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Yolanda Díaz lanza una campaña de la Inspección de Trabajo para vigilar el fraude en los fijos discontinuos

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo (España).

Laura Olías

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Aviso a las empresas: la Inspección de Trabajo va a vigilar el buen uso de los contratos fijos discontinuos. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha anunciado este miércoles que la autoridad laboral lanzará “la semana que viene” una campaña específica contra el posible fraude en la firma de estos contratos indefinidos e intermitentes, que son los que más han aumentado tras la reforma laboral.

Yolanda Díaz ha anunciado la acción de la Inspección de Trabajo en una respuesta durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, a preguntas del Partido Popular. Ante las críticas a esta modalidad de contrato, que el PP tacha de temporal encubierto, la ministra de Trabajo ha subrayado que los contratos fijos discontinuos son “indefinidos” y cuentan con “plenitud de derechos” como el resto de contratos indefinidos, como la indemnización en caso de despido o que “devenga antigüedad” .

La ministra de Trabajo ha animado al PP a consultar las “2.796 resoluciones del Tribunal Supremo español que ha dictado en esta materia. Le reto para que encuentren una sentencia que diga que es temporal. No lo es”.

Control “como con los ERTE”

No obstante, Díaz ha advertido de que “le preocupa el fraude”, por lo que el Ministerio desplegará una campaña de control de estos contratos desde la próxima semana. Fuentes de Trabajo explican a elDiario.es que “no hay indicios” de fraude en estos momentos, pero que el Ministerio quiere vigilar “el buen uso” de estos contratos que antes casi no se utilizaban. “Como ocurrió con los ERTE”, añaden.

La campaña de la Inspección volverá a recurrir a la estrategia del envío de cartas a empresas presuntamente incumplidoras, que deberán justificar el buen uso de la modalidad contractual.

Tras la aprobación de la nueva legislación laboral, y en especial desde abril cuando entró en vigor al completo, los contratos indefinidos se han disparado hasta suponer casi la mitad del total de los firmados. Entre las modalidades de contratos indefinidos, los que más crecen son los fijos discontinuos, un tipo de contrato antes casi desconocido y que está pensado para trabajos estacionales o de temporales, así como intermitentes.

La vigilancia pretende comprobar que los contratos fijos discontinuos sean realmente motivados por actividades estacionales o intermitentes y que no se están firmando de manera irregular para actividades con continuidad. En esta modalidad de contrato, los trabajadores dejan de cobrar y se suspende su contrato cuando no hay actividad, momento en el que pueden cobrar prestación por desempleo (en caso de tener derecho a ella) hasta que vuelven a ser llamados por la empresa.

Los contratos que más crecen

Los contratos indefinidos se han disparado con la reforma laboral, con el crecimiento de todas las modalidades: tiempo completo, tiempo parcial y, sobre todo, los fijos discontinuos. Según las cifras de afiliación a la Seguridad Social, los trabajadores fijos discontinuos han pasado de los 381.985 en diciembre a casi el doble en abril: 640.111.

Dado su carácter estacional o de temporada, el Gobierno esperaba que los fijos discontinuos pudieran englobar a muchos trabajadores temporales hasta el momento en actividades como la agricultura o el turismo. El cambio de contrato no es baladí, ya que como fijos discontinuos pasan a ser trabajadores estables dentro de las empresas, que cuando hay actividad siempre recurren al mismo personal, en lugar de que las compañías acudan a distintos empleados temporales en cada campaña o temporada.

Los contratos fijos discontinuos están pensados para los trabajos “de naturaleza estacional o vinculados a actividades productivas de temporada”, pero también para otros menos precisos: aquellos que no tengan dicha naturaleza pero que, “siendo de prestación intermitente, tengan periodos de ejecución ciertos, determinados o indeterminados”; así como trabajos de contratas o subcontratas “que, siendo previsibles, formen parte de la actividad ordinaria de la empresa”.

La agricultura y el sector turístico han aumentado mucho esta modalidad de contratos, pero también lo han hecho en muchas otras actividades, como las telecomunicaciones, la arquitectura e ingeniería, la publicidad y los estudios de mercado, empresas de seguridad y las ETT, entre otras. Las ETT (empresas de trabajo temporal) pueden firmar esta modalidad de contratos desde la reforma laboral.

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