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Elías Taño, el muralista tres veces censurado en Valencia: “La derecha quiere tener el monopolio de la calle”

Parte del mural de Elías Taño en solidaridad con los ocho presos de Alsasua

Laura Martínez

Valencia —

“No te puedo decir que esté sorprendido”. Parece resignación, pero no lo es. Después de dos murales censurados, a Elías Taño, muralista, no le ha llamado demasiado la atención que un hombre con el rostro cubierto garabateara por encima de su última obra. Taño, canario residente en Valencia desde hace más de una década, pintó el domingo otro mural en apoyo a los presos por el caso Altsasu. El Ayuntamiento de la capital valenciana le cedió un espacio junto al Jardín Botánico, en un solar de los Jesuitas -de propiedad municipal- para subsanar el borrado del anterior. La empresa de limpieza recibió varias quejas de vecinos alegando que había un mural en apoyo a ETA y, sin consultar al consistorio, lo eliminó de la pared. A la semana, fue sancionada por ello.

Taño explica a eldiario.es que durante la elaboración del mural, una obra solidaria en la que participaron familiares de los presos, varias personas que identificaron como miembros de la ultraderecha -desde afines a VOX, a España 2000 o la periodista Cristina Seguí, según explica- ya increparon a los autores de la obra. No obstante, lo que le sorprende es la reacción de Ciudadanos, que a través de Toni Cantó ha cargado contra el mural y a través de su portavoz, Fernando Giner, ha dicho que presentará una moción para que se eliminen las pintadas. “Cuanto más lo dicen... creo que consiguen el efecto contrario. No soportan la libertad de expresión, no les viene bien o no les gusta”, reflexiona Taño sobre las críticas. “Creo que magnificarlo tanto les viene en contra. Dicen una serie de tonterías como que es apología del terrorismo.. que está fuera de lugar”, insiste el artista, que reivindicó la acción como una “jornada de solidaridad con los jóvenes de Alsasua” en la que se reivindicó la “libertad de los presos políticos de Euskal Herria y de todo el mundo”.

Taño también tuvo problemas en Sagunto, localidad gobernada por una coalición de izquierdas, al pintar en el marco del festival 'Més que murs' otra obra con referencia a los presos de Alsasua. Al poco, el PP local presentó una moción para que se borrara la frase 'Altsasukoak aske!' (libertad para los de Alsasua). Este mural también fue objeto de actos vandálicos.

El último mural no ha durado ni 24 horas intacto. El lunes, un hombre con el rostro tapado se grababa pintando con un spray por encima de la obra y varias cuentas vinculadas a la ultraderecha jaleaban el boicot. El mismo día, Ciudadanos y la presidenta de la asociación de víctimas del terrorismo pedían su borrado.

El joven todavía no se explica por qué piden censurar su obra. “Representa una muestra de cariño con esas personas que están en prisión. No veo terrorismo por ningún lugar, no hay incitación al odio ni nada de eso. Si va contra algo, si denuncia algo, es un sistema judicial que creemos que ha actuado de forma injusta y desproporcionada”, explica. Sí apunta, sin embargo, a una estigmatización de los jóvenes vascos, a unos lugares comunes “totalmente despreciables”.

“El estigma que tiene la sociedad vasca por parte de la derecha, de verlos todos como terroristas y abertzales… es un lugar común despreciable. Influye que la acusación fuera un Guardia Civil, en un lugar del País Vasco que aún sufre mucha represión… No se entiende que haya disidencia no vinculada a las armas y que desde Valencia nos solidaricemos con el pueblo vasco. Cualquier disidencia se castiga y saltan las alarmas entre los fascistas”, reflexiona preguntado por el brote de rechazo a estas obras. La derecha y la ultraderecha, considera Taño “cree que tiene o quiere tener el monopolio de la calle”.

“Nosotros hacemos política desde el arte y la cultura, sentimos que son temas que deberían dialogar con las personas, trabajamos con temas que tengan sentido para la comunidad, para abrir el diálogo. Y ellos -la derecha- no nos permite tener un diálogo con la ciudad. Nos gustaría que nos plantearan sus ideas al mismo nivel”, explica el artista.

Paradójicamente, Taño ha sido autor de varias campañas de instituciones públicas y objeto de cuestionamiento por partidos de izquierda, como en el caso de Sagunto, donde la moción de PP salió adelante con la abstención de PSPV-PSOE y Compromís. El texto de los conservadores decía que la pintura “apoya los delitos de atentado ocurridos en Alsasua contra los agentes de la autoridad, dos guardias civiles y sus novias”. Preguntado por si cree que los partidos más conservadores se están apropiando de la libertad de expresión y de marcar qué es y qué no correcto, Taño cree que seguir los debates que ellos plantean es “el peor juego quese puede hacer”. “Si la izquierda cede ante esas presiones, se escora a la derecha”, dice preguntado por la censura de su mural en Sagunto. “Hay miedo a quebrar la paz social que la izquierda intenta mantener a través del voto. La socialdemocracia trata, aunque con avances, contentar a la derecha. Esta es muy potente a nivel mediático, maneja grandes empresas, sectores productivos… y la socialdemocracia busca ir conteniendo estas cuestiones para que no haya un estallido social”, reflexiona. “Las instituciones a menudo son cobardes, están más a la defensiva que a la ofensiva en avances sociales”, añade.

Valtonyc, titiriteros, chistes de Carrero Blanco, Fariña, La Polla Records... las acciones contra artistas por el contenido de sus obras se han multiplicado en el último lustro. ¿Tenemos en España un problema con la libertad de expresión?, preguntamos al muralista. “Sí, y tiene nombres y apellidos: Ley Mordaza. Está todo atado y bien atado. Es una cuestión que el nuevo Gobierno no ha atacado todavía. No solo para los artistas, es un problema para cualquier persona. Estamos viviendo momentos muy tensos… Aunque esto crea el efecto contrario; muchos artistas toman la iniciativa y dicen ‘no nos vamos a callar’”.

Taño pertenece a este último grupo, a los que no piensan callarse. “Mientras las injusticias no cambien, no me siento con la necesidad de bajar el tono. Es el que me puedo permitir para denunciar estas cosas. Estamos en una situación muy crítica a nivel político. Miedo tienes, claro, todos tenemos… sobre todo a los que están más allá de la ley. Pero es nuestra responsabilidad política si queremos un cambio. Si queremos vivir en un mundo mejor tenemos que mancharnos las manos”.

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