Hay cosas que, por decencia, no se deben ni decir. Y menos en un país con seis millones de parados. En cambio, la OCDE, organismo mantenido por 34 países entre los que se encuentra España, ha decidido recomendar públicamente al Gobierno de Mariano Rajoy que abarate aún más la indemnización por despido e introduzca las medidas necesarias para que el juez no pueda declarar nulo un ERE por defecto de forma.
Hay también otros consejos (no menos obscenos) en el informe con el que esta organización, que a su logo acompaña la leyenda “Mejores políticas para una vida mejor”, ha bendecido la reforma laboral impulsada por el ejecutivo popular, Una reforma que la ministra Fátima Bañez pretende retocar -“ligeramente” dice- y que pinta toda la intención de limitar todavía más los ya cercenados derechos de los trabajadores.
Vayamos por partes. Y lo primero es que clama al cielo que el Gobierno se haya encomendado a la OCDE para que diagnostique sobre esa (maldita) reforma que entró en vigor hace dos años y que, hasta ahora ha multiplicado espectacularmente el número de parados de nuestro país. Resulta vergonzoso porque el ejecutivo es juez y parte en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. No en vano, el máximo órgano decisorio de la OCDE es el Consejo integrado por los Embajadores de los países miembros, y los ministros o secretarios de estado son los que acuden a la cita anual.
En fin, que elegir a este organismo para que valore una decisión adoptada por el Gobierno es tirar a balón parado. Supone asegurarse el aprobado. Desconozco, seguramente por ignorancia propia, que exista un sólo ejemplo en el que la OCDE haya, no ya vapuleado sino tan siquiera criticado con cierta acidez, decisiones o medidas adoptadas por los ejecutivos de los países que la integran y, ¡claro!, la financian. Y financian, por tanto, la elaboración de los distintos informes y recomendaciones.
El director de Empleo, Trabajo y Políticas Sociales de la OCDE (la institución cuenta con diez direcciones y dos departamentos), Stefano Scarpetta, presentó el documento la semana pasada en Madrid. En presencia de Bañez recitó las recomendaciones que, si me permiten, sólo presentan un claro acierto cuando aconseja al Gobierno que mejore el servicio de búsqueda de empleo.
Por lo demás, y en lo que parece un triple salto mortal, Scarpetta , cuyo sueldo y condiciones laborales tendríamos todos que conocer, explicó que la reforma de Rajoy ha posibilitado la creación de 25.000 empleos mensuales. Por supuesto no aportó datos que clarifiquen la interesante cifra. Cifra que, por otra parte, no hay forma de casar con los datos oficiales del INE sobre pérdida de empleos y estancamiento en el número de parados.
Conclusión. Una vez más nos toman por tontos a la hora de defender las bondades del ultraliberalismo puro que, por lo que vemos, solo procura un aumento progresivo de la desigualdad y no acarrea beneficio social alguno. La OCDE se suma a la larga lista de esas organizaciones (FMI, troika…) que apuestan por una austeridad que, a la hora de la verdad, sólo consigue aumentar el número de pobres. ¿Por qué se empeñaran en decirnos que tamaña indecencia es para ofrecernos una vida mejor?
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