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“Ruptura” o unidad entre posicionamientos diferentes: las dos caras del feminismo en Euskadi este 8M

Movilización en el Arenal bilbaíno para celebrar distintos actos reivindicativos en Euskadi durante la jornada de huelga convocada con motivo del Día Internacional de la Mujer en 2018.

Maialen Ferreira

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El próximo martes, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el Movimiento Feminista de Euskal Herria volverá a salir a las calles en, lo que se espera, será una movilización multitudinaria en las tres capitales vascas bajo el lema “Fuego al sistema que nos oprime”. Entre sus luchas, reivindicarán un sistema público de cuidados gratuito y universal, el acceso a un empleo digno, pensiones de calidad y la derogación de la Ley de Extranjería. Sin embargo, tanto en Euskadi como en otras ciudades del país, habrá un grupo dentro del movimiento que a raíz de lo que denominan como una “ruptura”, saldrá a la calle dos días antes, el domingo, 6 de marzo, para denunciar “la usurpación de sus espacios y su calendario de reivindicaciones”.

En Euskadi, Araba Abolizionista es una de la asociaciones que encabeza esa protesta a través de una kalejira que tendrá lugar el domingo en Vitoria frente a diferentes instituciones de la ciudad, como el Ayuntamiento, la Diputación Foral de Álava, las Juntas Generales, el Parlamento Vasco y Emakunde, finalizando en la Plaza de la Virgen Blanca. Preguntadas por este diario sobre a qué se debe la ruptura con el resto de organizaciones que componen el movimiento feminista vasco, desde Araba Abolizionista destacan, entre otras cuestiones, “la censura y el amedrentamiento” que “coarta su libertad de expresión” en las asambleas feministas.

“En el caso del feminismo disponemos de un corpus teórico de más de tres siglos, una agenda internacionalista de emancipación y liberación de la mujer y un sujeto político claro, la hembra humana. La ruptura se debe a que en los últimos años han surgido intereses para diluir todos estos puntos. Podemos compartir luchas con otros grupos sociales, pero en algunos ámbitos, nuestros objetivos son diametralmente opuestos. Paulatinamente se ha ido dando un entrismo en el movimiento feminista de colectivos que reivindican objetivos contrarios a los nuestros. Además, a ningún otro movimiento se le exige tanto como al feminismo, es decir, que acoja dentro de su lucha cualquier tipo de opresión, como si la agenda feminista no fuera ya de por sí lo suficientemente ambiciosa. A los motivos anteriores debemos añadir la censura y el amedrentamiento que está coartando nuestra libertad de expresión en las asambleas feministas”, explican.

Paulatinamente se ha ido dando un entrismo en el movimiento feminista de colectivos que reivindican objetivos contrarios a los nuestros

Araba Abolizionista

No obstante, aseguran que también participarán en las manifestaciones del 8M. “El 8M también es nuestro. No estamos dispuestas a renunciar a él, y participaremos en los bloques abolicionistas convocados en Euskadi y Navarra. Queremos dejar claro que no suscribimos los manifiestos que supongan la ampliación del sujeto político mujer, la reivindicación del ”trabajo sexual“ o de la maternidad subrogada, porque estas posturas además de violar los derechos fundamentales de las mujeres, nunca han formado parte de la agenda feminista. Nosotras estaremos en el 8M porque nos pertenece, pero no respaldaremos un manifiesto que ataca los puntos más básicos de la agenda feminista”, señalan.

El colectivo feminista Lanbroa, desde el año 2002, también incluye entre sus luchas la abolición de la prostitución. Sin embargo, a diferencia de otros colectivos que buscan lo mismo, Lanbroa forma parte de Bilbo Feminista Sarentzen, la coordinadora que aglutina distintas asociaciones de Bilbao para organizar actos como el 8M en la ciudad porque, según explica su portavoz Itziar Azpeitia, es más lo que las une que lo que las separa. “Nuestro colectivo feminista lleva dentro del movimiento feminista de Bizkaia desde el año 1977. En él se aglutinan muchísimas formas de pensamiento, como el feminismo autónomo, el abertzale, el doble militante, etc. Hemos convivido con las diferencias siempre. Puede que en las asambleas que se realizan dentro del movimiento feminista se decida un lema unitario y que alguno de los grupos no compartan ese lema o esa reivindicación y decidan no participar en esa convocatoria, como ocurre este 8M, pero eso no significa, desde mi punto de vista, una ruptura irreparable de posibles acuerdos de cara al 25 de noviembre o de cara al siguiente 8M”, confía Azpeitia.

