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Las bases de la nueva ley educativa vasca apuntan a un único modelo “plurilingüe” con el euskera como eje

Un instituto público del centro de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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La ponencia que durante los últimos meses, con voces de expertos y organizaciones del sector, ha analizado en el Parlamento Vasco la situación del sistema educativo vasco ha alumbrado este martes un documento titulado 'Bases para una educación del siglo XXI' que aspira a ser el guion de una futura ley educativa vasca, un compromiso del Gobierno de Iñigo Urkullu desde hace varias legislaturas y que se quiere acelerar en la actual, en la que el Ejecutivo tiene mayoría absoluta con la suma de PNV y PSE-EE. El texto plantea una enseñanza “plurilingüe cuyo eje es el euskera”, más allá de los modelos A, B y D actuales, y se propone que dote de “conciencia de la cultura vasca” al alumnado. Es menos tajante en las propuestas sobre la red concertada en un contexto en el que el 50% del alumnado no estudia en la red pública, la proporción más alta de España, y se alude expresamente a la “libertad de elección” de centro por parte de las familias, aunque sí se incide en la necesaria gratuidad de acceso a cualquier colegio que reciba fondos públicos, algo ya regulado en la actualidad pero que se suele desvirtuar con otras cuotas alternativas.

El sistema educativo vasco tiene la peculiaridad de tener una pata privada con mucho alumnado, ya que a los centros religiosos habituales en otros lugares y a las cooperativas se les unen aquí las ikastolas no publificadas. En los últimos años, una pluralidad de agentes sindicales y sociales han denunciado que, 'de facto', se ha creado un modelo de dos velocidades con centros privados prestigiados y que reciben fondos de la Administración e instalaciones públicas con graves problemas y con una incipiente guetización. La existencia de cuotas más o menos visibles ha concentrado a los alumnos de menor nivel socioeconómico -en muchos casos población migrante- en unos colegios públicos muy concretos. El problema ha sido más evidente en grandes áreas urbanas como Vitoria, en los que los centros privados ubicados pegados a los públicos no acogían a casi ninguno de los alumnos nuevos que llegaban en medio del curso.

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“El Servicio Vasco de Educación estará integrado por los centros que cumplen con los principios y objetivos establecidos por la ley, asumiendo los compromisos y obligaciones que la ley les impone. La escuela pública juega un papel esencial entre los agentes que prestan el servicio público de la educación. La clave reside en el cumplimiento de los requisitos que se establezcan, tanto si la naturaleza jurídica de los agentes que prestan el servicio público los vincula a la Administración como a otros agentes. No obstante, debe quedar claro que la elección de unos u otros agentes por parte de las familias no debe convertirse en un factor de segregación social”, explica el documento a este respecto.

Y se añade: “En resumen, en su apuesta por una escuela que contribuya a superar las desigualdades de origen, el Servicio Vasco de Educación acogerá a los centros sostenidos con recursos públicos, con independencia de su naturaleza jurídica, en la medida en que intervengan de manera activa en el esfuerzo por superar la segregación y la exclusión social [...]. La planificación local, los procedimientos integrados de escolarización y la planificación de la matriculación y de la escolarización del alumnado de centros de distinta titularidad con financiación pública pueden ser instrumentos adecuados para alcanzar estos objetivos. El Gobierno vasco garantizará la gratuidad real eliminando las cuotas de escolarización. [...] Las actividades complementarias y los servicios escolares deben ser también regulados, garantizando su carácter no lucrativo en los términos establecidos en la regulación orgánica y la voluntariedad de la participación del alumnado. Asimismo, se regulará el establecimiento de ayudas para que quienes padezcan en situaciones sociales o económicas desfavorecidas puedan acceder a dichas actividades y servicios”.

Se indica que será gratuita la escolarización siempre entre los 6 y los 16 años y también de los 3 a los 6 años, así como la FP básica. “El Gobierno vasco determinará y realizará el seguimiento de los criterios a cumplir por los centros que reciban financiación pública y regulará las obligaciones y el procedimiento de admisión de los prestadores del servicios educativo. Las necesidades educativas básicas de los alumnos se financiarán al 100% y, según criterios de equidad, procurará una mayor ayuda a quienes se hallen en condiciones sociales más difíciles”, apunta el dictamen.

Sobre las lenguas, se insiste en el euskera como “referencia” pero un modelo “plurilingüe” que garantice las competencias “de usuario avanzado” en las dos lenguas oficiales, aunque no se precisa un nivel concreto. Se alude que, al menos, se ha de incorporar un lengua extranjera. Además, se propone introducir en la escuela la realidad “multilingüe y multicultural” de una sociedad con cada vez mayor presencia de ciudadanos con otros idiomas y religiones o, al menos, “despertar en los alumnos la curiosidad” por esa otra realidad. Se desea no solamente enseñar en euskera sino fomentar su “uso activo”. “Se priorizará el euskera en las relaciones de actividad y entre profesionales, así como en las relaciones formales y no formales entre el alumnado y el profesorado”, se apunta. Y se apostilla: “Una persona bilingüe no es la que posee la suma de dos idiomas. La competencia de la persona bilingüe es competencia bilingüe y la competencia de la persona plurilingüe es competencia plurilingüe”.

El documento plantea igualmente reforzar la autonomía de los centros y la implicación de las instituciones locales y se destaca que “un plan excelente necesita excelentes profesores”. Los alumnos han de ser “buenas personas”, “buenos ciudadanos” y “buenos profesionales”. “El sistema educativo vasco se comprometerá mediante la nueva ley a formar a un alumnado empoderado como sujeto activo de su aprendizaje, un alumnado que aprenda en comunidad, dando respuestas a los retos humanos, sociales, culturales y medioambientales, y con el acompañamiento de unas familias y un profesorado corresponsables en el empeño”, se puede leer en el dictamen, en el que se incide en la igualdad de sexos y en la lucha contra el cambio climático.

Como datos, se apunta a que Euskadi parte de una base adecuada. “Cuenta con una de las tasas más bajas de abandono escolar temprano de Europa (6,5%) y una de las más altas tasa de alumnado con educación superior (59,6%). Al mismo tiempo, es una de las comunidades autónomas con una tasa de escolarización temprana más alta: el 92,3% de los niños y niñas están escolarizados en aulas para dos años de edad y el 99% para tres años”.

El documento ha sido elaborado por el presidencia de la ponencia, el parlamentario del PNV Gorka Álvarez. En un comunicado, la formación nacionalista asegura que se apuesta por una “escuela inclusiva, equitativa y de calidad, centrada en la convivencia positiva, la igualdad de oportunidades y el respeto a la pluralidad”. “Con el euskera como lengua vehicular, apuesta por reforzar la autonomía de los centros y empoderar al profesorado”, incide el PNV, que destaca las medidas para “evitar la concentración de alumnado vulnerable”.

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