Educar en competencias

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En el último informe PISA 2012, además de las competencias tradicionales (matemáticas, lectura y ciencias), se incluye la competencia en la resolución de problemas de la vida cotidiana. En diciembre pasado, se dieron a conocer los datos que ya comentamos, y ahora, en abril, se nos han comunicado los de esta evaluación que se ha hecho en su integridad por ordenador.

Se deben tener encuenta los datos de PISA 2012 pero sin agobiarse; porque esto ya empieza a agobiar y no precisamente a nuestros gobiernos por lo que se ve.

A nadie se le escapa que el alumnado de 15 años de Madrid o de una gran ciudad está muy familiarizado con el uso de los transportes públicos y, por la cuenta que le trae, (nunca mejor dicho) debe conocer y estudiar la manera de llegar a los sitios de la manera más barata y rápida posible y en eso pueden estar en clara ventaja frente a otros… pero aun así la prueba parece pertinente.

El sistema educativo debe preparar para la vida; esta frase tan contundente es y ha sido el 'leit motiv' de todas las reformas educativas que en el mundo han sido y serán. ¡Pero la vida cambia y a qué velocidad! La actualización de tan obvio objetivo se formula hace tiempo (véase la LOE de 2006) en términos de “educar en competencias”; en ello está, ha estado y estará todo sistema educativo que se precie. Otra cosa es que con la globalización y los vertiginosos cambios que se están produciendo tengamos el PIB, los gobiernos, la tradición científica, cultural e intelectual y, por ende, los recursos materiales y humanos necesarios, dispuestos y preparados para responder en España y en el País Vasco como responden en Corea, Japón, Canadá, Australia o Finlandia (la patria de Nokia)… No es sólo una cuestión de recursos, es una cuestión de prioridades.

Pero lo cierto y verdad es que estamos conociendo las evaluaciones PISA12 en un contexto de política “austericida” en educación, en ciencia, en conocimiento (véase lo ocurrido con ESS Bilbao por acuerdo Urkullu–Rajoy o con el CSIC); estas cuestiones no están entre las prioridades de Rajoy; este hombre no escucha ni a quien tanto le anima en su reforma laboral, de consolidación fiscal, de devaluación y precarización laboral, de reducción del gasto público etc…

El secretario general de la OCDE, señor Gurría, el 3 de marzo en Bilbao en el Foro organizado en el Palacio Euskalduna afirmó: “Debemos dejar atrás la economía del ladrillo y enfocarnos en la economía del conocimiento” ¡Cuántas veces lo hemos oído desde que estalló la burbuja inmobiliaria de las 'subprime' y comenzó la crisis! Pero no llega ni a Rajoy ni a la secretaria de Estado que hace las funciones de ministro.

La primera evaluación de PISA en lo relativo a los conocimientos y destrezas para resolver problemas de manera creativa muestra cómo de bien preparado está el alumnado para enfrentar ‐y resolver‐ los problemas a los que se enfrentan en su vida diaria como ciudadanos del siglo XXI; y estamos mal aunque en Euskadi estemos mejor.

Es justo reconocer que no todos los gobiernos en España y en las comunidades autónomas han practicado la misma política al respecto; es pertinente recordar, amén de los recortes practicados por Rajoy, que Wert dejó caer el programa escuela 2.0 de Zapatero nada más llegar al Gobierno; por ello, es de justicia reconocer que, aquí, en Euskadi, el gobierno socialista de Patxi López no sólo lo mantuvo sino que se propuso con sendos planes dotar de competencias con carácter universal y general a todo el alumnado del sistema educativo vasco: tanto la competencia digital como la competencia en inglés, la lengua de la globalidad, de la ciencia y del conocimiento y la investigación. Y aún más, detectado el déficit en ciencias, implementó medidas en las que hay que seguir profundizando para la mejora de la competencia científica de nuestro alumnado.

Se ha vuelto a poner de manifiesto en PISA 12 lo acertado del programa Eskola 2.0; no solo porque en 2015 todas las pruebas se harán por ordenador, sino porque a estas alturas ya nadie se atrevería a negar que las competencias en las tecnologías de la información y comunicación son básicas para la vida cotidiana en el siglo XXI; por ello, Isabel Celaá dotó a todos los centros de 5º y 6º de primaria y a los de 1º y 2º de la ESO de un ordenador y a todas sus aulas de una pizarra digital. Hubo quien se opuso frontalmente a ello y hay un acuerdo parlamentario vasco de seguir extendiéndolo gracias también a la iniciativa de los socialistas vascos.