Es importante generar espacios de reflexión feminista en torno a los temas en los que hay mas divergencias

Itziar Azpeitia Colectivo feminista Lanbroa

“Tenemos mucho más en común que lo que nos diferencia y hay un montón de temas en los que estamos de acuerdo. El feminismo es un espacio político y, en determinados momentos, puede haber desavenencias, desacuerdos o no consensos, y no pasa nada. Es importante generar espacios de reflexión feminista en torno a los temas en los que hay mas divergencias. A mí me gustaría mucho que haya un análisis profundo de la abolición y de la prostitución de la misma manera que la Ley Trans también es otro tema donde surgen tensiones en los posicionamientos y también me parecería muy interesante generar esos espacios de debate, reflexión y de encuentro de las diferentes posturas. Desde Lambroa siempre hemos funcionado así a lo largo de casi 40 años”, asegura.

Para Azpeitia, una de las razones por las que el debate sobre todo en cuestiones como la abolición de la prostitución y la Ley Trans se han tensado dentro del movimiento feminista, es que existen algunos grupos que “consideran que el uso de la violencia está justificado para hacer determinados actos de reivindicación”, mientras que hay otros que “no están de acuerdo con esas formas de funcionamiento o reivindicación”. En esos casos, en los que, según explica, la metodología y la forma de reivindicar son diferentes, la clave es encontrar espacios de análisis para hacer llegar el punto de vista a la otras de forma que pueda llegar a entenderse.

“Pueden surgir diferencias en cuanto a la metodología y a la forma de reivindicar, pero nosotras, desde Bilbo Feminista Saretzen, llamamos a la organización feminista y a la reestructuración del movimiento feminista precisamente porque creemos firmemente que tenemos mucho más en común que lo que nos divide y nos separa. También creo que en la diversidad está la riqueza. Desde posturas ideológicas diferentes es desde donde aprendes más, porque te ves en la obligación de ahondar en los argumentos que estás dando. En ese sentido, las que nos consideramos abolicionistas tenemos que hacer un esfuerzo de llevar el análisis de la prostitución desde cómo lo entendemos, y acercarlo a las mujeres y a la ciudadanía en general para que compartan nuestro análisis. Desde nuestro punto de vista no se puede ser no abolicionista, porque la prostitución nos parece una forma extrema de violencia contra las mujeres y que la abolición no es la prohibición. Y eso es lo que tenemos que hacer llegar a otros grupos”, indica.

Manifestaciones en las tres capitales

Las movilizaciones del 8M partirán a las 18.30 desde el túnel del Antiguo en Donostia, a las 19.00 desde San Antón en Vitoria y a las 19.30 desde el Sagrado Corazón en Bilbao. Desde el Movimiento Feminista de Euskal Herria, aseguran que “la revolución feminista exige politizar la vida, utilizar el día a día como espacio de lucha, ser conscientes de que los poderes regulan nuestros cuerpos y estar dispuestas a transformarlos desde la raíz. El conflicto es necesario para acabar con el sistema que nos ahoga, que no nos deja respirar”, manifiestan.

La protesta organizada desde Bilbo Feminista Saretzen se centrará principalmente en los cuidados. Con la manifestación del próximo martes, buscarán reivindicar “un cambio estructural que reordene las prioridades sociopolíticas y económicas dando a los cuidados la importancia que merecen”. “No estamos pidiendo medidas de conciliación, tampoco venimos a pedir migajas. Reivindicamos el establecimiento de un sistema público, universal y de calidad de cuidados. Proclamamos la necesidad de un sistema de cuidados que no perpetúe la lógica del mercado y que esté libre de subcontratas”, concluyen.

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