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José Luis Escrivá, nuevo ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones

José Luis Escrivá, nuevo ministro de ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones.

Gonzalo Cortizo / Laura Olías / Rodrigo Ponce de León

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Si Pedro Sánchez quería elegir a un profesional para su Ejecutivo que destacara por su alta cualificación y su independencia ha dado de pleno con el nombramiento de José Luis Escrivá Belmonte (Albacete, 58 años) como ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, una nueva cartera que pierde las competencias de Trabajo, que pasan a un ministerio en manos de Yolanda Díaz, de Unidas Podemos.

Escrivá es actualmente el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), una institución creada en 2014 por imposición de Bruselas para fiscalizar las cuentas de las Administraciones Públicas, cuyo mandato de seis años termina este febrero. El paso por esta institución le permite tener un conocimiento profundo del funcionamiento de la Administración pública que junto a su experiencia en el mundo financiero le colocan en una buena posición para afrontar su principal reto: la reforma del sistema público de pensiones y de la Seguridad Social.

Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), con premio extraordinario de licenciatura, inició su carrera en el Banco de España, donde desempeñó diferentes puestos en el Servicio de Estudios. Posteriormente, saltó a la UE como asesor del Instituto Monetario Europeo para ser nombrado posteriormente Jefe de la División de Política Monetaria del Banco Central Europeo.

Profesional independiente

El futuro ministro consiguió mantener a la AIReF fuera de las injerencias de los políticos pese a la cantidad de informes que han puesto en duda políticas y subvenciones que van desde el gasto farmacéutico a las políticas activas de empleo pasando por las ayudas a la industria o a la vivienda.

La andadura de Escrivá al frente del organismo supervisor explica bien las cualidades de este metódico tecnócrata defensor de “la mejora de lo público de una forma sistemática, con una metodología rigurosa, basándose en evidencias y en comparaciones internacionales”, que antes de recaer en la institución pública era director para las Américas del Banco Internacional de Pagos de Basilea. La obligación de crear un supervisor independiente para velar por el cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria por orden de Bruselas llevó al entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a proponerle la presidencia. Poco se podía imaginar Montoro que el talante independiente y profesional de su elección le iba a traer tantos problemas.

Hasta cinco veces presentó Escrivá su dimisión como presidente de la AIReF ante las resistencias de las diferentes administraciones a su labor supervisora. Primero por el intento del mismo PP que lo designó de rebajar las competencias del organismo en la fase de su creación, posteriormente presentó su cese por los obstáculos al acceso a la información, por la negativa de Hacienda de ceder recursos humanos y un presupuesto adecuado, también por los intentos de Patrimonio de expulsarlo del edificio donde estaban ubicados y finalmente por la negativa del ministerio de Montoro de pagar un complemento salarial.

Curiosidades de la política, el abogado del Estado que era director de la División Jurídico Institucional de la Airef y que entonces peleó contra Montoro por más recursos y más personal es el actual alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

Tenaz y hábil negociador, absoluto detractor de la tradición española de no cambiar una política “porque siempre se ha hecho así”, su anhelo por conseguir los máximos consensos le llevaron a entrevistarse con todos los grupos políticos del Congreso aunque contaba con la mayoría absoluta del PP para asegurar su nombramiento como presidente de la AIReF. Sin adscripción política, aunque su nombramiento despertó alguna desconfianza en el PSOE por sus opiniones contra la gestión de la crisis del presidente José Luis Rodríguez Zapatero cuando Escrivá era jefe de estudios del BBVA, consiguió el respaldo de todos los grupos políticos salvo Izquierda Unida.

Este interés por la consecución del acuerdo puede facilitar su relación con los socios de Gobierno, pese a que previamente ha tenido más de un encontronazo con el que va a ser secretario de Estado de Economía Social, Nacho Álvarez, por el informe de la AIReF sobre Correos.

Perfecto conocedor de la Administración pública y de los diferentes estamentos del funcionariado español, también fue particularmente duro su enfrentamiento con el Tribunal de Cuentas, desde donde tanto su nombramiento como la creación de la AIReF siempre fue vista como una intromisión que iba a agitar las tranquilas aguas de esta acomodada institución pública.

Reforma de las pensiones y la Seguridad Social

Aunque Pedro Sánchez despoja al ministerio del área de Trabajo, para que recaiga en la “cuota” de carteras de Unidas Podemos, reserva en sus manos un área clave que no querían perder los socialistas: la Seguridad Social, con las pensiones como 'joya' del ministerio. Hasta ahora, la Seguridad Social ha estado dirigida por la socialista Magdalena Valerio, una de las “incondicionales” de Pedro Sánchez desde que inició su liderazgo hacia la secretaría general del PSOE.

La reforma del sistema público de pensiones y de la Seguridad Social es el principal reto de la cartera que dirigirá a partir de ahora Escrivá. Este compromiso figura en el programa de Gobierno que presentaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, para el que el nuevo Ejecutivo buscará el consenso político en la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, así como el social (con los sindicatos y la patronal).

El Gobierno progresista de coalición se compromete a eliminar los dos elementos clave de la reforma de pensiones que aprobó unilateralmente Mariano Rajoy en 2013: el Factor de Sostenibilidad y el Índice de Revalorización de Pensiones de la Seguridad Social, que provocó las criticadas subidas anuales del 0,25%.

La solución que aportó el supervisor dirigido por Escrivá sigue una hoja de ruta clara. La AIReF propuso como receta para acabar con el déficit de las pensiones a corto plazo traspasar el déficit de la Seguridad Social al conjunto del Estado y, de cara a mantener la sostenibilidad del sistema de la Seguridad Social a largo plazo, ahondar en la reforma de pensiones de 2011, con aumentos de la edad efectiva de jubilación.

Otro de los retos destacados por el nuevo Gobierno es su compromiso a desarrollar “el Ingreso Mínimo Vital como prestación de Seguridad Social”, que busca combatir la desigualdad y la pobreza y que comenzará por luchar contra la pobreza infantil. Al frente de la AIReF, Escriva publicó un informe en el que establece que con una renta mínima con un coste fiscal de solo 3.500 millones de euros se podría reducir en un 60,4% la pobreza severa en España beneficiando con esta medida a 1,8 millones de hogares.

Mejorar la acogida de refugiados

Migraciones continuará bajo la responsabilidad de este Ministerio, que añade el título la materia de “Inclusión”. En medio del discurso antiinmigración del partido de extrema derecha Vox, la AIReF bajo la dirección de Escrivá demostró con datos la necesidad de la inmigración para sostenerel sistema público de pensiones. El informe sostiene que la llegada de migrantes actuará en los próximos años como “mecanismo de ajuste” dada la escasez de mano de obra nacional en los próximos 30 años.

El acuerdo del Ejecutivo progresista contempla en este ámbito la modificación del sistema nacional de acogida e inclusión de solicitantes de Protección Internacional, así como la elaboración de una nueva Ley de Asilo (que depende más de Interior).

En la actualidad, la red de acogida estatal se encuentra con carácter general al 100% de ocupación, lo que deja fuera a muchas personas “en lista de espera”. Esto, sumado a la falta de medios de atención social locales, provoca situaciones de desamparo, como las de las personas solicitantes de asilo durmiendo a la intemperie en Madrid, entre las que se encuentran niños.

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