Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
¡¡LI-BER-TAD!!
¡¡LI-BER-TAD!!
Sócrates, filósofo griego del siglo IV a.C. no dejó ningún escrito, pero inspiró a muchos discípulos, entre los que destaca Platón, a su vez, maestro de otro genio de la Grecia antigua, Aristóteles. De vital importancia para el desarrollo de la Filosofía occidental, que le coloca como báscula para diferenciar a filósofos anteriores (“presocráticos”) de los posteriores (“socráticos mayores” y “socráticos menores”). Considerado el padre de la filosofía política dejó esta frase para la posteridad: “El que ha superado sus miedos será verdaderamente libre”.
¡LI-BER-TAD!
Con Platón (siglos V-IV a.C.) se funda la Academia griega, que permitió a sus seguidores investigar, pensar y debatir sobre todo tipo de ideas. Interesado también por la filosofía política intentó plasmar su propia idea de Estado, aunque sin demasiado éxito. Suya es la frase, “La libertad está en ser dueños de nuestra propia vida”.
¡LI-BER-TAD!
Acabaré el recorrido por la filosofía griega con Plutarco (s. I). Se especializó, además de en filosofía, en otras disciplinas aparentemente dispares, como la Historia y las Matemáticas. Viajero incansable, disfrutó de la ciudadanía romana y fue uno de los últimos inspiradores del llamado helenismo. Según él, “La verdadera libertad es sujetarse a las leyes de la razón”.
¡LI-BER-TAD!
Ya en la Modernidad destacan dos filósofos occidentales, de distinto origen, pero de disciplina común. De un lado, Voltaire (s. XVIII), que desarrolla su obra dentro del recién estrenado mundo de la Ilustración, antecediendo e insuflando ideología a tantos intelectuales revolucionarios posteriores. Defensor a ultranza de una justicia igual para todos, propugnó en su obra un tono conciliatorio, no exenta de sarcasmo, como acredita su siguiente frase: “Es difícil liberar a los necios de las cadenas que veneran”.
¡LI-BER-TAD!
De otro lado, en la orilla opuesta del Canal de la Mancha, John Stuart Mill (s. XIX) cultivó no solo la Filosofía, sino también la Economía con relativo éxito. Inspirador del liberalismo y de la primacía del individuo en su pugna con las competencias mínimas que atribuye a un Estado a su servicio. Sus enseñanzas sirvieron de inspiración a la Escuela de Chicago de Friedman a mediados del siglo XX, totalmente volcadas al triunfo de una economía de mercado, alejada radicalmente del keynesianismo que había posibilitado la recuperación de postguerra. Stuart Mill: “El genio sólo puede respirar libremente en una atmósfera de libertad”.
¡LI-BER-TAD!
La segunda mitad del siglo XVIII también conoció la aparición de otro gran filósofo prusiano, Immanuel Kant, precursor del idealismo alemán y uno de los principales investigadores de la fuerza de la razón. Según él, “la libertad es aquella facultad que aumenta la utilidad de todas las demás facultades”.
¡LI-BER-TAD!
En esa misma época, al otro lado del Atlántico, mientras nacía un nuevo estado llamado a sentirse gendarme del mundo, su primer presidente, George Washington, tras conseguir la independencia de la antigua metrópoli británica, lanzaba al mundo occidental, “La libertad, cuando comienza a echar raíces, es una planta de rápido crecimiento”. La incipiente juventud del nuevo país permitía expresiones tan redondas. ¡Lástima que con el transcurso del tiempo se olvidaran tan pronto esas palabras! El propio Washington tuvo tiempo de acordarse de la importancia de una buena educación para un país que necesitaba afianzar sus creencias y disminuir sus miedos: “La educación es la llave para abrir la puerta de oro de la libertad”.
¡LI-BER-TAD!
Sesenta y tres años después y catorce presidentes estadounidenses por medio, Abraham Lincoln tuvo que lidiar la guerra interna más fratricida y enfrentarse a unos Estados del Sur que no aceptaban la abolición de la esclavitud, base de la prosperidad económica que habían disfrutado hasta entonces. Quizás de ahí le viniesen al presidente las dudas: “El hombre nunca ha encontrado una definición para la palabra libertad”.
¡LI-BER-TAD!
El siglo XX quizás sea el periodo en el que más autores han tratado el tema, sin ser exclusivamente estudiosos de la Filosofía. A modo de ejemplo, tres países del mundo occidental (EE.UU., Gran Bretaña y Francia) y otros dos, de fuera de este ámbito cultural, pero con innegables nexos comunes con él (India y Sudáfrica). EE.UU., por ejemplo, ofrece sus propias versiones desde puntos de vista diferentes: Charles Evans Hughes, juez y político expresa: “Cuando perdemos el derecho a ser diferentes, perdemos el privilegio de ser libres”. Más reivindicativo fue A.Philip Randolph, socialista y activista de los derechos civiles, al categorizar: “La libertad nunca es dada; se gana”. O el propio Robert Frost, poeta, que propone su visión lírica: “La libertad consiste en ser audaz”.
El Reino Unido también presenta sus aportaciones propias, con dos escritores que ejercen a su vez de contenidos críticos con la política: Isaiah Berlin (“La libertad de los lobos ha significado a menudo la muerte de las ovejas”) o el mismo George Orwell (“La libertad es el derecho de decirle a la gente lo que no quiere oír”).
