Una mirada a la crisis de los refugiados sin edulcorar
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Durante años presenció los intentos de entrada de personas a Europa a través de Canarias y Melilla, y cómo se les respondía con kilómetros de vallas plagadas de cuchillas, las famosas concertinas.
Al ver que estas mismas barreras se estaban instalando en Hungría, algo saltó en su interior y le hizo emprender viaje para retratar lo que ocurre. Primero acudió a Sid y Tovarnik, en la frontera serbio-croata, para luego acudir a Presevo, entre Macedonia y Serbia, y Dimitrograv, entre Serbia y Bulgaria.
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Son solo algunos de los lugares que retrata la fotoperiodista Mai Saki, afincada en Badajoz, en un proyecto fotográfico que muestra la crisis de los refugiados con toda su crudeza. Una mirada a las personas refugiadas sin edulcorantes ni filtros que está comisariada por el también fotógrafo Jorge Armestar.
Relata cómo en estos lugares se encontró “la misma desolación y desesperación de gentes que huían de una muerte segura arriesgando su vida en pateras, poniendo su destino en manos de las mafias más crueles para toparse con el rechazo y la indiferencia de Europa”. También acudió al trágicamente conocido campo de Idomei y a los puntos por donde las pateras llegan a Lesbos.
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La fotoperiodista busca financiación a través de crowdfunding para exponer sus imágenes, bajo el proyecto ‘Sin artificios ni velos’. Quiere que la muestra llegue a la Asamblea de Extremadura y a otros tanto puntos del estado.
Quiere que su cámara muestre sin tapujos la situación en la que llegan estas personas, “el trato infrahumano que se les da y el bloqueo a que se las somete sin las mínimas condiciones para sobrevivir”.
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“Sobre todo quiero que todos entendamos que esto no es ajeno a nosotros, que nos puede ocurrir a cualquiera, lo que nos debería mover a la empatía y no al rechazo”, explica, y añade: “que no se pierda de vista que estas personas tenían su vida, sus sueños, y de pronto se vieron envueltas en una guerra y una persecución tal que no dudaron en lanzarse a una aventura casi suicida para escapar.
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Que se entienda que huyen de grupos como DAESH, y se encuentran con que aquí se les trata como si fueran terroristas, cuando son víctimas“. Ya que estos refugiados no han hallado sino indiferencia y repudio por parte de los gobiernos, Mai espera que sean los ciudadanos, colaborando para que estas imágenes lleguen a la mayor parte de personas posible, los que obliguen a los dirigentes a variar de actitud. Esa es la causa para la que pide apoyo.