Euskadi no aplicará ninguna restricción en Navidad y se escuda en la falta de un acuerdo para toda España
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha salido de la conferencia de presidentes que propuso para establecer criterios comunes con la victoria de ver aprobada una medida que llevaba meses reclamando -a veces clamando en solitario en el desierto- como es la de recuperar la obligatoriedad de la mascarilla en la calle en todo momento, incluso cuando hay distancias. Sin embargo, ha mostrado su desazón por que lo único claro haya sido algo que ya venía decidido desde el Gobierno de España y por que no haya un “acuerdo firme”, “interterritorial” y “operativo” para que haya medidas de cara a Navidad como reducción de aforos, limitación de horarios o prohibición 'de facto' de cotillones. Así pues, su plan de restringir el ocio en Navidad e incluso hasta finales de enero no será aplicado en Euskadi con las competencias propias.
“A pesar de la experiencia de los hábitos conocidos en período navideño antes de la afección de la pandemia [...], el Gobierno vasco no adoptará, de momento y por mantener una posición común en el conjunto del Estado, nuevas medidas. Adoptar medidas aisladas al resto de comunidades no es efectivo. El Gobierno vasco seguirá analizando día a día la evolución de la pandemia por si fuera necesario impulsar nuevas medidas que proponer sea al ámbito judicial sea al resto de comunidades y al Gobierno español. El Gobierno vasco apela a un ejercicio responsable individual y colectivo porque seguimos en pandemia y, por tanto, llama a cumplir con las medidas preventivas y con las recomendaciones”, ha argumentado la Presidencia vasca en un comunicado.
El lehendakari ya declaró la emergencia sanitaria antes del puente de la Constitución alegando que era “urgente” tomar decisiones y se llegó a él sin ninguna medida, aunque esta semana se ha achacado parte de la subida de contagios a lo que ocurrió esos días. En realidad, desde principios de diciembre no se ha reunido ni una sola vez la mesa de crisis, el órgano conocido como Labi. Todo lo que ha llegado en los días con más transmisión de la pandemia son recomendaciones. Ni siquiera hubo un consenso a la hora de suspender las cabalgatas de Olentzero y Mari Domingi y de los Reyes Magos. Así las cosas, el Gobierno que plantea que no haya cotillones o que la actividad cese a las 23.30 en Nochevieja, por ejemplo, permitirá 100% de aforo de estadios de fútbol y hostelería y no habrá más limitaciones horarias que las ordinarias.
Euskadi viste esta decisión de no actuar por la falta de acuerdo en España, aunque el propio Urkullu ya admitió que entendía que salirse del guion conjunto era exponerse a una reacción social. “Solicité esta reunión y agradezco su convocatoria pero pensaba -sinceramente- que era con otro objetivo. Lo escuchado hasta el momento bien podría haberse tratado en un consejo interterritorial [con los consejeros de Salud]. Me ha sorprendido escuchar que mañana, día 23, se reunirá un Consejo de Ministros de manera extraordinaria para adoptar medidas que ya están decididas”, ha expresado Urkullu en su intervención, la primera de los presidentes autonómicos después del turno inicial de Pedro Sánchez porque el Estatuto vasco fue el primero en ser aprobado en 1979. Con él, ha participado en el foro la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que ha tomado notas con su portátil.
“Lo mejor que podemos hacer en este momento es poner en común estrategia -que no estrategias políticas-, criterios y medidas. Las comunidades autónomas no disponemos de herramientas suficientes. Las herramientas disponibles y su cobertura jurídica son insuficientes. Un acuerdo firme en el marco de esta conferencia debería contribuir a reforzar la seguridad jurídica de las medidas que podamos adoptar. Nos permitiría, también, trasladar un mensaje de mayor confianza a la sociedad. Ofrezco, por parte del Gobierno vasco, la voluntad y plena predisposición a suscribir un acuerdo -insisto, un acuerdo firme- que permita armonizar una respuesta a esta sexta ola [aunque en Euskadi han sido ya siete]. Un acuerdo interterritorial que sea operativo los próximos días o, incluso, las próximas horas. He compartido una propuesta de criterios comunes. Sugiero una batería de medidas generales de respuesta a la sexta ola con un horizonte de aplicación hasta finales de enero. Planteo también criterios específicos para el periodo navideño. Todas las propuestas son modulables y abiertas al consenso. Lo que importa, en este momento, es favorecer el máximo acuerdo”, ha enfatizado antes de enumerar su decálogo.
Todavía al final, antes de desear en euskera una feliz Navidad a todos los presentes, ha añadido: “Espero que esta conferencia tenga una vertiente resolutiva que nos permita convertir estas propuestas en decisiones operativas. Un acuerdo firme constituiría una respuesta acorde a lo que nuestra sociedad espera y necesita en un momento como el que vivimos. Este acuerdo, con unas medidas claras, proyectaría un mensaje de confianza a la sociedad. Sería, también, un estímulo para nuevos acuerdos en el Estado y las instituciones europeas ante una pandemia que incrementa su nivel de extensión y afección global. En última instancia, nuestro primer deber es preservar la salud pública y la prioridad de estas medidas es responder a este imperativo que compartimos”.
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