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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Inditex y BBVA: hay una cara y una cruz en la crisis turca para las empresas españolas

Casa de cambio de Moneda en Estambul.

Diego Larrouy

El intercambio de acusaciones entre EE UU y Turquía no cesa y la confianza en la economía del país mediterráneo sigue resintiéndose, con una moneda en caída continuada y empresas europeas castigadas en Bolsa por su presencia en el país. Más allá del BBVA, que figura como la empresa española más afectada, Turquía pasa por ser uno de los mayores destinos de las exportaciones españolas fuera de la Unión Europea.

En concreto, según datos del ICEX, las exportaciones hacia Turquía alcanzaron en 2017 los 5.700 millones de euros, con un crecimiento de más del 10% respecto a un año antes y el mayor nivel nunca alcanzado. Se trata del undécimo cliente de productos españoles en el mundo y el cuarto fuera de la UE, lo que supone un destino importante para las empresas.

Hay inscritas cerca de un centenar de compañías españolas en Turquía. De ellas, la que tiene una mayor exposición es el BBVA. La entidad financiera tiene casi el 50% del banco Garanti, uno de los más importantes del país, que supone en torno al 15% del total de su negocio. Esta participación ha provocado un fuerte castigo en la Bolsa, tras haber perdido en las dos últimas sesiones (la del viernes y la de este lunes) más de 3.300 millones de su valor en el mercado, hasta algo más de 36.000 millones de capitalización. La jornada del lunes cerró con una caída del 3,2%, que se suma a la de más del 5% que tuvo el pasado viernes. El conjunto del Ibex 35 se vio arrastrado por la crisis turca, con un descenso del 0,75%.

El sector financiero ha sido el más señalado en esta crisis, por la fuerte exposición de los turcos a deudas en una moneda extranjera, lo que con una divisa propia en caída, puede provocar impagos. El italiano Unicredit y el francés BNP están también afectados. Pese a ello, la compañía española ha insistido en su interés por el mercado turco y considera que su modelo de gestión limitará el impacto de la crisis en el balance de la matriz. Además, ha apuntado que su filial ha reducido los créditos en moneda extranjera, el principal riesgo para los bancos turcos en esta crisis.

La Comisión Europea aseguró este lunes que “estamos al tanto del potencial impacto en bancos europeos de la evolución de la lira turca”. Este escueto mensaje se une a que el Banco Central Europeo lleve dos meses vigilando de cerca a los tres bancos previamente citados por su negocio en Turquía.

El Banco Central de Turquía anunció el lunes un plan para dar “toda la liquidez que necesiten” los bancos del país, como manera de reducir la incertidumbre sobre el sector financiero. Mientras tanto, el presidente Recep Tayyip Erdogan acusó a EE UU de dar a Turquía una “puñalada en la espalda”. Además, el Gobierno ha lanzado una investigación contra casi 350 cuentas en redes sociales a las que acusa de provocar la caída de la moneda.

Pero la presencia española en Turquía va más allá del sector financiero. El automovilístico tiene en el país un mercado clave. De hecho, son los automóviles los principales productos exportados a Turquía, suponiendo una cuarta parte del total. Según datos de Anfac, la patronal de los fabricantes de vehículos en España, se trata del quinto comprador de coches españoles en el mundo y el primero fuera de la UE. El pasado ejercicio se exportaron casi 118.000 automóviles. En las exportaciones también destacan el hierro, el acero y productos plásticos y químicos.

Mango e Inditex

Turquía, además, tiene una importancia clave para las dos principales compañías textiles españolas, Mango e Inditex. Ambas empresas han situado a Turquía como un mercado destacado dentro de sus modelos de producción. En el caso de la empresa gallega, junto con España, Marruecos y Portugal, suma más de la mitad de su producción. 

La empresa que fundó Amancio Ortega cuenta con más de 5.000 empleados en Turquía y se nutre de centenares de fábricas externas en el país para la confección de sus prendas. Por su lado, la empresa catalana emplea a casi 2.000 personas, su segundo mayor mercado por número de trabajadores. Además, las dos compañías suman 340 establecimientos. Ambas empresas fueron señaladas por una investigación de la BBC en 2016 por tener trabajadores sirios trabajando de manera ilegal en sus centros productivos de Turquía.

Debido a esta producción en Turquía, que posteriormente se envía hacia España, el sector textil es el principal producto importado del país mediterráneo. En este caso, la caída de la divisa turca puede tener un efecto positivo frente al de otras compañías como el BBVA. Según explicaba este lunes el medio financiero Bloomberg, una pérdida de valor de la lira turca se traduciría en una caída de los costes productivos para estas compañías.

En la lista del ICEX de empresas españolas en Turquía figuran también Acerinox y ArcelorMittal, que podrían verse afectadas por el anuncio de Donald Trump de imponer aranceles mayores al acero turco tras la depreciación de la lira. Otras compañías presentes son la aseguradora Mapfre, la hotelera Barceló o la tecnológica Indra.

Turquía era, hasta el año pasado, un país con el que España tenía una relación económica bilateral con superávit comercial. No fue hasta 2017 cuando un mayor incremento de las importaciones que el de las exportaciones provocó un déficit. El pasado año España importó bienes por 6.166 millones de euros.

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