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El Corte Inglés: Crónica de una guerra entre herederos en plena tormenta del comercio tradicional

Dimas Gimeno, Marta y Cristina Álvarez Guil

Marina Estévez Torreblanca

El Corte Inglés fue dirigido con mano de hierro y opacidad durante décadas por Ramón Areces y por su sobrino y sucesor, Isidoro Álvarez. La muerte de éste en 2014 y la manera en la que decidió redactar su testamento ha desembocado en una guerra por el poder entre sus principales herederos. El gigante de la distribución afronta su tercera generación, cuando el 80% de las empresas familiares dejan de serlo. De su publicidad siguen dependiendo buena parte de los ingresos de muchos medios tradicionales de este país.

Las batallas de esta guerra, algunas ya judicializadas, se están aireando públicamente como nunca, una vez se ha roto buena parte del tabú en torno al mayor empleador privado de España (91.690 personas nutren su plantilla, más otros 21.000 empleados indirectos, a pesar de los recortes). El ejercicio 2016 cerró con una cifra de negocios consolidada de 15.505 millones de euros.

Sobrinos y herederos

Isidoro Álvarez mantuvo la tradición de designar a un sobrino, Dimas Gimeno, como heredero. Él mismo había sido el elegido por su tío Ramón, que falleció sin hijos. Álvarez sí tenía dos hijas, Marta y Cristina, adoptadas tras su matrimonio con María José Guil. Isidoro decidió que Dimas Gimeno sería el presidente, pero dejó la mayoría de las acciones a las hermanas.

Así, el actual presidente controla el 31% de IASA (Isidoro Álvarez SA), y sus primas el 69%. La participación en esta empresa, poseedora del 22,18% del total de El Corte Inglés, es clave. En ella dejó su patrimonio personal (inmuebles, terrenos, acciones) Isidoro Álvarez.

Una vez culminada la sucesión al frente del grupo, las diferencias y la animadversión entre ambas partes no tardaron en aparecer, en medio de una batalla jurídica y de denuncias familiares que se ha ido recrudeciendo en los últimos meses y que mantiene en un impasse a una empresa considerada sistémica por su tamaño en la economía española.

Lejos de aceptar el papel subordinado que parecía haberles reservado su padre, Marta y Cristina se han ido haciendo con el apoyo de la mayoría del Consejo de Administración y cada vez con más poder. El año pasado lograron el respaldo de todo el Consejo para privar a su primo de poderes ejecutivos. Se nombró consejeros delegados a Víctor del Pozo Gil y a Jesús Nuño de la Rosa Coloma, ambos vinculados al grupo de distribución desde hace más de 25 años.

Ahora quieren destituir a Gimeno, en un consejo que se celebrará, previsiblemente, el mes que viene. Para sustituirle han sonado la propia Marta y Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa y ex diputado del PP. En la actualidad es consejero y presidente del Comité de Auditoría de los grandes almacenes.

Un testamento conflictivo

La judicialización de las pugnas entre los herederos ha facilitado sin duda el conocimiento público de las turbulencias que azotan al Corte Inglés, aunque se centren básicamente en la cartera IASA desde la que se gestiona el legado de Isidoro Álvarez.

Para empezar, el cobro del testamento generó obligaciones muy distintas a los legatarios debido a las leyes vigentes en la Comunidad de Madrid en el impuesto de Sucesiones.

Frente a la exención fiscal casi total de la que disfrutan los familiares de primer grado, como las hijas de Álvarez, tanto el actual presidente de El Corte Inglés como su madre y su tío tuvieron que afrontar un tipo impositivo del 35% sobre el total del legado. Recibir la herencia de su tío le generó a Gimeno una deuda con Hacienda de unos 40 millones de euros, según publicó El Economista. Los dos hermanos de Isidoro Álvarez deben unos 30 millones cada uno.

Para el pago de esa deuda con el fisco, que Gimeno logró aplazar diez años, el presidente de los grandes almacenes exigió a sus primas que repartieran más dividendos de la cartera de valores IASA. Pero ellas se negaron. A partir del quinto año (estamos en el tercero), la deuda fiscal se incrementa.

Además, esta semana, en plena escalada de las tensiones y de las maniobras para descabalgar a Gimeno, se ha conocido que su madre, María Antonia Álvarez, hermana de Isidoro, ha interpuesto una demanda civil contra las hijas del histórico presidente también a cuenta del testamento. Según la denuncia, las hermanas Álvarez y los albaceas de su hermano cambiaron el testamento a última hora de forma irregular. Entre otras cosas les acusa de reducir parte de su herencia de 10 a 5 millones de euros. También ha impuesto otra demanda para impugnar las últimas cuentas de IASA.

El tío de Dimas Gimeno y hermano de María Antonia e Isidoro, César Álvarez, ha interpuesto otra demanda por cómo ejecutaron Marta y Cristina la herencia en lo referente a IASA y cómo reformaron sus estatutos, lo que redujo, supuestamente, la cantidad que pudo percibir la otra parte de la familia.

