Aquelarres por Zoom o amarres de amor: cómo la brujería y el pensamiento mágico han contaminado nuestras redes

Han vuelto las brujas... a TikTok.

María Zuil

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Es luna llena en Acuario y Pimpi se siente “increíblemente cansada” aunque haya dormido ocho horas. Fernanda también lleva unas noches durmiendo mal, aunque Carmina comparte que se encuentra bastante bien. Jenni, “bruja verde” y creadora de una “academia de magia” (@the.academic.witch) y del canal de Telegram donde comentan, les ha recomendado tomar agua de mar los días previos, ya que –asegura– los líquidos del cuerpo “se estancan” porque este “se llena de luna” y se hincha. Y mejor, dice, si el agua es de Ibiza o Formentera.

El canal de Jenni se abrió hace un año, en octubre de 2022, y suma casi 1.700 suscriptores, más otras 60 mil seguidoras que acumula en Instagram. Se anuncia en redes sociales como una “academia de brujas” y comparte consejos sobre cómo sanar usando minerales, crear un altar en casa o hacer espráis áuricos para el mal de ojo. Se autodefine como “científica transmutada en Bruja Verde” y, según cuenta, dejó su vida como doctora en Ciencias de la Educación para dedicarse en cuerpo y alma a la magia porque sintió que así ayudaba a más gente que desde la academia. Este mes, ofrece un curso para convertirse en bruja en nueve días con una sesión de “aquelarre” por Zoom. La publicación, patrocinada en Instagram, tiene decenas de comentarios de mujeres interesadas. 

Por estrambótica que parezca su propuesta, lo cierto es que esta academia de brujas tiene mucha competencia. Las redes sociales se han llenado de cuentas que, en lugar de recetas para el táper, combinan ingredientes para ganar una audiencia cada vez más atraída por la brujería. Lavarse las manos con azúcar para atraer abundancia, pasarse un huevo por el cuerpo para ahuyentar un mal de ojo, recortar y quemar el nombre de la persona que te gusta para que se enamore de ti… Si algo bueno tiene la magia es que tiene la fórmula para cualquier mal o deseo que a uno se le pase por la cabeza. Lo malo, que no funciona.

Ni el agua de mar ni los minerales tienen propiedades curativas. Tampoco los amarres te van a atraer a ningún crush, una planta te va a abrir los chakras o cada fase lunar va a cambiar tu ánimo. Ni desde luego el tarot tiene las claves para el éxito de tu empresa, como proponía un taller ofertado por el Ayuntamiento de Alicante a través de la Escuela de Talento Femenino ahora retirado tras las críticas de la oposición. ¿Por qué entonces cada vez más personas, especialmente mujeres, están confiando en rituales mágicos?

“Hay distintos factores que nos pueden llevar a creer en ellos”, explica Sara Montejano, psicóloga general sanitaria. “Uno es el concepto del pensamiento mágico, que es aquel argumento que desarrollamos para cosas que no somos capaces de entender o controlar. Si te gusta una persona, que se enamore de ti es algo que no puedes controlar y eso genera bastante angustia. Con la magia crees que puedes controlarlo”.

Hay distintos factores que nos pueden llevar a creer en esto. Uno de ellos es el pensamiento mágico, aquel argumento que desarrollamos para cosas que no somos capaces de entender o controlar

Sara Montejano psicóloga general sanitaria

Según la psicóloga, esto se entremezcla con la atracción que sentimos por lo misterioso. “Aquellas cosas que son ocultas, que tienen ese punto casi conspiranoico, que nos trasciende a nosotros como humanos, nos atraen”, añade. Además, el relato que acompaña la magia es atractivo, estética y narrativamente, algo que redes como TikTok, de consumo rápido basado en el impacto visual, potencian. Creer que estamos cansados porque hay luna llena parece más bonito que asumir que igual hemos tenido una semana horrible en el trabajo. Y sobre todo, parece mucho más fácil de solucionar, aunque conlleve un complejo ritual compuesto de distintas dosificaciones de ingredientes de herbolario. 

“Pasa mucho con las pseudoterapias: si parece elaborado, nuestros cerebros proyectan que tiene que funcionar porque es complicado. Intentan asimilar la complejidad con la eficacia. Ocurre también cuando vas al médico, no te vale con que te diga que cuides la dieta, quieres algo más, una receta. Aquí es igual. Cuanto más elaborado sea, el efecto placebo es mayor”, explica Emilio Molina, ingeniero y miembro del Círculo Escéptico, desde donde hace divulgación contra las sectas y pseudoterapias. “No hay engaño más potente que el autoengaño. Y si lo haces tú, lo vives, es mucho más poderoso que si lo hace otra persona, te pone en papel protagonista y eso te da cierto status de impostura y postureo para luego comentarlo y sentirte especial”.

