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El Parlamento Europeo concluye que los países tenían indicios del fraude de Volkswagen y no hicieron nada

Volkswagen sigue lidiando con el dieselgate

Dani Rovirosa

La investigación del Parlamento Europeo sobre el escándalo de Volkswagen ha terminado este martes con una conclusión: se podría haber evitado “si los Estados miembros y la Comisión Europea hubieran aplicado la ley comunitaria”, según el eurodiputado liberal Gerben-Jan Gerbrandy, uno de los dos ponentes encargados de redactar el informe. “Si la ley se hubiera cumplido como estaba previsto, no hubiéramos tenido este escándalo”, ha rematado.

El objetivo de la comisión parlamentaria, creada en diciembre de 2015, ha sido el de aclarar hasta qué punto los países de la UE y la Comisión Europea conocían las infracciones que ha cometido la industria automovilística. “La existencia de discrepancias” entre el nivel de emisiones de dióxido de nitrógeno que los vehículos muestran en los test de laboratorio y en condiciones reales de circulación “se sabía, al menos, desde 2004 o 2005”, explica el texto. “Tanto los Estados miembros como la Comisión” tenían indicios de ello y “y las discrepancias se confirmaron en diversos estudios en 2010”, que llevó a cabo el centro de estudios científicos del Ejecutivo comunitario.

Los gobiernos europeos “contravinieron sus obligaciones legales de averiguar si había motores trucados (…) y ninguno de ellos encontró los que instaló Volkswagen en sus vehículos”, señala el documento. En diciembre del año pasado, Bruselas abrió un procedimiento de infracción contra España, Alemania, Luxemburgo y Reino Unido por ser los que homologaron los motores de los vehículos trucados para que pudieran circular por la UE y no haber aplicado la normativa sobre emisiones, según Bruselas. Y a Grecia, la República Checa y Lituania, por ni siquiera tener en vigor un sistema de sanciones. Aunque Bruselas no les ha impuesto ninguna multa.

“El concepto de mala gestión se ha utilizado muchas veces en el informe, para que quede claro que nadie puede eludir sus responsabilidades”, ha dicho la eurodiputada socialista Kathleen Van Brempt, presidenta de la comisión que ha investigado el caso. La Comisión Europea “no tiene poderes legales para buscar motores trucados”, pero falló en su responsabilidad de “obligar a los Estados miembros a cumplir”, con la legislación comunitaria en materia de emisiones.

El documento recoge varias recomendaciones para evitar que un escándalo así se vuelva a repetir. Entre ellas, la que sea una agencia europea independiente –y no los países europeos –quienes concedan las licencias de circulación a los vehículos. Estas propuestas, sin embargo, no son definitivas, ya que aún tiene que aprobarlas el pleno de la Eurocámara en el mes de abril. Y en cualquier caso, no son vinculantes.

El Ejecutivo comunitario, además, está intentando adquirir nuevas competencias para poder controlar directamente a los fabricantes de vehículos, y averiguar así si siguen trucando sus motores. Y multar a las empresas hasta con 30.000 euros por coche si se incumple la normativa. Pero un grupo de países, liderados por Alemania y Francia, están retrasando la reforma.

Desde que estalló el escándalo, se han producido, no obstante, ciertos avances. “A veces, desafortunadamente, necesitas una crisis para mejorar”, ha lamentado Gerben-Jan Gerbrandy. Desde finales del año pasado, ya se están realizando pruebas a los vehículos en condiciones reales de circulación, para saber cuál es su verdadero nivel de emisiones. Aún así, entre 2017 y 2020 podrán doblar el nivel de dióxido de nitrógeno permitido y hasta 2021 sobrepasar las exigencias hasta en un 50%. “Incluso después del escándalo, los lobbies de la industria [automovilística] han convencido a varios Estados miembros para retrasar y rebajar los nuevos tests en condiciones reales de circulación, ha denunciado Seb Dance, el portavoz socialista en la comisión de investigación.

Por su parte, la asociación de consumidores de la UE ha lamentado que “millones de europeos, propietarios de vehículos no han sido compensados por el fraude que cometió Volkswagen. Estamos decepcionados, porque el informe no ha abordado adecuadamente el interés de los consumidores”. El fabricante alemán se ha comprometido en Estados Unidos a pagar una multa récord de 4.300 millones de dólares, tras haberse declarado culpable de haber trucado los vehículos. Y pagará 13.000 millones de dólares a los clientes afectados. En Alemania, sin embargo, la indemnización es mucho menor. Volkswagen se comprometió el mes pasado a recompensar con 1.000 millones de euros a quienes compraron sus últimos 80.000 coches manipulados. Y en España, la empresa ha ganado de momento nueve de las diez demandas interpuestas por los consumidores.

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