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Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Testimonios de la nueva convocatoria electoral al Parlamento Vasco

La candidata de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, durante un acto en Vitoria

Luis Alejos

Sociólogo —

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La precampaña de las elecciones del 12 de julio ha resultado intensa, igual que en la frustrada convocatoria del 5 de abril. Como se intuía hace tres meses, puede que también ahora los acontecimientos previos resulten más determinantes que los actos de la propia campaña. Al hacerse oficial la llamada a las urnas comenzaron a moverse las fichas sobre el tablero político. La publicación del decreto electoral coincidió el 18 de mayo con concentraciones del sector abertzale del movimiento de pensionistas ante las diputaciones. El objetivo de la protesta era denunciar la tragedia provocada por la pandemia de la COVID-19 en las residencias de mayores.

El acuerdo del 20 de mayo de PSOE y Unidas Podemos con EH Bildu, para derogar la Reforma Laboral del 2012, a cambio de facilitar la ampliación de Estado de Alarma, repercute en la precampaña electoral, otorgando a EH Bildu la capacidad de incidir en la política estatal, atribución hasta entonces reservada al PNV. Una semana después, el 27 de mayo, el PNV notificaba que el Gobierno Central transferiría a los gobiernos de Euskadi y de Navarra la gestión del nuevo Ingreso Mínimo Vital. Según los dirigentes jeltzales, “este pacto supone un éxito político y demuestra, una vez más, la eficacia de EAJ-PNV en la defensa de los intereses de las vascas y de los vascos en Madrid”. Con ese logro el PNV considera neutralizado el intento 'conseguidor' de la izquierda abertzale, que además no tiene aplicación inmediata, puesto que un acuerdo entre partidos no es un compromiso de gobierno.

La huelga de hambre que el preso de ETA Patxi Ruiz mantuvo durante un mes con el respaldo del colectivo ATA y de acciones coactivas, supuso una contrariedad para las fuerzas políticas, aunque afecta sobre todo a EH Bildu, que manteniendo una postura ambigua no demuestra firmeza democrática y ve cuestionado su liderazgo en su propio entorno ideológico.

Otro suceso con trasfondo electoral, además de político, es la desclasificación de documentos de la CIA que relacionan al expresidente Felipe González con el GAL. La solicitud de una comisión de investigación en el Parlamento español compromete al Gobierno, a los partidos que lo integran y a sus formaciones en el País Vasco. El PSOE rechaza la comisión, mientras Eneko Andueza, secretario general del PSE en Gipuzkoa, dice que si quedan responsabilidades por depurar por los GAL, “se paguen”. En Unidas Podemos la dubitativa postura inicial no impide el posterior apoyo de la investigación, al tiempo que Elkarrekin Podemos reclama: “esclarecer de una vez por todas la responsabilidad del que fuera presidente del Gobierno, Felipe González, en el GAL”.

El encuentro del 19 de junio entre el Lehendakari Urkullu y el Presidente de Cantabria Revilla, con motivo de la reapertura de las fronteras territoriales, tiene mayor alcance que una mera anécdota de buena vecindad. Elkarrekin Podemos denunció el carácter electoralista del acto, motivando una advertencia de la Junta Electoral. Esa cita suponía el pistoletazo de salida de 50.000 vehículos, la mayoría de Bizkaia, después de tres meses sin poder visitar las segundas residencias de Cantabria. Hubo menos desplazamientos de los previstos, lo cual puede significar recelo, incluso para acercarse a las urnas el 12 de julio.

Mientras Revilla y Urkullu se abrazaban en la muga, la 'Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria', encabezada por los sindicatos ELA y LAB, se moviliza con la consigna 'Para reforzar lo público y lo esencial, hay que repartir la riqueza. EH Bildu se une reprochando al Gobierno Vasco “poca iniciativa en relación a la protección de las personas”. En la manifestación de Bilbao la secretaria general de LAB denuncia la “simbiosis” entre el PNV y la patronal.

Al comenzar la campaña oficial el conjunto de las candidaturas muestran preocupación por las consecuencias electorales de la situación sanitaria. La principal incertidumbre es la incidencia de la abstención. Sin duda, Urkullu habrá valorado que trae más cuenta asumir ese riesgo en pleno verano que exponerse a ir a las urnas en otoño, bajo la amenaza de un repunte de la epidemia y siendo los efectos de la crisis económica una realidad, más que una previsión. EH Bildu y Elkarrekin Podemos han ejercido su labor de oposición, cuestionando la idoneidad de la fecha, basándose en el riesgo de contagio.

