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“Los voluntarios estamos llegando donde el Estado no llega por la crisis”

Dos voluntarios recogen comida para entregarla después en los Bancos de Alimentos / FOTO: EFE

Hugo Domínguez

“Los voluntarios estamos llegando donde ahora, con la crisis, el Estado no lo está haciendo”. Lo asegura sin vacilar Sara, una voluntaria con más de 30 años de experiencia sobre sus espaldas. Casi la mitad de toda su vida. Este viernes, es su día, el que reconoce a ese 10% de los españoles que ofrece su tiempo sin pedir nada a cambio. Pero “no hay nada que celebrar”, dice Sara con el aplomo que da enfrentarse diaramente a la desesperanza de los que menos tienen y a los que modestamente intenta echar un cable desde la parroquia de San Carlos Borromeo en Entrevías, Madrid.

Su historial está colmado de labores de asistencia a drogodependendientes y de cuidados a los más mayores, cometidos “que debería hacer el Estado”, dice Sara. Una visión que comparte el párroco Javier Baeza, conocido por su distanciamiento con los poderes eclesiásticos, y que va algo más allá: “estamos recibiendo a gente necesitada que nos envían directamente desde los servicios sociales públicos”. Pero, también demanda espacio para desplegar la autocrítica: “La buena voluntad de la gente actúa como colchón de la inacción de lo público, pero también hay que pensar por qué tenemos que recurrir a las entregas de comida”.

Esa percepción, la de que los recortes han dejado sin asistencia a los colectivos más desfavorecidos, la comparte Clara, que colabora con la Asociación de Acogida a Inmigrantes y Marginados (ACOGEM). Recuerda como hace dos años contaban con varios programas de asistencia, y ahora “no tienen recursos para mantenerlos, nos han quitado todas las subvenciones”. Cree que hacen una labor, entregar comida y hacer seguimiento de inmigrantes, que debería pasar más bien por las manos de los trabajadores sociales.

UGT también invoca esta preocupación. Pilar Navarro, secretaria de dependencia de UGT apunta hacia los dos parcelas donde las ONG están salvando la falta de recursos públicos: Sanidad y Dependencia. En los hospitales, los voluntarios se dedican a acompañar e informar a los ancianos ante la falta de personal, a lo que se une que, aseguran desde el sindicato, muchas entidades sociales se han convertido en improvisados ambulatorios tras la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes en situación irregular, a los que el real decreto 16/2012 excluyó de una asistencia normalizada en 2012.

La dependencia es la otra pata de la mesa que cojea. Muchos dependientes se han quedado sin recibir ayudas porque las Comunidades Autónomas han examinado sus baremos de discapacidad a la baja tras el cambio de la ley de dependencia. “Hay centros que se componen unicamente por voluntarios, algo que cada vez se está desarrollando más”, asegura Navarro. Una situación que cree que puede ser peligrosa porque no tienen la suficiente colaboración. “El voluntariado tiene que ser colaborador de lo público, nunca sustituir”, reflexiona.

Desde la plataforma de Entidades de Voluntariado en la Comunidad de Madrid aseguran conocer el origen del problema que no es otro que la falta de subvenciones. La crisis ha dejado tiritando las ayudas que conceden las administraciones a las organizaciones sociales. “Hay actividades que no se pueden mantener”, asegura su presidente Jorge Hermida. Es más, sostiene que los gobiernos han dejado “colgando” determinados servicios para los más necesitados “y los voluntarios llegamos hasta donde podemos”.

Las coordinadoras que reúnen a las entidades de voluntarios en toda España sí se suman a la percepción de que las ONG llegan a problemas donde debería actuar los servicios públicos, pero rechazan tajantemente que los voluntarios estén sustituyendo las tareas encomendadas a trabajadores públicos que ya han sido despedidos. Es más, recuerdan que sería una ilegalidad cobrar por ser voluntario, tal y como está tipificado en la Ley del Voluntariado de 1996.

En estos momentos, el Gobierno maneja ya un anteproyecto que verá la luz en los próximos meses. Las ONG piden celeridad para no retrasarlo más. “Pedimos que presente el anteproyecto en el Parlamento a la mayor brevedad posible. El resultado si se aprueba es que tendremos un buen marco legal al ser más claro y acorde a la realidad actual.”, asegura David Alonso, portavoz de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo. A pesar de todo, cree que es necesario un desarrollo reglamentario que concrete la Ley y su aplicación “más allá de referencias genéricas”.

Este viernes se celebra el 'Día Internacional del Voluntario'. En España, en los últimos años, el número de voluntarios ha crecido un 30% hasta alcanzar un total de 700.000 personas. Aunque la cifra aumenta hasta el 10% de la población total si contamos también a aquellos que colaboran con alguna aportación económica. En la otra cara de la moneda, las ONG muestran otro dato para la reflexión: al 42% de la población española no le interesa el voluntariado.

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