Una demanda más antigua y ajena al testamento de Isidoro Álvarez es el planteada por la representante de Ceslar, sobrina del fundador, Ramón Areces. Carlota Areces fue desalojada del máximo órgano de administración del grupo por airear información confidencial sobre la entrada en el accionariado del jeque, a la que se opuso por entender que infravaloraba la compañía y perjudicaba a los accionistas minoritarios.

Composición del accionariado

Para entender mejor los juegos de poder dentro del grupo debe tenerse claro la composición de su accionariado. El principal accionista de El Corte Inglés es la Fundación Ramón Areces. Controla el 37,39%. Las hermanas tienen un importante peso como patronas.

A continuación, la Cartera de valores IASA posee el 22,18% del gigante de la distribución. Las hermanas Álvarez Guil son dueñas del 69% (equivale al 15% del total de El Corte Inglés). Dimas Gimeno, junto a su madre, María Antonia Álvarez, y su tío César Álvarez tienen el 31%, equivalente al 7% de El Corte Inglés.

El jeque Hamad Bin Jassim Bin Jaber es el siguiente accionista, con un 10% (elevable al 12,25) a partir del mes de julio su préstamo pueda convertirse en acciones. A continuación se sitúa la Corporación Ceslar, fuera del consejo pese a su 9% (debido a los conflictos con su representante Carlota Areces).

Dimas Gimeno, Marta y Cristina Álvarez Guil heredaron otro 7,5% cada uno. La Cartera Mancor, controlada por la Familia García Miranda, posee un 7% y la plantilla el 6% restante.

El jeque catarí

Uno de los personajes clave de esta historia es el jeque Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani. Conocido como HBJ en la city londinense, este millonario y exministro catarí prestó 1.000 millones al Corte Inglés en 2015 y entró en el Consejo. El próximo 10 de julio vence el préstamo convertible en acciones. Le otorgará un mínimo del 12,25% del capital del grupo.

Dimas Gimeno aspira a obtener su apoyo, mientras que los más cercanos a las hermanas Álvarez creen que se alineará con la facción mayoritaria. De momento HBJ guarda silencio.

Entre los aspectos controvertidos del desembarco de este miembro de la familia real catarí está la millonaria comisión que pagó El Corte Inglés a un español afincado en Dubai, David Barreiro, por intermediar en la operación. Barreiro es socio junto a César Álvarez, hermano del anterior presidente del grupo, Isidoro Álvarez, en el Banco de Dakar, impulsado por los multimillonarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, ‘los Albertos’. En su momento, los famosos primos estuvieron casados con las hermanas Koplowitz, a su vez ahijadas de Ramón Areces.

Uno de los posibles planes del actual presidente, Dimas Gimeno, en línea con los deseos del jeque, es la salida a bolsa de El Corte Inglés. Aunque de momento no está sobre la mesa. Esto supondría dotar a la compañía de una gestión “transparente, moderna y profesionalizada”, según fuentes del entorno de Gimeno citadas por Europa Press. De hecho, como cotizada debería rendir cuentas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Este escenario se puede complicar entre otras cosas porque las actuales turbulencias podrían no ser del gusto de los inversores.

La crisis del comercio tradicional

Para añadir complejidad, y probablemente como una de las causas de esta crisis, debe tenerse en cuenta la tormenta que azota al comercio tradicional del que El Corte Inglés es buque insignia. La crisis económica provocó que en 2009 redujeran sus ventas por primera vez en su historia. Pero además, la posterior entrada de los operadores digitales y de Amazon al terreno de juego empeoró las cosas para el líder europeo de los grandes almacenes, según distintos analistas.

Aunque Dimas Gimeno ha hecho una apuesta también por el llamado e-commerce, en 2017 la web de Jeff Bezos acumuló más de 1.373 millones de visitas en España. Por detrás se situaron eBay (356,9) y El Corte Inglés (277 millones). En todo caso, El Corte Inglés, que no ha publicado el dato de qué porcentaje de sus ventas corresponden a venta personal y a la digital, sigue estando más centrado en la atención presencial.

El beneficio neto de los grandes almacenes ha ido cayendo desde el pico de 713 millones en 2007 al mínimo de 118 millones de 2014. Desde entonces sus cuentas se han ido recuperando, pero lentamente (158 millones en 2015, 161 millones en 2016, las últimas cuentas conocidas hasta el próximo agosto).

El pasado enero, la empresa anunció que suscribía un contrato de financiación con Banco Santander, Bank of America Merrill Lynch y Goldman Sachs por 3.650 millones para refinanciar su deuda.

Es en medio de toda esta maraña judicial, económica y de intereses cruzados donde seis de los diez consejeros de El Corte Inglés (las hermanas Álvarez, Nuño de la Rosa, Del Pozo, Lasaga y Martínez Echevarría) reclaman un consejo extraodinario. Dimas Gimeno está obligado a convocarlo al ser los solicitantes más de un tercio del total. El orden del día de la reunión, que probablemente se celebrará a mediados de junio, es estudiar la destitución de quien Isidoro Álvarez señaló como delfín.

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