Los sondeos electorales vienen dando mayoría absoluta en la cámara vasca a la coalición PNV/PSE. Si se confirmase esa tendencia, sin que el aplazamiento de las elecciones durante tres meses haya bastado para encontrar a las víctimas del vertedero de Zaldibar, estando a cargo de la Consejería de Medio Ambiente el PSE, ni la corrupción política del caso De Miguel salpique al PNV, significa que la ciudadanía no contempla otra alternativa de gobierno viable. No obstante, la iniciativa más debatida es el gobierno de izquierdas que proclama Elkarrekin Podemos. Tal propuesta no ha cuajado entre sus virtuales integrantes. EH Bildu califica el tripartito de izquierdas como política ficción, el PSE no toma en consideración dicha opción. Conviene recordar que el PNV es una fuerza de carácter hegemónico, capaz de llegar a acuerdos, incluso de gobernar, con partidos de cualquier ideología.

Las estimaciones de voto anunciaban el ascenso del tándem PNV/PSE y de EH Bildu, a costa de un notable descenso de Elkarrekin Podemos y PP, hasta que el sondeo del CIS trastoca esos datos. El ascenso del PNV sería superior al estimado por otros análisis, pudiendo ganar entre 3 y 6 escaños. Otro tanto ocurre con el PSE, que lograría 2 y hasta 4 puestos más. Mayor sorpresa es la remontada de Elkarrekin Podemos, pudiendo conseguir un escaño más, en vez de perder varios. EH Bildu permanecería como segunda fuerza, repitiendo resultados e incluso descendiendo. La coalición PP+Cs perdería entre 3 y 6 escaños. Según todos los sondeos el ultraderechista Vox no entra en el Parlamento, pese a la audiencia lograda en altercados con radicales. Tampoco se hará realidad el lema electoral de Equo Berdeak: “Votemos distinto”.

Confirmado el previsible triunfo PNV/PSE, el pronóstico del CIS permite comparar los casos de Elkarrekin Podemos y PP+Cs. Aunque por motivos diferentes, ambas formaciones sufrieron una aguda crisis organizativa y de liderazgo en vísperas de la fallida convocatoria del 5 de abril. En Podemos Euskadi se resuelve el dilema con Pilar Garrido en la dirección y Miren Gorrotxategi encabezando la plancha electoral. En el PP la situación interna se complica todavía más. Ciudadanos es aliado en Euskadi y competidor en Galicia. El conflicto orgánico persiste al intentar erradicar del PP vasco cualquier vestigio de Alfonso Alonso. Para colmo, Carlos Iturgaiz es peor valorado en las encuestas que el candidato de Vox.

Los programas electorales de todos los partidos están orientados a remediar los efectos de la pandemia sobre la economía y el empleo. Difieren las propuestas sobre desarrollo sostenible, consumo responsable y fiscalidad. Siendo tan conscientes como el empresariado de que la crisis requiere volver a la economía real, con intervención del Estado, abundan las medidas orientadas a la reindustrialización de zonas deprimidas, siendo la más precisa la de Elkarrekin Podemos, que apoya la reapertura de La Naval de Sestao con participación pública.

Los resultados de las urnas siempre tienen relevancia política. Esta vez Andoni Ortuzar afirma: “Son las elecciones más importantes en 40 años”. Así debe ser, a juzgar por la amplia representación del Gobierno de coalición que está desfilando por actos de campaña del PSE y de Elkarrekin Podemos, no para reproducir la experiencia estatal, acaso pugnando por la primacía en Euskadi. La presencia de dirigentes del PP también es amplia. Siendo convocatoria autonómica, parece planteada en el marco estatal. Los acuerdos parlamentarios sobre planes de reconstrucción económica y social, aportan sucesivas trasferencias al País Vasco, reforzando la capacidad de interlocución jeltzale. El pragmatismo, con sentido de la realidad, deja fuera de programa al soberanismo. EH Bildu oferta 33.000 nuevos empleos y 11.000 viviendas de alquiler. Las demandas de autogobierno del PNV, planteados con solemnidad en Gernika, se basan en la negociación y el pacto con el Gobierno central.

Iniciada la campaña oficial, veremos si resulta tan didáctica como la precampaña para conocer a quienes aspiran a ocupar un escaño en el Parlamento Vasco. Para convencer a los sectores de población afines, se busca el voto de derechas o de izquierdas, conservador o progresista. La sorpresa sería que alguien se empeñase en reclamar un nuevo contrato social capaz de aglutinar al conjunto de la ciudadanía, un proyecto común para constituir otra sociedad, más equitativa, justa, solidaria, respetuosa con la naturaleza. Esa consigna no moviliza el voto útil. Los cambios sociales profundos llegan tras las catástrofes de las guerras, no con tragedias con enemigos invisibles como el Coronavirus. Sin embargo, la amenaza sigue ahí. El miedo al virus dispara el voto por correo, duplicando las cifras del 2016, hasta superar las 100.000 papeletas.

*Luis Alejos es licenciado en ciencias sociales

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