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Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Franco no fue un caído

Moreno: "Qué casualidad que, justo cuando entramos en elecciones, tendremos el proceso" de exhumación de Franco

Josu Montalbán

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El Tribunal Supremo ha admitido el plan presentado por el Gobierno de Pedro Sánchez para sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos y enterrarlo en Mingorrubio, al ledo de los restos de su esposa. Probablemente, que Franco y su esposa reposaran juntos hasta el fin de los tiempos hubiera sido lo lógico, entre otras cosas porque el franquismo siempre defendió esa remilgosa unión indivisible entre los casados. Pero Franco era otra cosa, y aunque no dejó a nadie el encargo de perpetuar su régimen por los siglos de los siglos, no faltaron quienes se impusieron tal deber, y para ello buscaron el lugar adecuado y señalado: el Valle de los Caídos. Allí reposaría junto a los muertos que él mismo mató o provocó su muerte. Allí ha reposado hasta ahora, durante 40 años, hasta que ha sido posible sacarle de ese lugar tan significativo, y entregarle a sus familiares y a los partidarios de sus brutalidades e ignominias.

Pedro Sánchez ha afirmado que esta decisión de exhumar a Franco constituye un triunfo de la Democracia. Así es, aunque la Democracia ya había triunfado antes, justamente cuando a Franco no le reemplazó en el Gobierno español un franquista. Que Franco muriera en la cama no es algo abominable. ¿Dónde deben morir las gentes si no es en sus camas? Lo grave fue que fuera homenajeado, que fuera aplaudido, que “reposara” en un Monumento tan insigne, junto a tantos muertos ejecutados por él mismo. Lo imperdonable ha sido que la familia se haya empecinado en combatir al sentimiento colectivo de todos los españoles, de izquierdas y de derechas, demócratas, que queremos entregarles a su “ser querido” para que sean ellos quienes le honren si lo juzgan conveniente. Franco fue un dirigente político, pero fue sobre todo un Caudillo, un sátrapa, un dictador y un asesino… Y cuando alguien es depositario de tales características no merece delicadezas de ningún tipo.

Sin embargo, queridos lectores, alguien estará esperando alguna respuesta al hecho de que hayan sido necesarios 40 años para lograr la exhumación. Y en esto conviene que seamos meticulosos. Nuestra democracia fue un modelo porque la dictadura franquista fue excesivamente dura. Nuestra democracia fue construida entre todos, incluso participaron en ella algunos insignes que habían estado en los órganos de gobierno franquistas: Fraga con sus acólitos, incluso Adolfo Suárez… Pero, sobre todo, se incorporaron de forma inmediata quienes habían sido perseguidos con excesiva saña, y habían sobrevivido al franquismo en la clandestinidad. Ese tiempo, esos 40 años, en que la democracia ha ido manteniéndose, y perfeccionándose en alguna medida, ha sido determinante del nuevo tiempo.

El Tribunal Supremo actual, que tiene poco que ver con el Supremo de aquellos tiempos, ha sido contundente y se ha pronunciado. Franco saldrá del Valle de los Caídos, en donde ha estado expuesto a la consideración y contemplación de cuantos acudían, solos o en excursiones multitudinarias, para reverenciarle. También la mera curiosidad ha llevado a la gente al borde de la losa que lleva el nombre del dictador escrito. Ahora cabe que nos alegremos del “triunfo” que hemos cosechado quienes creemos en la Democracia.

Conviene que seamos justos y que no nos dejemos llevar por nuestras ansias de venganza. Que sepamos distinguir entre unos y otros. Franco y los franquistas por un lado, los demócratas por el otro. Como bien ha afirmado Pedro Sánchez, la democracia culmina ahora el triunfo para el que empezó a trabajar en el primer instante del posfranquismo, cuando los contrarios al dictador empezaron a volver de sus exilios respectivos, cuando los partidos prohibidos fueron recuperando sus posesiones que el propio Franco había confiscado, cuando los españoles y las españolas de toda condición empezamos a respirar y a sonreír en libertad. Por fin podemos declarar, definitivamente, el triunfo de la democracia que empezó a fraguarse hace 40 años, de la mano de quienes sufrieron brutalmente la Dictadura.

No me harán caso, ni siquiera leerán esto, pero sería conveniente, incluso tan noble como lógico, que la familia del dictador aceptase la exhumación y llevase a Franco al lado de su esposa. Sin más, para que su familia depositara un ramo de flores, si lo juzgaba conveniente, cada 1 de noviembre festividad de Todos los Santos… Porque Franco no fue nunca un 'caído', ni lo es ahora, es acaso un tumbado: el tumbado que mató y derribó a los 'caídos' que merecen todos, nuestra veneración y respeto.

Permitidme un final más sonoro y contundente. Permitidme dejar aquí los versos de Rafael Alberti: “Hay muertos cuya paz merecería / ser quebrantada todas las auroras”.

*Josu Montalbán es concejal del PSE en Zalla. Ha sido diputado socialista en el Congreso y juntero del PSE en las Juntas Generales de Bizkaia

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