El relato que acompaña la magia es atractivo, estética y narrativamente, algo que redes como TikTok, de consumo rápido basado en el impacto visual, potencian

La psicóloga Sara Montejano remite también al efecto Forer o falacia de validación personal. Es un fenómeno psicológico según el cual algunas personas tienden a creer que ciertas afirmaciones se refieren a ellas mismas, aunque sean igual de válidas para todas. Suele suceder con frases ambiguas y vagas, como ocurre también con las cartas y el horóscopo. “Si las cartas te dicen que aparecerá una persona morena… yo solo tengo que buscar las pruebas, acabaré viendo a una persona morena en mi vida. Es pensamiento inductivo”. 

Los brujitips siempre se adaptan a la despensa de cada uno. Si no tienes hierbabuena, vale el laurel; si no tienes agua de mar, vale agua con sal; y si no encuentras cuarzo, otra piedra con la que “resuenes” es igualmente válida. “En el fondo da igual porque, si el ritual no funciona, la respuesta que dan los charlatanes es que no has creído lo suficiente”, opina Molina. “La ciencia no es así, la ciencia te demuestra y te habla de porcentajes, no de certezas. Pero los charlatanes te lo pintan superbonito, te dicen que funciona, y una persona que pasa por un mal momento lo que quiere escuchar es eso, que es algo infalible”, añade.

Un ejemplo extraído de la “academia de brujas”: “Para que se mueva esa energía es importante que resuenes y sientas el ritual. Si no te resuena, no repitas esta propuesta, ¡crea la tuya!”. Así de sencillo. 

Pasa mucho con las pseudoterapias: si parece elaborado, nuestros cerebros proyectan que tiene que funcionar porque es complicado. Intentan asimilar la complejidad con la eficacia

Emilio Molina ingeniero y miembro del Círculo Escéptico

Preguntada por este periódico, Jenni, la fundadora de esta academia, asegura que todos sus consejos se basan en la evidencia científica, aunque declina aportar estudios concretos para poder contrastarlo. “Hay que hacer una mirada crítica del conocimiento científico, interrogarlo y aliar el mundo del esoterismo y el de la ciencia, que creemos que están separados pero no es así”, opina. También asegura que todos sus consejos en redes van acompañados de la advertencia de que no sustituyen al de un profesional médico, aunque tal y como ha podido comprobar este periódico, casi nunca es así. Tras ser contactada por este periódico, ha borrado algunos de estos consejos de su perfil.

Recurrimos a la opinión de uno de ellos, Manuel Martín, médico y especialista en Salud Pública. “En la ciencia también tiene que haber escepticismo, no hay que aceptar todo a pie juntillas, pero eso no quiere decir que haya que volver al pasado y recurrir a este tipo de cosas que te pueden hacer más mal que bien”. Más allá del efecto placebo, asegura, no hay ninguna evidencia de que ni el agua del mar ni las piedras puedan curar ningún mal. “Está demostrado empíricamente que beber agua de mar es malo para la salud, porque altera los niveles de sodio y potasio y los electrolitos que regulan el organismo. Ni aunque esté filtrada ni embotellada”, explica. “Y tampoco las piedras desde el punto de vista científico tienen ninguna base”. Aun así, es fácil encontrar por Instagram perfiles que venden piedras para proteger el hogar, ganar confianza en una misma o atraer el amor con todo tipo de formas, colores o incluso en packs. Algunos de ellos pueden alcanzar varias decenas de euros.

Los riesgos de la magia

Para dar veracidad a sus mensajes, las publicaciones de estos chamanes suelen venir acompañadas de comentarios de otras cuentas dando fe de su eficacia. Otro caso, este de TikTok: una publicación asegura que llevar una moneda en el bolsillo con una runa dibujada atraerá el dinero, y está plagada de comentarios que aseguran haberse encontrado con dinero por la calle al hacerlo. “Es un truco de primero de mercadotecnia de vendehúmos. Se compran seguidores y se generan muchas cuentas para darse autobombo y que otra gente se deje llevar por esos testimonios falsos”, cuenta Molina, del Círculo Escéptico. 

