Movilidad es autonomía. Es independencia
La independencia para las personas con movilidad reducida tiene un pilar básico: poder desplazarse sin necesitar a nadie. Moverse de un lado para otro contando sólo con ellos mismos. Pasar de la clásica silla de ruedas manual a otros dispositivos más autónomos es un salto de calidad en la vida de estos discapacitados.
Con esas premisas, hace siete años, nació Batec. Una iniciativa promovida por Momentum Project que trata de poner a disposición de la gente con serios problemas de movilidad, medios de transporte autónomos, modernos y versátiles. Su fundador, Pau Bach, elige un lema para tratar de autodescribirse: “Revolucionar la movilidad de los discapacitados”. Para él, que tras un accidente de moto necesita una silla de ruedas, la autonomía e independencia que proporciona una capacidad de movimiento adecuada “redunda directamente en felicidad”.
A Bach le surgió la idea al tener su propio accidente hace 15 años. Según cuenta él mismo, tras pasar todo el proceso de reaprendizaje que supuso dejar de caminar (“vestirme, ducharme, afeitar, conducir...”) se planteó cómo poder acceder a una bicicleta. “No había nada que me satisfaciera porque eran muy difíciles de manejar”, dice. “Estaban diseñadas por gente que no las usaba”,sentencia. A partir de ahí, junto a su hermano que es ingeniero de mecánica, comenzaron a diseñar sus propios modelos.
Con sus prototipos de bicicleta (manuales y eléctricos) dan soluciones multifunción. ¿Esto qué es? Pues que pueden moverse por su casa, por la calle o por terrenos más complicados sin tener que cambiar de aparato constantemente. Pau lo resume: “Los discapacitados somos grandes comsumidores de ortopedias de las que, luego, la mitad acaban en el armario.
En Batec, las bicis las venden discapacitados. Los comerciales saben de lo que hablan. “La credibilidad no es posible si no van en sillas de ruedas”, argumenta el fundador. Esa credibiliad y conocimiento íntimo de la problemática les permite hacer auténticas demostraciones de movilidad en centros hospitalarios, asociaciones o tiendas de ortopedia. “Son anuncios rodantes”, cuentan. Para el resto de trabajadores, “primero buscamos gente con discapacidad y si no hay candidatos pues recurrimos al resto”.