Francia, en fin, con su quehacer glamuroso, pero siempre crítico, señala a través de dos escritores ambivalentes que contaron con seguidores/as entusiastas y opositores/as tenaces. De un lado, Albert Camus para quien “la libertad no es más que la oportunidad de ser mejor”; de otro, Simone de Beauvoir quien “Desearía que cada vida humana fuese una libertad transparente”.
¡LI-BER-TAD!
Fuera del mundo occidental, aparecen la India, en pleno proceso emancipador de su metrópoli británica, con su salvador Mahatma Gandhi, para quien “la libertad no es digna de tener si no incluye la libertad de cometer errores”. O la Sudáfrica en busca de su propio espacio, fuera del yugo impuesto por el apartheid, con su hombre carismático, Nelson Mandela, quien dejó escrito -y predicó con el ejemplo- “ser libre no es sólo deshacerse de las cadenas de uno, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás.”
¡LI-BER-TAD!
España también ha tenido sus propios cantores. Ya en el Siglo de Oro, Miguel de Cervantes hace platicar a su personaje universal en una de las innumerables charlas con su escudero: “La libertad, querido Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar en cumbre; por la libertad se puede y se debe aventurar la vida.”
O durante la II República, aquel poeta andaluz, Miguel Hernández, que incluso después de asesinado por sus ideas políticas sigue provocando pesadillas entre sus adversarios; supo inspirar a su mejor intérprete (J.M. Serrat) en una de las más bellas canciones:
“Para la libertad, sangro, lucho, pervivo/Para la libertad, mis ojos y mis manos/Como un árbol carnal, generoso y cautivo/Doy a los cirujanos…”
En fin, que toda una escritora como Carmen Martín Gaite, con seguridad la más prolífica y premiada de las mujeres que formaron esa Generación de los 50, no tuvo reparos en afirmar que “la libertad es para soñarla”.
¡LI-BER-TAD!
Una última referencia a canciones que han dejado para la posterioridad tan bella palabra. Ha sido repetida por múltiples cantautores de la canción protesta durante la Transición española. Desde José Antonio Labordeta, cantautor zaragozano, con su Canto a la libertad (“Habrá un día/en que todos/al levantar la vista/ veremos una tierra/ que ponga libertad”) hasta el nostálgico conquense, José Luis Perales, y su “Velero llamado libertad” (“Y se marchó/Y a su barco le llamó ”Libertad“/Y en el cielo descubrió gaviotas/Y pintó estelas en el mar”).
En medio dos grupos musicales folk que llenaron cabezas y reivindicaciones en miles de jóvenes españoles en los años 70 del siglo pasado: el andaluz Jarcha con “Cadenas” (“No hay libertad sin cadenas/Puede que la tenga Dios/Puedes tú mismo tenerla/Puede tenerla el tirano/Es lo mismo, a fin de cuentas/Es la libertad rodeos que va dando la cadena”) y especialmente con “Libertad sin ira”, auténtico himno de la incipiente democracia que asomaba tímidamente sus argumentos tras una interminable dictadura: “Libertad, libertad/Sin ira, libertad/Guárdate tu miedo y tu ira/Porque hay libertad/Sin ira, libertad/Y si no la hay, sin duda, la habrá ”.
Y de no menor trascendencia en aquellos “revolucionarios” años, el grupo argentino Contracanto, especialmente recordado por su célebre “Cantata de Santa María de Iquique”, pero que también supo llenar de esperanza con su bello “Yo te nombro libertad”: “Yo te nombro, Libertad/Te nombro en nombre de todos/Por tu nombre verdadero/Te nombro y cuando oscurece/Cuando nadie me ve/Escribo tu nombre/En las paredes de mi ciudad”.
El siglo XXI y el rap no podían quedar al margen de ese deseo de libertad. Chojín -lógicamente en clave contestataria- nos lo recuerda en “Libertad de expresión”: “¿Y cómo se hace para callar a un pueblo cansado/de que le engañen los que cobran por representarlo?/¿Cómo se hace para apagar su voz,/después de haber probado ya la libertad de expresión?”
A modo de final, recordar que la RAE establece hasta veinte acepciones del término: Libertad condicional, provisional, religiosa, de conciencia y de cultos, sindical, de cátedra, de circulación, de comercio, de conciencia, de cultos, de empresa, de establecimiento, de expresión, de imprenta, de información, de los mares, de pensamiento, de residencia, de espíritu, de enseñanza. Múltiples opciones para conjugar un concepto por el que se han peleado y sacrificado miles de personas, con inciertos resultados, a lo largo de la historia.
Por ello resulta extraño que, con tanta gente ilustrada ofreciendo versiones y con las múltiples acepciones que la Real Academia de la Lengua ofrece, únicamente la última parece haber servido a las y los parlamentarios españoles del PP, Ciudadanos y VOX para mostrar su indignación en el debate que antecedió a la aprobación de la nueva ley educativa, la LOMLOE. Si cualquiera de estos diputados/as desea ampliar su catálogo de argumentos libertarios, quizás encuentre alguno entre estas líneas.
Sobre este blog
Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
0