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Cuando el “control parental” no basta: la Fiscalía vasca alerta de menores con delitos de acoso, pornografía infantil y homofobia en redes

Dos adolescentes consultan sus teléfonos móviles al salir de clase de su instituto.

Maialen Ferreira

Bilbao —

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La Memoria anual de la Fiscalía vasca relativa al 2023 recoge que la sección de Menores de la Fiscalía de Gipuzkoa alerta de que en el último año se han registrado aproximadamente 35 expedientes (de delitos o infracciones) relacionados con las nuevas tecnologías. La mayoría de ellos se realizan a través de Instagram, WhatsApp o Tik Tok, pero están apareciendo nuevas redes sociales como LItmatch, red social cuyo objetivo es “potenciar que las personas respeten al amo, acepten las diferencias y se comuniquen sin presiones”, o Kik, que es otra aplicación de mensajería instantánea gratuita. “Las infracciones investigadas por la Fiscalía de Menores de Gipuzkoa guardan relación con los delitos de acoso escolar, amenazas y vejaciones a través de las redes, usurpación del estado civil, difusión no consentida de fotos y videos de contenido sexual, grabaciones no consentidas de imágenes comprometidas a través del móvil y estafas a través de Internet”, recoge la última memoria anual publicada por la Fiscalía vasca.

A lo largo del 2023 no se ha registrado en Gipuzkoa ningún caso de posesión y difusión de pornografía infantil en el que los autores del delito fueran menores de edad. En cambio, en Álava, se han tramitado expedientes sobre elaboración y difusión de pornografía infantil, así como sobre el hackeo de cuentas con difusión de imágenes, que posteriormente han sido calificados como delitos de descubrimiento y revelación de secretos. Según indican los datos de la Fiscalía, las denuncias vinculadas al entorno escolar son sobre alumnos que no han sido identificados y que acceden a cuentas escolares de otros compañeros y bloquean su acceso. Una vez dentro, cambian las contraseñas, sustituyen las fotos y envían mensajes a otros alumnos de contenido grosero y soez. “La idea es dañar la imagen pública del alumno cuya cuenta se hackea, ridiculizándolo. Ello ha sucedido al menos en tres colegios diferentes. Las edades de los supuestos autores son inferiores a los 14 años”, sostiene el informe de Fiscalía.

También relacionado con el centro escolar, se utilizan chats grupales creados en Instagram para humillar desde el anonimato a víctimas menores de 14 años, en estos casos varones, a los que se les insulta con expresiones como “homosexual, cabrón, maricón, ojale te violen, eres gay o bolita de queso”. “Existen dos procedimientos diferentes en los cuales las víctimas son incluidas en grupos numerosos en los que se vierte contenido de tipo sexual. En el primero de ellos, la víctima era incitada a mantener relaciones sexuales con uno de sus participantes”, recoge el documento.

El segundo procedimiento incoado al que se refiere la Fiscalía es el que se hizo público en noviembre de 2023 en el que varios colegios de Donostia alertaban de que cientos de alumnos recibían porno y mensajes franquistas a través de grupos de WhatsApp.“ A finales de año tuvo mucha repercusión mediática, ya que jóvenes de edades comprendidas entre los 12 y 13 años habían sido incluidos en dos chats virales cuyo objetivo era reunir al máximo número de personas. Alcanzaron cada uno de ellos más de 1000 personas, extendiéndose a otras ciudades como Santander o Madrid. Fue el colegio Maria Ikastetxea quien inicialmente denunció su existencia. Los nombres de los grupos eran ”meter gente hasta que nos hagamos famosos“ ”hasta llegar al millón“. En ellos a veces se colgaban fotografías pornográficas y mensajes vejatorios por algunos jóvenes”, indica la Fiscalía.

En la Sección de Menores se investiga la denuncia presentada en relación a un joven tutelado incluido en dicho chat donde otro compañero de clase de la víctima había colgado en el grupo sin su autorización videos de aquél en ropa interior. Existe más de una denuncia en la que las victimas mandan inicialmente fotos y videos con desnudos a quien se los solicita. Y luego son extorsionados (piden dinero o el envío de más videos o fotos, bajo la amenaza de difusión de ese material a terceros). “En otro expediente se investiga a jóvenes que grabaron con un teléfono móvil lo sucedido en las duchas de un centro deportivo”, señala el informe.

Estafas y delitos de odio

Completan el cuadro de delitos realizados por menores la estafas por la aplicación Wallapop. Relacionado con ello, la Fiscalía recoge un expediente incoado contra un varón de 14 años, que, utilizando el DNI y una foto de un familiar, creó una cuenta en la entidad bancaria Revolut. Realizó transacciones mediante plataformas de Internet con divisas de dudosa procedencia, lo que le generó en poco tiempo ganancias elevadas. Se trata de un hecho que a día de hoy se sigue investigando. En otro caso similar, también a través de Wallapop, un menor de edad estafó a dos personas con ocasión de la compra de una motocicleta.

En el ámbito de los delitos de odio y discriminación, la delegada de la Fiscalía provincial de Gipuzkoa alerta del incremento de este tipo de delitos en redes sociales, mayoritariamente a través de dispositivos de telefonía, en los que los autores buscan atacar a la integridad moral de las víctimas, con discursos de odio basados en su origen racional o nacional y en su identidad sexual.

En concreto en el año 2023, se recogen delitos que atacaban el derecho a la integridad moral con expresiones humillantes a dos menores de edad por ser hijos de padres naturales de Rumania, aunque en estos casos se archivaron las causas puesto que los infractores no tenían más de 14 años. Otro de los casos que se recogen es uno en el que tres menores calificaban de “amanerado y gordo” a otro a través de Instagram. En este caso, se realizó una mediación entre los autores del hecho y la víctima y se archivó. “En muchos casos, se ha optado por concluir el procedimiento con remisión a mediación, como por ejemplo en el de un grupo de jóvenes que alcanzaban la mayoría de edad tras una broma relacionada con el pasaje del terror, atracción en la que se pretende generar angustia y miedo en los que acuden a él, se mofaban de un chico menor de edad a través de Instagram por el miedo sufrido, con expresiones como ”marica, maricón“ si bien terminó con la derivación del asunto a mediación”, indica el documento.

“Como conclusión, se observa una población juvenil que se comporta en las redes sociales como si fuese adulta. Una población desinhibida en sus manifestaciones orales, que se maneja bien en la compra y venta de productos en plataformas digitales. Y que no es muy consciente de los riesgos de entablar relaciones varias con desconocidos”, sostiene el documento, que incluye entre los llamados Expedientes de Riesgo, incoados por ser el autor del delito menor de 14 años, a uno en el que un menor, a través de un grupo de Instagram, enviaba a una menor mensajes de contenido sexual. “Los menores extienden su acción no solo al mundo físico y palpable sino también al mundo virtual. Esto genera un daño más grave en las víctimas porque las acciones se perpetúan a través del tiempo y del espacio. En el caso del acoso escolar, el joven ya no sólo es víctima cuando acude al centro de estudios sino también cuando llega a casa y es abordado a través de las redes sociales. Se advierte que los menores están accediendo a Internet a edades más tempranas y que los padres no están poniendo medidas suficientes para controlar la actividad de sus hijos en el uso de las nuevas tecnologías. No controlan qué hacen sus hijos con su teléfono móvil o tablet, lo que da lugar a que los menores utilicen de manera inadecuada estos medios y se coloquen en situaciones de riesgo. La falta de supervisión es una constante, siendo que las aplicaciones con funcionalidad de ”control parental“ no son suficientes”, concluye el informe.

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