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El desalojo de Olárizu culmina con la salida de las últimas personas: “Vitoria no es una ciudad para okupas”

Dos furgones de la Brigada Móvil de la Ertzaintza custodian el tapiado de las viviendas una vez abandonadas

Rubén Pereda

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Cinco furgones de la Brigada Móvil de la Ertzaintza, varias patrullas de la Policía de Vitoria y hasta una ambulancia se han congregado este martes ante las viviendas okupadas de Olárizu para ejecutar el desalojo definitivo, paso previo al derrumbe ya planeado. Era la crónica de un desalojo anunciado, pues se cumplía el plazo que se había brindado a las personas que todavía permanecían en las viviendas para que cargaran sus enseres y las abandonaran. No ha habido intervención, sin embargo, dado que han salido desde primera hora de la mañana. Mientras la Ertzaintza custodiaba el sellado de los portales, los okupas terminaban de cargar sus pertenencias en el coche. Ahora se abre un plazo de cinco meses, en los que el Ayuntamiento se ha comprometido a derribar todos los edificios, con la mira puesta en una regeneración urbanística, que incluirá la construcción de nuevas viviendas.

El Consistorio ha apuntado que se mantiene la vigilancia policial y que se están tapiando los portales “como prevención”. “De forma paralela, durante el día de hoy se han iniciado los trabajos de desescombrado del interior de las viviendas, limpieza de enseres y residuos, demolición interior de las viviendas y localización de bloques y posibles estructuras que contengan amianto para su eliminación”, señala en un comunicado.

Una de las personas que se ha marchado de Olárizu este mismo martes, ante la inminencia del desalojo por parte de la Policía, es Emilge Beltrán, que a unos pocos metros de los pisos terminaba de embalar algunos enseres para cargarlos en un coche. “Durante estos días no pudimos sacar las cosas, y estamos logrando sacar a última hora lo último que nos queda”, denunciaba ante los medios, mientras ultimaba su partida. Beltrán llegó a España desde Colombia hace más de dos décadas en España y lleva cerca de tres años en Vitoria. Asegura que, en un primer momento, les concedieron un plazo de ocho días para abandonar las viviendas de Olárizu. Eso no salió adelante y transcurrió un año más. Después llegaría otro plazo, esta vez de diez días, pero tampoco se cumplió. Esta, sin embargo, sí ha sido la definitiva. “La última carta, la definitiva y firmada por el juez, ponía el día 8 como límite”, explicaba.

Y ¿por qué Olárizu? Habla de “una señora”, cuyo nombre recuerda como Chelo, perteneciente a una asociación —tampoco puede concretar cuál—, que le prometió que en esas viviendas se les brindaría tanto agua como luz. “Dice que ayuda a mucha gente, pero para nada ayudó. Es una situación bastante difícil, con tanta mentira y tantas reuniones para nada”, lamenta, y recuerda que, en las últimas fechas antes de este martes, se le prohibió incluso acudir a las reuniones. “Hace tres días me llamó para decirme que no me preocupara, que estuviera tranquila, porque me podía estar aquí hasta el día 20”, recuerda. No es la única persona a la que le prometió esa fecha, cuando la carta concretaba que el límite era el día 8 de junio.

Beltrán ha podido solucionar su situación, pues, tras presentarse ante el juez y notificar su situación, se le concedió una alternativa habitacional. “Yo sigo luchando con Etxebide —insiste, pese a ello—. Porque yo estoy desde el 2014 pidiendo una vivienda, para convivir con mis padres. Y se murió mi papá y lo llevé a mi país. Y a mi madre, enferma, la tengo con una familia, de momento, para que no se dé cuenta de esta situación”. Otras de las personas que han abandonado Olárizu, por el contrario, no tienen el futuro encarrilado. Algunas acudieron en busca de ayuda al barrio okupado de Errekaleor, donde no se les acogió, a pesar de que hay allí viviendas vacías. Ante esta negativa, hay quienes han recurrido al antiguo pabellón de Fournier, también okupado desde hace algún tiempo.

“La okupación no es una alternativa”

El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran (PNV), se ha mostrado muy contundente contra la okupación. “La okupación no es una alternativa habitacional ni es un modelo de sociedad que yo comparta”, ha señalado en una entrevista concedida a Radio Vitoria. “Es un compromiso que yo adquirí con el vecindario y con la ciudad de Vitoria: vamos a recuperar las viviendas que son propiedad de todos y vamos a derribarlas, tal y como estaba pensado desde el principio, para regenerar urbanísticamente ese entorno”, ha abundado, y lo ha puesto como ejemplo de cumplimiento de “la palabra” y de la defensa del “interés superior” de la ciudadanía.

El regidor ha señalado que las obras previas al derribo de los edificios van a comenzar este mismo martes. Desde el Consistorio, no obstante, se descarta que el derribo vaya a producirse esta semana. “Aquellas familias que han estado en situación de vulnerabilidad, bien porque había menores o bien porque habías personas mayores, están siendo atendidas y tienen su cobertura”, ha matizado Urtaran, que también ha añadido: “No puede ser que todo sean derechos y no haya ninguna obligación”.

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