Legionella: los expertos avisan de que el calor del verano adelanta la temporada

Un tubo de ensayo que contiene un positivo de Legionella

Jordi Sabaté

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La época de legionelosis en España, la enfermedad causada por la infección pulmonar por la bacteria Legionella pneumophila, empieza a finales de septiembre y tiene su punto álgido en octubre y parte de noviembre, si es cálido.

El motivo lo explica Ana Carmen Aguirre Unamuno, experta Responsable Técnica en Legionella en la empresa de control de ambiental Rentokil: “La principal fuente de contaminación son las torres de refrigeración de edificios y grandes superficies, ya que suelen pararse a finales del verano y, con el calor, el agua que conducen puede dar lugar a un crecimiento bacteriano”.

Después, si en octubre o noviembre hay las típicas semanas de calor, se vuelven a activar con el agua ya contaminada, y esta se expulsa por la parte alta de las torres en forma de aerosol. Y ese aerosol puede contender las cepas de Legionella, baja a nivel de calle, donde lo respiramos“, prosigue Aguirre.

La experta explica que las gotitas de aerosol de menos de 5 µ (milésima parte de un mm) se aspiran y viajan directamente a los pulmones, donde se puede iniciar la infección. Aguirre aclara también que la pulmonar es la única vía de contagio, por lo que no hay que temer a beber agua.

El efecto de un verano tórrido

Pero este año la legionelosis, una enfermedad grave que puede llegar a ser mortal, ha adelantado su temporada: en Cáceres este agosto se han contabilizado 15 casos y cuatro muertes por la posible presencia de Legionella en fuentes o bocas de riego.

Y hace pocos días el Hospital Clínic de València se ha visto obligado a cortar el agua de una planta por un caso de legionelosis de un enfermo: “Es un caso intrahospitalario, lo cual lo hace especialmente peligroso para los demás pacientes, pues el foco está en el interior”, explica Aguirre.

La responsable de control ambiental cree muy posible que el intenso y prolongado calor de estas primavera y verano hayan propiciado que el agua de fuentes, bocas de riego e incluso instalaciones de edificios contengan poblaciones de Legionella.

El motivo es que la Legionella puede encontrar su hábitat en la suciedad acumulada durante el verano y en el calor ambiental, puesto que crece entre 25º y 45ºC, con un óptimo en torno a los 35ºC.

El problema puede estar en bolsas de agua estancada de los depósitos y calentadores que han tenido poca circulación, aunque esta bacteria también puede crecer en las paredes interiores oxidadas de tuberías en mal estado; el caso es que con el cambio climático este tipo de contaminaciones son más frecuentes y la Legionella adelante cada año más su temporada y ataca con más intensidad.

De hecho, la OMS considera desde 2015 al cambio climático como principal responsable del aumento de casos de legionelosis en el Primer Mundo. Según datos del European Center for Desease Control (ECDC), en 2018 se registraron en Europa un total de 11.343 casos de legionelosis, lo que supone un 57% más que en el año 2007.

En España los datos también pueden considerarse alarmantes, puesto que el ECDC detectó 1.513 casos en el mismo año, algo más del doble de los registrados en 2011. Con esta cifra, España se colocó a la cabeza de los casos de legionelosis en Europa.

En Cáceres y Valencia, muy probablemente los casos de contagio se han producido al inhalar el aerosol que forman las gotitas de agua lanzadas por una fuente o un aspersor de riego, y en Valencia cabe pensar en una ducha de agua caliente que proceda de unas calderas que no han sido utilizadas durante el verano, donde la Legionella ha proliferado.

Pero hay otros sistemas delicados que conviene vigilar, como las saunas húmedas de gimnasios y centros de spa, porque los aerosoles y el calor abundan en estos espacios. Otra fuente posible, “aunque menos probable”, matiza Aguirre, son las bombas de calor que funcionan en sistemas de conductos, ya que puede condensarse agua durante el verano en la que luego prolifere ella bacteria si usamos la bomba en otoño para lanzar aire caliente.

Consejos para evitar riesgos en casa

Si tenemos en casa un sistema de climatización que funciona con distribución de aire por conductos -ya sea en un falso techo, ya en obra vista-, o bien trabajamos en una oficina, restaurante o cualquier otro comercio que se climatice por este sistema, debemos de asegurarnos de que se cumplen las siguientes condiciones, con el fin de reducir el riesgo al máximo:

Se han evitado durante el verano las condiciones que favorecen la colonización y multiplicación de Legionella en los conductos. Es decir que las temperaturas ambientales no hayan sido superiores a los 25º, y sobre todo que no se haya podido establecer agua, o bien que no se hayan acumulado sustratos susceptibles de recoger la humedad y la vez que puedan servir de alimento.

Para ello es necesario que nos aseguremos que en nuestro hogar o en nuestro puesto de trabajo se realizan limpiezas y desinfecciones periódicas, especialmente antes de la puesta en marcha de una instalación que ha pasado una larga temporada sin funcionar. A este respecto, conviene ser especialmente escrupulosos en lugares donde haya población sensible, como son hospitales, centros médicos y centros de la tercera edad. 

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