur y el ciberdelito se codean en la nueva novela de Silva

EFE

Madrid —

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Lorenzo Silva ha pisado muchas veces la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil para inspirarse. Hoy ha vuelto para presentar su nueva novela, “Lejos del corazón”, donde una nueva realidad delictiva, la ciberdelincuencia, se codea con otra ya vieja: el narcotráfico en el Estrecho.

Silva (Madrid, 1966) ha querido celebrar los 20 años de su primera novela de la serie protagonizada por el subteniente Bevilacqua y la sargento Chamorro en la UCO, en la unidad en la que trabajan estos dos agentes, ahora ya en un momento de madurez, de conformidad con lo que tienen y hacen, porque han asumido las pérdidas y las cosas que han hecho a medias.

“Lejos del corazón”, editada por Destino (Planeta), se enfrenta a los lectores con el bagaje de sus diez antecesoras de la serie, las que han conquistado a dos millones de lectores y han sido traducidas a una decena de idiomas para convertirse en un “clásico” de la literatura policial europea, como hoy han subrayado sus editores en la presentación.

Flanqueado por los máximos responsables de los departamentos de la UCO de delitos telemáticos y de delincuencia especializada y drogas, Lorenzo Silva ha explicado en rueda de prensa que su nueva novela recupera el humor que había desaparecido en otras, en sintonía con el buen momento de Bevilacqua y Chamorro, ya no tan melancólicos y conscientes de al fin y al cabo no les va mal en la vida.

Ha reconocido que, cuando ya se han escrito seis o siete libros de una serie -él ya lleva once-, se corre el riesgo de “aburrir” y, por eso, él tiene un protocolo de construcción de las novelas para que a sus lectores no les parezca que ya han leído esas páginas. Nuevos delitos e investigaciones diferentes para que sus obras también sean diferentes.

Fue en 2004 cuando Silva hizo un reportaje sobre las pateras en el Estrecho, embarcó en una patrullera de la Guardia Civil y descubrió un “ecosistema” que, sin duda, tenía que retratar. Se lo guardó “en reserva”.

Y ha sido ahora cuando ha rescatado esa idea para mezclar dos realidades delictivas, aderezadas con una más: el secuestro, un delito grave que no se prodiga en España pero que existe.

Así ha trenzado una historia en al que un joven informático brillante que se sitúa al borde de la ley es secuestrado en plena calle. Sus captores piden por él un alto rescate que sus allegados pagan. Pero el joven sigue desaparecido.

Bevilacqua y Chamorro viajan al Estrecho para intentar esclarecer lo ocurrido. Es aquí donde Silva hace un retrato del “ecosistema” del Estrecho, que ha podido plasmar después de hablar con todo el mundo, incluidos los abogados de los narcos.

Es la descripción de un mundo donde un “gran cáncer”, como él lo define, son las “toneladas de dinero negro” que han de blanquear en una desenfrenada “actividad empresarial”.

Silva ha recordado que el narcotráfico en el sur “da trabajo y medios de mantenimiento a mucha gente”, en una zona con un 60 por ciento de paro juvenil y de baja formación que les lleva a optar por esa actividad antes de trabajar en un centro comercial, como de hecho llega a ocurrir.

También ha reconocido el trabajo de las fuerzas de seguridad, que cada día llevan a cabo operaciones contra los narcos, pero ha lamentado que no cuenten con suficientes medios.

Junto a este delito, Silva ha querido introducir en su novela la ciberdelicuencia. Los malos tienen a sus víctimas lejos de sus ojos y lejos de su corazón. “El ciberdelincuente no las ve nunca”, es un “pícaro habilidoso” capaz de hacer daño al más débil.

Ha aprovechado para resaltar el trabajo de la Guardia Civil a lo largo de sus 174 años de historia, un cuerpo “claramente comprometido” con el interés común y que, dejando aparte el 23-F, hizo un “tránsito velocísimo” a la democracia.

Preguntado por el futuro de la serie y la jubilación de Bevilacqua, el escritor ha dicho que no tiene ningún plan cerrado, no ha descartado que desde la “reserva” siga trabajando en la investigación y ha asegurado que no ve al subteniente en labores de seguridad privada.

En las novelas de la serie hay “gente más joven”, como la propia sargento Chamorro e, incluso, el hijo de Bevilacqua, al que le quedan aún 40 años de guardia civil “si no abandona”.

De todos modos, Lorenzo Silva, fiel a su trayectoria, no tiene nada decidido. “Me ha ido bien no decidir las cosas e ir adaptándome”.

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