El Gobierno admite que sigue el caso de espionaje del BBVA por el impacto reputacional
El Gobierno ha admitido su preocupación por el escándalo de espionaje del comisario Villarejo permitido por su presidente Francisco González en la lucha por controlar el BBVA.
Fuentes del Ejecutivo de Pedro Sánchez han expresado que “un asunto de este calado desde el punto de vista reputacional no es positivo” para la segunda entidad financiera española. Las mismas fuentes admitieron que “están siguiendo el caso porque tiene una perspectiva penal que puede tener consecuencias”.
A pesar de esta preocupación, parece que el escándalo del BBVA no ha traspasado fronteras. Fuentes del Gobierno han asegurado que el Banco Central Europeo no se ha puesto en contacto con el Ejecutivo para abordar este asunto.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya afirmó este martes en declaraciones a la Cadena Ser que le parece una situación “gravísima” y consideraba “inconcebible para una democracia que se puedan producir fisuras y situaciones de este tipo que alarman a gran parte de los políticos, de los periodistas y del conjunto de la sociedad”.
Este martes el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, pidió a las entidades financieras “un particular esfuerzo para mejorar su reputación e introducir medidas que mitiguen el riesgo de comisión de conductas inapropiadas”.
Hernández de Cos hizo este llamamiento durante el discurso que ha pronunciado en la cena oficial del IX Spain Investors Day, en el que ha situado “el fortalecimiento de la reputación” del sector bancario como uno de los retos junto a “la reducción de los activos improductivos, la mejora de su estructura de capital y rentabilidad y el óptimo aprovechamiento de los desarrollos tecnológicos”.
El presidente del BBVA, Carlos Torres, informó este lunes en una carta dirigida a sus empleados que han “ampliado el alcance de la investigación” interna sobre el asunto. En la carta, que ha sido publicada por la agencia Bloomberg, Torres ha asegurado que están “escandalizados” por las “informaciones aparecidas en los medios a partir del 9 de enero”, que desvelan las escuchas ilegales. “De ser ciertas, se trataría de conductas indudablemente graves, deplorables, diametralmente opuestas a lo que somos y a lo que todos nosotros representamos”, añadió en el comunicado.
El exministro socialista Miguel Sebastián, cuyo nombre aparece en unas grabaciones del excomisario José Manuel Villarejo al que supuestamente el BBVA encargó espionajes, las ha calificado este miércoles de “grotescas”, “patéticas” y “extrema gravedad”.
El exministro de Industria se ha referido a las informaciones publicadas por moncloa.com y El Confidencial que son “un asunto es de una extrema gravedad. Mis abogados están estudiándolo”. Y ha continuado: “Demuestra la catadura moral y la falta de escrúpulos de quien ha organizado y financiado todo esto”.