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Birkenstock, las sandalias que presumen de feministas y hippies, saldrán a bolsa valoradas en 9.500 millones

Sandalias de Birkenstock.

Cristina G. Bolinches

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“En las décadas de 1960 y 1970, el movimiento pacifista y los hippies adoptaron Birkenstock, llevando [los modelos de sandalias] Madrid, Arizona y Boston como parte de su celebración de la libertad y de su espíritu libre”. El fabricante alemán de zapatos explica así cómo se convirtió en una marca reconocida hace medio siglo. Y, “en los 90, inspiradas por el movimiento feminista, las mujeres llevaban Birkenstock para liberarse de los persistentes cánones de la moda, que requerían llevar dolorosos tacones altos y calzados que oprimen los pies”, añade.

Birkenstock saldrá a bolsa en Estados Unidos en los próximos días y, por ese motivo, ha desglosado al regulador del mercado bursátil, la Securities and Exchange Commission (SEC), tanto las bases de su negocio, como su evolución financiera y las previsiones que tiene para el futuro. 

Una de ellas apunta a cuánto cree que valdrá la compañía cuando comience a cotizar. Prevé que su valor como empresa llegue a 10.000 millones de dólares (alrededor de 9.500 millones de euros al cambio actual). Si saltara al parqué en España, estaría al nivel de cotizadas como ACS o del consorcio de aerolíneas IAG, donde están Iberia, British Airways o Vueling, que también se quedan cerca de los 10.000 millones.

Ligada a la mayor fortuna de Francia

El fabricante de sandalias sale a bolsa para convencer a nuevos accionistas e incrementar su capacidad financiera. En concreto, prevé vender 32 millones de acciones, valoradas entre 44 y 49 dólares cada una, lo que les permitiría captar más de 1.500 millones de dólares, en la franja de precios más alta, según la información que ha remitido a la SEC. 

Tampoco espera un terremoto en su accionariado. Desde 2021, la compañía está controlada por el vehículo de inversión L. Catterton, del que forma parte el magnate Bernard Arnault, el millonario francés dueño del consorcio de marcas de lujo Moët Hennessy - Louis Vuitton (LVMH).

La familia Arnault es la mayor fortuna de Francia -actualmente, también, del mundo-, según la clasificación de millonarios que realiza la revista Forbes. En concreto, calcula su patrimonio en 186.000 millones de dólares, por delante de los 180.000 millones de Elon Musk

El brazo inversor de esta familia, Financière Agache, es una de las firmas que ya ha expresado su interés en la Oferta Pública de Venta (OPV) de acciones de Birkenstock, con el objetivo de comprar más títulos. En este caso, por valor de hasta 350 millones de dólares. La firma de inversión L. Catterton ya participa en otras firmas ligadas al textil, como Etro o Jott; y en negocios que no tienen nada que ver con la ropa y el calzado, como la cadena de hamburgueserías Goiko.

Feminismo y Barbie

Birkenstock ha sido una de las marcas que ha acaparado atención por la película Barbie, donde aparece como opción de calzado para el personaje principal más cómoda que los tacones. En su documentación en la SEC, su aparición en la película de Greta Gerwig no se menciona, pero sí se vincula varias veces a la marca con el feminismo. 

Habla, por ejemplo, del “avance del feminismo moderno”. Asegura que “la continua evolución y expansión del papel de la mujer en la sociedad continúa impulsando cambios significativos en sus preferencias de calzado y ropa”.

“Mientras las tendencias en la moda van y vienen, nosotros creemos en la creciente preferencia por prendas y calzados funcionales”, afirma a la SEC.

“El avance del feminismo moderno y el aumento del consumo responsable, con un propósito, han convergido en torno a Birkenstock y seguirán impulsando la relevancia y el alcance de nuestra marca durante los próximos 250 años”, aventura. Una gama de productos unisex donde reconoce que sus precios van de los 40 euros hasta los 1.600 que cobra por sus colaboraciones con marcas de lujo.

Cómo va su negocio

La compañía alemana fija su origen en 1774 cuando Johann Adam Birkenstock comenzó a trabajar como zapatero. Sin embargo, fue a principios del siglo XX cuando uno de sus descendientes, Konrad Birkenstock, inventó un tipo de plantilla que respetaba el arco del pie. Y ya en los 60 lanzó al mercado su primer modelo de sandalia, llamado Madrid, que considera un éxito de ventas. 

La compañía asegura que fabrica todos sus productos en Alemania y que el 54% de sus ventas se concentran en Estados Unidos y Canadá, mientras que Europa representa el 36%, pero no detalla datos por países. Sí indica que el 72% de sus clientes son mujeres, según recoge la agencia Bloomberg. 

En cuanto a cómo va su actividad, desglosa a la SEC que cerró 2022 con un volumen de ingresos de casi 1.243 millones de euros y un beneficio neto de 187 millones. También apunta que la última década ha sido clave para hacer despegar sus facturación, porque en 2014 sus ventas se quedaban en 292 millones de euros.

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