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El obsoleto sistema de sorteo para la composición de las mesas electorales
Termino este 'serial' sobre elecciones y procesos electorales con este tercer artículo en el que trato sobre el sistema de designación de miembros de las mesas electorales “por sorteo”. Se pueden leer todos ellos aquí. En las últimas elecciones generales se pudo ejercer el derecho a voto en un total de 8.131 localidades del Estado español, con 60.576 mesas electorales en casi 23.000 locales dotadas con alrededor de 215.000 urnas.
En Euskadi, las mesas electorales fueron 2.678, para las cuales se sortearon un total de 8.034 plazas para miembros titulares (presidencia, primera vocalía y segunda vocalía), así como 16.068 plazas para suplentes. El número total de parados en España fue de 3.127.999 personas en el trimestre primero de 2023, lo que supone un 3,44% respecto al trimestre anterior. La tasa de paro es del 13,27%, 0,39 puntos porcentuales en relación con hace tres meses, según la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por estos pagos, en las oficinas de Lanbide hay inscritas 1.191 personas menos respecto al mes anterior, un 1,09 menos, con lo que la cifra total de parados en Euskadi se ha situado en 108.001, según los datos aportados por el Departamento de Trabajo y Empleo del Gobierno vasco y del Ministerio de Trabajo y Economía Social del Gobierno español.
A comienzos de 2023, existían 49.413 rentas activas de la RGI en Euskadi. Además, la ayuda ha encadenado siete meses consecutivos por debajo de las 50.000 nóminas. Casi 10.000 reciben ambas ayudas (RGI+IMV). En efecto, se ha reducido también el número de titulares que perciben ambas ayudas para un total de 9.928 y por el contrario han aumentado en casi 3.000 los perceptores que reciben exclusivamente el IMV, que coincide en gran medida con el número de titulares que han dejado de cobrar la RGI. Una y otra ayuda supuso a las arcas públicas un desembolso de 467 millones de euros en 2022, de los que 302 millones corresponden a la RGI y 87,5 millones al IMV.
La cuantía de ambas se ha incrementado un 8,5%. La subida se ha aplicado en la primera nómina del año y se actualizó en el mes de abril, una vez entren en vigor los nuevos tramos que contempla la reforma de la ley de la RGI recientemente aprobada por el Parlamento Vasco. De hecho, la nueva norma prevé que se incorporen personas que ahora no pueden acceder a esta prestación. El presupuesto para 2023 es de 565 millones de euros, un 20% más de lo ejecutado en 2022.
Antes de nada, debo dejar claro que, como socialdemócrata que soy, nada tengo en contra de la asignación de dichas asignaciones a quien realmente acredite que las necesita. Así, tampoco tengo nada que objetar a que las mismas sean aumentadas si ha de ser. En definitiva, no me opongo a que mis impuestos sean destinados a la mejora de la Educación y la Sanidad pública, las infraestructuras comunes y, por supuesto, al bienestar social, pero (y es que siempre hay “un pero”), si tenemos en cuenta todos estos datos, al menos en Euskadi, ¿por qué no modificamos nuestra legislación electoral? Cabe recordar que La Ley 28/1983, de 25 de noviembre, de elecciones al Parlamento Vasco es la primera del Estado que aprobó al respecto una comunidad autónoma. Si fuimos pioneros en esto, ¿por qué no lo serlo en esto otro?
Soy plenamente consciente de que algo se va avanzando. De hecho, el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) recogía la pasada semana una modificación de las papeletas, sobres y otros elementos de cara a las próximas elecciones autonómicas, que no tienen fecha (aunque yo sigo apostando por el domingo 30 de junio de 2024, con luna menguante, a más señas). Se trata de ajustes para corregir errores, para adecuar los textos al “lenguaje no sexista”, para perfeccionar el euskera y hasta para acabar con “erratas de estilo y tipográficas” en los dos idiomas oficiales, aunque no se concretan los fallos detectados. Asimismo, se acopla la normativa electoral vasca a la estatal y se permitirá que los electores del censo CERA en el extranjero puedan acceder a “papeletas descargables” que serán una “alternativa” a la “papeleta habitual”, “con el fin de favorecer que el voto pueda llegar dentro del plazo establecido”.
Igualmente, se contempla la posibilidad de que las autonómicas coincidan el mismo día con otros procesos con normativa diferente por ser de competencia estatal. “Se utilizarán los modelos determinados por el Estado en su normativa para estos supuestos. Asimismo, en tales supuestos de concurrencia, y previo informe de la Junta Electoral de la Comunidad Autónoma, se podrán adaptar los modelos recogidos en el presente decreto a tal circunstancia”. Podría darse en 2024, cuando hay previstas elecciones europeas además de las autonómicas.
El decreto autonómico retoca también otros documentos relacionados con el proceso electoral, como las credenciales que reciben los electos que obtienen un escaño en la Cámara vasca. Y se recalcan una serie de garantías para el proceso tales como la necesidad de que haya cabinas privadas junto a cada mesa electoral, que siempre estén disponibles en los colegios papeletas “en número suficiente” de todos los partidos o cómo se ha de manejar la urna para preservar su integridad.
Todo perfecto, pero yo he venido a hablar de mi libro: ¿Por qué no 'tirar' de las listas de inscritos en Lanbide y de perceptores de RGI, IMV o ambas) para que voluntarios censados pudieran constituir de forma preferente las mesas electorales? Ciertamente, esos 70 euros asignados a cada miembro de una mesa dan como para llenar un carro de la compra hasta las cartolas con productos básicos (y no tan básicos).
Sinceramente, no soy tan altivo ni prepotente (tampoco soy alcalde de mi Villa) como para menospreciar 70 'eurazos' pero creo que puede haber conciudadanos que los puedan necesitar más que yo. Y, al paso que llevo, tras haber sido 'elegido' siete veces para ser presidente titular de mesa, tampoco es que me vaya a forrar. Puestos a elegir, mejor que me tocase siete veces la Lotería, pero si ya he dicho que no soy alcalde, tampoco he sido presidente de la Diputación Provincial de Castelló. ¿No se acuerdan de aquel corrupto (el enésimo del Partido Popular), un tal Carlos Fabra, al que le 'tocó' 80 veces la Lotería? Pues eso…
Así las cosas, ¿qué tal abrir un plazo de voluntarias y voluntarios en Lanbide? ¿Y otro entre ciudadanas y ciudadanos que, “a pelo” y debidamente censados, a los que simplemente les venga bien meterse en la cartera 70 euros por echar un domingo en una mesa electoral? Una vez finalizado dichos plazos, y de ser preciso, que la composición de las mesas se complemente mediante el actual sistema de sorteo. Posiblemente me vuela a 'tocar' por octava vez, pero al menos sabré que a las gentes a la que esos 70 euros les pueden resolver algo, aunque sea un parche semanal, han tenido esa posibilidad.
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