La Champions, el título que menos pesa
Con un calendario abarrotado de encuentros, sin prácticamente margen de descanso y con los futbolistas cada vez más molestos con el alto ritmo que marca la competición, aterrizan los octavos de final de la Champions League como un bálsamo al siempre enrevesado mes de febrero.
Lejos de ser un bulto más en la sobrecargada lista de partidos, teniendo en cuenta que se avecinan unas eliminatorias que no se detendrán hasta la final de mayo, la competición europea entra en escena siendo el desahogo y anhelo de futbolistas y entrenadores, que buscan seguir con paso firme hasta la consecución de un título más que soñado, más que codiciado, más que perseguido.
Barça, Real Madrid, Sevilla y Atlético de Madrid son los cuatro representantes españoles que buscarán la gloria a partir de este martes. Los de Luis Enrique abrirán el fuego enfrentándose a un mejorado París Saint Germain de un viejo conocido como Unai Emery (Martes, 20.45 h, Antena 3) y los de Zinedine Zidane completarán la primera tanda de encuentros ante el Nápoles con el objetivo de encarrilar el pase en el Santiago Bernabéu (Miércoles, 20.45 h, Movistar).
Una semana más tarde, el Atlético de Simeone perseguirá la consecución de un título que ha visto escapar en dos ocasiones recientes y que se presenta como principal frente después de la eliminación copera y la existente diferencia con el Madrid en la Liga. Los rojiblancos visitarán Leverkusen (Martes 21 de febrero, 20.45 h, Antena 3) para medirse a un Bayer en apuros en la competición doméstica.
Por su parte, el Sevilla revivirá una de aquellas noches mágicas del Pizjuán con la visita del Leicester (Miércoles 22 de febrero, 20.45 h, Movistar), el vigente campeón de Inglaterra, con el reto de intentar superarse en la máxima competición europea.
Viejos conocidos
Barça y Real Madrid son los conjuntos españoles que disputarán la primera tanda de encuentros de los octavos de final y ambos se verán las caras con rivales más que conocidos, que cuentan con mimbres en sus plantillas que buscan zanjar cuentas pendientes.
En el Parque de los Príncipes en París, los Thiago Silva, Marquinhos, dos centrales por los cuales la directiva azulgrana suspiró en épocas anteriores, Verrati, Di Maria, Draxler y Cavani son solo algunos de los grandes futbolistas que figuran en el listado del conjunto parisino liderado por Unai Emery. El técnico español ha dotado al vigente campeón de la Ligue 1 de una verticalidad y una agresividad futbolística que no tenían, haciéndoles todavía más peligrosos.
Tras el adiós de Ibrahimovic, el gran estandarte, y con un Cavani que ha asumido a la perfección el rol del sueco, suma ya 25 goles, los franceses quieren romper de una vez por todas la dinámica vencedora de los de Luis Enrique en los enfrentamientos entre ambos, ante un Barça que llega tras reencontrarse con su mejor versión en Mendizorroza y que quiere seguir con las máximas opciones de lograr el triplete.
Resolver y evitar
24 horas más tarde, y en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid intentará viajar al siempre ardiente San Paolo con una ventaja suficiente que ayude a evitar las sorpresas no previstas en el guión europeo. Con la buena marcha del equipo en Liga pero con el recuerdo de la dura eliminación sufrida en Copa, los madridistas buscan revalidar su condición de campeones de Europa, un hito que ningún equipo ha logrado desde que la competición pasó a recibir el nombre de Champions League.
Reina, Albiol y Callejón regresan a España con un equipo sin grandes estrellas pero sí con talentos imprevisibles como Mertens, suma ya 16 goles, Hamsik, nueve, y Insigne, siete. Bajo la batuta de Maurizio Sarri, un técnico veterano y heterodoxo visto como el hombre de pitillo y chándal, los italianos son terceros en la Serie 'A' a nueve puntos de la Juventus acumulando una sensacional racha de 18 encuentros sin conocer la derrota.
Sin perder desde el 29 de noviembre de 2016, precisamente ante la Juventus por 2-1, el Nápoles busca en el Bernabéu un resultado que permita llevar la eliminatoria a San Paolo, en una competición donde poco importa lo andado en un camino todavía por recorrer.