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El comercio justo crece un 33% en España durante la crisis por las ventas en grandes superficies

Imagen de la cooperativa ACPCU, de Uganda. FOTO: Intermón Oxfam/P.Tosco

Ana Requena Aguilar

Madrid —

El comercio justo ha conseguido imponerse a la crisis: en contra de lo que pudiera parecer, ventas y facturación han crecido en los últimos años aunque, eso sí, a costa de una transformación del sector que también tiene sus claroscuros. En 2012, la venta de estos productos creció un 6,1%, según el último informe de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. Detrás está la expansión del comercio justo a nuevos consumidores, especialmente de la mano de supermercados y grandes superficies.

Desde el año 2000, las ventas de estos productos se han multiplicado por cuatro, con un ritmo medio de crecimiento anual del 11,4%. El crecimiento ha sido ininterrumpido desde el 2000 y se ha producido incluso en los peores años de la recesión. De hecho, desde 2008 las ventas han aumentado un 33%.

“Los cambios en el sector comenzaron en 2008, han coincidido con la crisis pero no se deben solo a ella. El aumento del comercio justo no se produce porque quien ya lo consumía lo compre ahora más, por un aumento del gasto por consumidor, sino por que ha crecido la base de consumidores”, explica el responsable de estudios de la Coordinadora, Gonzalo Donaire.

Hay dos factores clave que explican este aumento en el número de consumidores de comercio justo. Por un lado, la entrada de sus productos, especialmente de alimentación, en los canales de venta más convencionales y mayoritarios, es decir, supermercados y grandes cadenas. Esto ha permitido que el comercio justo se extienda a consumidores que antes no lo compraban o apenas lo conocían. “Mucha de esa gente no se desplazaba a una tienda especializada, quizá porque no tenían una cerca o porque si vives en un lugar pequeño no tienes una a tu alcance”, señala Donaire.

Por otro lado, esta entrada en los canales mayoritarios se debe, sobre todo, al aumento de las certificaciones con sellos que garantizan que el producto es, efectivamente, de comercio justo. “Es gracias a estas calificaciones que los productos han llegado más a los supermercados. Cuando la gente acude a las tiendas especializadas se confía en las organizaciones y productores que hay detrás, pero cuando se entra en los canales mayoritarios se rompe esa confianza y por eso estos sellos son importantes. Las cadenas también quieren que los productos estén certificados para evitar intrusismo y saber lo que venden”, señala Donaire.

El 'boom' de estas certificaciones comenzó en 2008 y coincidió precisamente con el inicio de la crisis. Ya no son solo las importadoras especializadas en comercio justo las que cada vez más certifican sus productos con este sello, sino todo tipo de empresas, desde grandes cadenas de restauración hasta supermercados y canales de distribución masivos.

“Son estas las que están detrás del incremento reciente de las ventas de productos certificados y, en general, de las ventas de comercio justo en el estado español en los últimos años”, confirma el informe. El 74% de las ventas hechas durante 2012 estaban respaldadas por el sello Fairtrade.

La otra cara de esta realidad es que las ventas de las pequeñas tiendas de comercio justo han caído. La coordinadora lo lamenta: “El aumento del sector es siempre bienvenido, pero las tiendas especializadas no son solo puntos de venta, son también espacios de sensibilización, información e incidencia política. Eso en otros canales de distribución no se hace, es un comercio justo de baja intensidad sensibilizadora y, al final, lo que pretende el comercio justo es hablar de las injustas reglas comerciales, de los acuerdos entre la Unión Europea y los países del sur”, subraya el responsable de estudios de la coordinadora.

Lejos de Europa

A pesar del aumento de ventas y facturación, el gasto medio por consumidor está muy alejado de la media europea y, mucho más, de los registros de algunos países. En España, el gasto de cada ciudadano en comercio justo fue de 60,4 céntimos en 2012, lejos de los cinco euros de la media europea, o e los 28 euros por habitante de Reino Unido.

En Suiza, por ejemplo, el 50% de las bananas procede del comercio justo. En Reino Unido, lo son uno de cada dos azucarillos que se consumen en bares y cafeterías.

Sin embargo, las organizaciones son optimistas, ya que el incremento sostenido de las ventas muestra una tendencia fuerte que esperan se consolide. “Nos alegra ver que en España seguimos la tendencia internacional, a pesar de la crisis. El crecimiento se basa en consumidores que exigen a las empresas un cambio en su forma de hacer negocios, no desean productos que escondan explotación”, dice Pablo Cabrera, de Faitrade España.

Sube la alimentación, cae la artesanía

Los productos de alimentación suponen casi el 90% de las ventas de comercio justo, especialmente el café y los dulces que representan, respectivamente, el 40% y el 43% de todas las ventas. Por el contrario, las ventas de artesanías caen un 24%

Para Gonzalo Donaire, detrás de estas cifras está el cambio de comportamiento de los consumidores por la crisis: por un lado, la gente apuesta más por ir a supermercados, donde solo es posible encontrar productos de alimentación de comercio justo; por otro, las tiendas especializadas, donde tradicionalmente se vende la artesanía, están sufriendo el mismo golpe que el pequeño comercio. Según estimaciones de la coordinadora de comercio justo, actualmente hay unas 110 tiendas especializadas en todo el país, veinte menos que hace tres años.

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