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CRÓNICA

De telonear en Vistalegre a llenarlo: Cruz Cafuné extasía Madrid

El rapero Cruz Cafuné durante su concierto en el Palacio Vistalegre de Madrid.

David Romero

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“A quien se quede quieto lo echo y paro el show”. Si esta crónica hubiera sido escrita durante el concierto, probablemente el ordenador/móvil/bolígrafo ya estaría roto, pisoteado y perdido. No hubo tregua la noche del sábado en el Palacio Vistalegre de Madrid. El rapero Cruz Cafuné (también conocido como Cruzzi) extasió de principio a fin a un público que lo coreó hasta la saciedad y que alternó entre el sudor y las lágrimas —sin ánimo de exagerar— a lo largo de las dos horas de show.

Aún no se habían podido escuchar las canciones de su último disco y ya se habían agotado las entradas. Dieciséis 'sold out' repartidos por toda España. El artista llegó a la capital a presentar Me muevo con Dios en la penúltima fecha de su gira, que termina en el mes de abril en su tierra natal, Tenerife. “La primera y única vez que estuve aquí antes fue en 2019. Le pedí a Rels B [cantante mallorquín de éxito internacional] que me dejara cantar tres canciones. Cuatro años después, aquí estamos. Gracias a los técnicos, a mi equipo y a toda la gente que lo ha hecho posible. Gracias a ustedes. Prepárense, esto va a ser una puta película”, dijo al inicio en una breve pausa —puro espejismo—.

El concepto del disco, representado por medio de un tiburón, es un claro ejemplo de lo que fue la noche: “Los tiburones no tienen vejiga natatoria, por lo que para que le entre agua en las branquias tienen que moverse todo el rato, incluso cuando duermen. La movida de no poder parar, o no querer”. No parar, por supervivencia. En una carrera de 120 minutos a sprint en la que no solo cantó casi todas las canciones de su último trabajo, sino de todo su repertorio.

Su álbum, estrenado el 26 de mayo y formado por un total de 23 composiciones, tuvo un impacto inmediato. Logró colarse como top 2 mundial en Spotify, top 1 en Apple Music y consagrarse como cuarto mejor debut de un álbum español de la historia de Spotify Spain. Sin embargo, para la revista Rolling Stone no fue suficiente para incluir Me muevo con Dios entre los 30 mejores álbumes del año en español. Algo que no pasó desapercibido para el artista: “¿Hasta cuándo van a seguir faltándome el respeto?”.

En el recopilatorio tampoco apareció Quevedo, que el pasado jueves recogió el Latin Grammy a Mejor Canción Urbana por su canción con Bizarrap. Cruzzi también reparó en ello. A su espalda en el escenario, un vídeo reproducía la ola de reacciones positivas tras el lanzamiento de su disco, sus hitos a nivel de cifras, los elogios de otros artistas hacia él. Pero también el listado de Rolling Stone, que omitía a los dos artistas canarios. Instantes más tarde, Quevedo saltaba al escenario para cantar Sangre y fe, su obra conjunta. “No quiero estar en la cima sólo”, gritaron.

Cruz Cafuné fue uno de los 'descubridores' del artista nacido en 2001. En enero de 2022, Quevedo se daba a conocer con Cayó la noche Remix, con el que, junto con otros raperos como Bejo, Abhir Hathi o el propio Cafuné, lideró las listas españolas de Spotify y se coló entre las más escuchadas en todo el globo. Desde entonces, ambos han colaborado en más ocasiones. “Soñé que un canario sacaba el disco del año”, dice la 'intro' del primer álbum de estudio de Quevedo, narrada por el tinerfeño.

Canarias es uno de los temas más presentes en la obra de Cruz Cafuné. Los prefijos de las islas, 922 y 928, resuenan en la práctica totalidad de sus temas y están presentes en su merchandising. Desde sus inicios ha representado a su tierra en sus letras. Y, en concreto, a las clases humildes y trabajadoras de las islas. La pasada noche así lo hizo patente: “Para todos los que son de los barrios de Canarias, de los barrios de Madrid. Para los que se han criado con su abuela y los que tienen humedades en las paredes del baño”.

Su compromiso se plasma en entrevistas y canciones en sus críticas hacia el turismo de explotación. “Entendí que Canarias solo es paraíso pa' guiris y gansters”, canta en Lila y Snitch. Una frase que además fue estampada en las camisetas de Drago, el proyecto político del ex de Podemos, Alberto Rodríguez. Cruzzi ha mostrado su solidaridad con el partido en varias ocasiones. Durante la campaña de las elecciones autonómicas y municipales del pasado mes de mayo, participó en Hazlo por tu tierra, el himno del proyecto. “Nos quieren currando en hoteles, en bares, en discotecas 12 horas con un contrato de cuatro. Nos quieren sin hacer nada al respecto, inofensivos. Ya estuvo bueno”, dice en él.

Entre las temáticas más presentes en la música de Cruzzi, así como sus raíces canarias, aparecen el amor y la religión. Santiguarse antes de salir al escenario o rezar “amén” entre frases de su disco no son casualidad. Tampoco las primeras frases de su primer álbum: “Oh, señor, eres mi luz / A quién temeré / A quién temeré si, oh, Señor, eres mi luz”. No es un rap cristiano, ni pretende serlo. Pero sí denota su espiritualidad a través de los mitos cristianos. También del amor, del que dijo en una entrevista: “Para mí es lo más importante, es lo que articula todo lo que está vivo, el nexo que une todo lo que está vivo”.

“Voy a hacer un tema con to' el canario que curre y que curre en el come up”, canta Cruz Cafuné. Además de las colaboraciones que ha ido aunando a lo largo de los años con jóvenes cantantes y raperos del archipiélago que empezaban en la música, el show de Madrid contó con la presencia de varios artistas asentados. Dawaira, que ejerció como telonero. Abhir Hathi, con una reciente colaboración entre ambos en el disco de este último. Y Hoke, rapero valenciano cuyo último trabajo acumula más de 50 millones de reproducciones en Spotify.

Desde el escenario, cada tanto podía verse un surco en mitad del público: un enorme pogo de jóvenes que saltaban al ritmo de los bajos de los altavoces y que coreaban cada rima. Cada tanto, sí, salvo al final del evento. Entonces Vistalegre quedó a oscuras y entre un humo denso se proyectó en la pantalla una enorme cruz. Cafuné salió al escenario, agarró el micro y cantó Fabiola, dedicada a su hermana. Se emocionó el artista y se emocionó la sala. “Eres mi mitad, unes to' lo bueno de papá y mamá / ... / Fabi, eres tan malhablada porque yo te enseñé a hablar / Tu camino es tu camino, aunque te enseñé a caminar / Pero lo aprendiste viéndome huir y gritar”. Y aunque aún quedaba concierto por delante, allí terminó todo. “Esto es historia, tío, te lo juro”, se oía entre sus fieles. “Les deseo salud a todos ustedes para que nos volvamos a ver aquí el año que viene”, sentenció Cruzzi.

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