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El trabajo de cuidados no remunerado de mujeres en el mundo equivale a 10,8 billones de dólares anuales, según Oxfam Intermón

Iván Fernández

20 de enero de 2020 06:00 h

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“Si cada persona se sentase sobre el dinero que posee apilado en billetes de cien dólares, la mayor parte de la humanidad se sentaría en el suelo. Una persona de clase media de un país rico se sentaría a la altura de una silla y los dos hombres más ricos del mundo estarían sentados en el espacio”. Con este ejemplo, la ONG Oxfam Intermón trata de ilustrar una “desigualdad económica fuera de control” en el informe Tiempo para el cuidado. El trabajo de cuidados y la crisis global de desigualdad, que ha hecho público este lunes, donde liga “la riqueza extrema” y la “masculinización del sistema” con la escasa importancia que se le da a la economía de los cuidados y las desigualdades de género provocadas por un sistema donde la carga de esos cuidados  recaen principalmente en las mujeres. 

“El valor económico del trabajo de cuidados no remunerado que llevan a cabo en todo el mundo las mujeres de 15 o más años asciende al menos a 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología”, reza el informe. Una actividad no remunerada que en España ocupó 130 millones de horas en 2018, lo equivalente a 16 millones de personas trabajando ocho horas al día y a un 14,9% del PIB, según la Organización Internacional del Trabajo. Esto serían unos 180 millones de euros. 

Para financiar los cuidados, Oxfam propone un incremento del 0,5% adicional en el tipo del impuesto que grava la riqueza del 1% más rico de la población en los próximos diez años. En 2019, los 2.153 milmillonarios que había en el mundo poseían más riqueza que 4.600 millones de personas. Si estrechamos aún más el círculo, los 22 hombres más ricos del mundo, entre los que se encuentra personajes conocidos como Jeff Bezos (Amazon), Bill Gates (Microsoft) o Amancio Ortega (Inditex), poseen más riqueza que todas las mujeres de África juntas.

La ONG estima que el alza impositiva a los milmillonarios permitiría recaudar los fondos necesarios para invertir en la creación de 117 millones de puestos de trabajo en sectores como la educación, la salud y la asistencia a las personas mayores, entre otros, acabando así con los déficits de cuidados en estos ámbitos. A nivel estatal, exigen al Gobierno español que las trabajadoras del hogar igualen todos los derechos laborales del resto, una renta mínima garantizada y que las empresas paguen un 15% de tipo efectivo de forma inmediata.

El peso de los cuidados no pagados recae sobre ellas

Dentro del trabajo de los cuidados se engloban actividades como el cuidado de niños, mayores, personas con discapacidad o con alguna enfermedad físicas o mental. Además, de las tareas domésticas diarias como cocinar, lavar, coser e ir a buscar agua y leña. Un trabajo “fundamental, tanto para nuestras sociedades como para la economía. Si nadie invirtiese tiempo, esfuerzo y recursos en este tipo de actividades, comunidades, centros de trabajo y economías enteras se colapsarían por completo”, aseguran desde Oxfam.

El peso de los cuidados recae principalmente sobre las mujeres y desde la ONG utilizan varios datos para demostrarlo: A nivel global, el 42% de las mujeres en edad de trabajar no forma parte de la mano de obra remunerada, frente al 6% de los hombres, debido al trabajo de cuidados no remunerado que deben asumir, la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres se incrementa durante el periodo reproductivo de ellas o los índices de asistencia escolar son inferiores en las niñas que realizan un gran volumen de trabajo de cuidados.

Sin cobertura legal para las profesionales

A nivel global, las personas que trabajan profesionalmente en los cuidados sufren unas condiciones realmente pésimas. En todo el planeta hay 67 millones de profesionales del hogar, el 80% son mujeres. Un trabajo feminizado que en el 50% de los casos no tiene la protección de un salario mínimo ni de un registro horario. Desde Oxfam aseguran que la legislación laboral de los cuidados solo es equiparable con el resto de las normativas de otros trabajos en uno de cada diez casos. Peor aún son las coberturas sociales como la baja por maternidad o enfermedad: En el 90% de los casos no tienen acceso a estas prestaciones de la seguridad social. 

Regina es un ejemplo de estos abusos, fue víctima de trata para trabajar en la casa de un hombre rico en el Reino Unido. La obligaban a trabajar todos los días desde las 06:00 hasta las 23:00 en su elegante apartamento del centro de Londres. No recibió remuneración alguna durante todo el tiempo que estuvo allí, ni tampoco tenía permiso para ponerse en contacto con su familia o hablar con cualquier persona ajena a la casa de sus empleadores. Dormía en la lavandería y se alimentaba con las sobras de la comida. Le quitaron el pasaporte, y cuenta que sus empleadores solían abusar de ella física y verbalmente, llamándola “estúpida” e “inútil”.

Las seis medidas de Oxfam para revertir la situación 

La receta de Oxfam para “garantizar el derecho de las personas que asumen el trabajo de los cuidados, y así cerrar la brecha entre las trabajadoras de cuidados no remuneradas o mal remuneradas y la élite rica, que es quien más se aprovecha de su trabajo” tiene seis ingredientes: mayor inversión pública en sistemas nacionales de atención y cuidados; acabar con la riqueza extrema para erradicar la pobreza extrema; legislar el trabajo de cuidados y garantizar salarios dignos; mayor influencia de los trabajadores en la toma de decisiones; erradicar las normas sociales y sexistas que derivan el cuidados exclusivamente a las mujeres, y que las empresas pongan en valor los cuidados con horarios flexibles y prestaciones como un vale guardería. 

Desde Oxfam reclaman que la situación de los cuidados tiene que cambiar ya: “Los Gobiernos de todo el mundo deben tomar medidas urgentes para construir una economía más humana y feminista que valore lo que realmente importa para la sociedad, en vez de alimentar una carrera sin fin por el beneficio económico y la acumulación de riqueza. La pesada y desigual responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres perpetúa tanto las desigualdades económicas como la desigualdad de género”. 

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