El sesgo de confirmación también juega un papel importante en estos rituales. Si algo de lo que invocamos o predecimos se cumple, su peso será mucho mayor que en todas aquellas ocasiones en las que no lo hizo. Por eso, en consulta Montejano pone a prueba a los pacientes que vienen con estas creencias. “Una cosa con la que me encuentro mucho, por ejemplo, es con la ley de atracción, a raíz del libro de El Secreto, que materializó ese pensamiento mágico según el cual si piensas en algo consigues que se cumpla. Así que en consulta les propongo hacerlo con algún ejemplo. Y no se cumple, claro. Desde ahí empezamos a desmontarlo y a volver al pensamiento racional”.

Creer en la magia no es exclusivo de ninguna clase social, aunque sí hay cierto patrón entre las personas que caen en ella. Tener un bajo nivel de estudios e ingresos y una personalidad obsesiva pueden predisponer a estas creencias, que suelen darse más entre mujeres. “Está socialmente más aceptado en ellas, porque este tipo de cosas cuadran más con el arquetipo femenino de la intuición: el pasado histórico de las brujas, la sensibilidad… mientras que los hombres se mueven más en el pragmatismo. Es por una cuestión de educación”, añade la psicóloga.

Aunque parezcan contenidos inofensivos, lo cierto es que estos rituales pueden tener consecuencias negativas para quienes los practican. Sobre todo cuando se traspasa la línea y se empieza a creer firmemente en que estos rituales pueden cambiarte la vida, lo que deja campo abierto a las estafas. “En redes hay quien lo hace como un pasatiempo, pero también gente que lo hace más en serio y te propone servicios de pago para que contrates el amarre o que te quiten el mal de ojo. Y esto tiene el mismo fundamento que cuando se hacía en analógico, que es ninguno. El problema es que en internet es exponencial, llegas a mucha más gente y no tienes la barrera que había antes con la televisión”, cuenta Molina, a quien el tema de los amarres le parece especialmente peligroso.

Los amarres son rituales que intentan atraer románticamente a otra persona. “Al final es ir en contra de la voluntad de la gente, no suena muy sano hacer un truco de magia para obligar a alguien a estar contigo. Son comportamientos tóxicos y la persona que acude a esto tiene una ligera disfunción y falta de educación respecto a lo que supone el respeto a la voluntad de las personas”, añade. 

Internet ha permitido que cualquier persona pueda alzarse como una bruja, mago o chamán, ya no hace falta tener una línea telefónica o una tienda en una calle concurrida, por lo que cualquiera puede ser víctima y victimario. “Ser tú el brujo tiene también un componente de comportamiento narcisista, porque te da una sensación de poder enorme. Y a la vez, las personas que creen en estos fenómenos lo refuerzan porque le otorgan esa autoridad”, analiza la psicóloga.

Internet ha permitido que cualquier persona pueda alzarse como una bruja, mago o chamán, ya no hace falta tener una línea telefónica o una tienda en una calle concurrida, por lo que cualquiera puede ser víctima y victimario

Pero el mayor prejuicio está quizá en el bolsillo y la salud del que acude a estos servicios, que puede llegar a extremos que dejen a la persona peor que cuando empezó. “Cuando te lo tomas en serio, en lugar de acudir a un psicólogo, vas a un chamán porque crees que hay alguien que bloquea tu desarrollo personal. Y como no funciona, se inventan historias para pedirte más dinero con más rituales. Hay a gente a la que le acaban levantando joyas, ahorros, coche… y les complican todavía más la vida porque les hacen tomar decisiones equivocadas, basadas en el azar”, cuenta Molina. 

Una apreciación en la que la psicóloga coincide. “Si creo que mi destino está escrito, o que lo puedo controlar con un ritual, eso me va a hacer pasivo a la hora de generar ciertas conductas o actitudes por mí misma para lograr un objetivo. Voy a sentarme a esperar, en lugar de trabajarlo”, explica.

Hay gente que abandona tratamientos médicos para abrazar algunas de estas teorías, de cáncer, diabetes... Y eso sí que tiene un poder gravísimo, porque es un peligro

Manuel Martín médico y especialista en Salud Pública

Otras veces, más graves, se puede incluso dejar de acudir a un médico o especialista confiando en que un ritual va a sanar una dolencia o problema de salud que puede ir a más sin la atención adecuada. “Hay gente que abandona tratamientos médicos para abrazar algunas de estas teorías, de cáncer, diabetes... Y eso sí que tiene un poder gravísimo, porque es un peligro”, explica el doctor Manuel Martín.

“Al final, el peligro básico siempre es que hay una digresión de la realidad, te separas de cómo funciona el mundo real, de cómo funcionan las relaciones, la resolución de problemas, el conflicto…”, explica Molina. “Delegar tus decisiones vitales en las cartas, en la magia o en supuestas fórmulas astrológicas te puede acabar haciendo más mal que bien”.

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