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La fábrica de transformadores de Malpartida se reactiva este verano tras una quita del 40% de la deuda

Imagen de las protestas antes de que cerrara la fábrica

José L. Aroca

Un grupo empresarial suizo-ucraniano, Faramax-SKRM, está a punto de hacerse con la fábrica de transformadores eléctricos Electrotécnica Extremeña (ETESA) en Malpartida de Plasencia, tras haber conseguido un acuerdo a varias bandas con los acreedores y el Juzgado de lo Mercantil –la firma está en concurso de acreedores desde hace un año- y accionistas como la familia vasca Arteta o el grupo empresarial público extremeño Avante.

Solo falta que concluya este mes y acabe el plazo legal para que alguna de las partes interesadss manifieste que se opone a esta operación, que de salir adelante supone reflotar una empresa que abrió en 2009, fue afectada por la crisis económica internacional desde el primer momento, y cerró definitivamente a finales de 2015 con sus 37 trabajadores en la calle.

“Parece que no hay nadie que vaya a oponerse”, ha declarado a eldiarioex Miguel Bernal, director general de Avante, titular del 31% de las acciones –otro 7% está en manos de Corporación Empresarial Extremeña, y el resto pertenece a la familia vasca Arteta-, y grupo público que tiene metidos en ETESA 4,8 millones de euros entre el importe de las acciones y avales dados a los inversores vascos que promovieron la sociedad.

El proyecto fue golpeado por una caída drástica internacional de inversiones a causa de la crisis, entre ellas las del sector eléctrico y ferroviario donde había una gran demanda –el AVE español por ejemplo-, y en países como Reino Unido y México.

Desde entonces la empresa ha ido de parche en parche, de expediente laboral en expediente, hasta que cerró a finales de 2015 y en marzo siguiente el Juzgado de lo Mercantil aceptó la solicitud de concurso de acreedores. “Lo más probable es que hubiera acabado en liquidación judicial, y para chatarra con lo cual casi nadie habría cobrado”.

Sin embargo, sigue Miguel Bernal, entre accionistas, comité de empresa y sindicatos, buscaron la forma de reflotar buscando en el sector nuevos inversores en Francia, Turquía o Eslovenia, para darle otro enfoque ya que la demanda de transformadores de media potencia “seguía hundida”.

Finalmente los caminos de esa alianza para buscar una salida, y de un grupo empresarial suizo-ucraniano acabaron cruzándose. Según explica Bernal, Faramax-SKRM es fundamentalmente un estudio de ingeniería que diseña transformadores, ha encargado que los fabriquen, y tiene experiencia en venderlos, por lo que les faltaba convertirse en productores propios y tras ver en Europa varias fábricas cerradas han elegido la de Malpartida por ser la más moderna.

La virtud de estos interesados según Avante es que han creado un nuevo tipo de transformador, de potencia variable –“ellos lo llaman reactor”- que a diferencia de clásicos sí tiene gran demanda internacional.

La propuesta de ese grupo, aceptada por el Juzgado de lo Mercantil dentro del concurso de acreedores, por éstos, y por los tres accionistas, es comprar ETESA con una quita del 40% de la deuda. Solo falta que llegue la fecha, finales de mes, para que se consolide el acuerdo y firme la compra.

Plan de negocio, duplicar

Avante, sigue explicando Miguel Bernal, ve bien la solución porque los nuevos dueños aportan dinero, ingeniería, cartera comercial –filiales que operan desde Suiza y Reino Unido- y un plan de negocio con producto nuevo que supone reincorporar a los 30 antiguos trabajadores que quieren seguir, además de abrir en Malpartida un departamento de ingeniería aplicada con media docena de técnicos que, por no haber en España, vienen en principio de Ucrania e India.

El plan de negocio contempla en dos años o dos años y medio duplicar facturación y plantilla ya que, además de continuar con la línea de transformadores de media potencia pero mejorada, empezarían a fabricar en este lugar de España sus primeros reactores.

Avante mantiene el valor sus activos de 4,8 millones de euros invertidos, ya que las acciones seguirán con el mismo valor aunque la obligación de recompra por parte de los nuevos dueños, que vencía dentro de dos años, se ampliaría en otros cinco más. Se van a recuperar también, agrega Bernal, los 1,8 millones incluidos en ese total de 4,8 y que eran avales dados por Avante a la familia Arteta, “con quienes hemos llegado a un acuerdo de devolución”.

Los nuevos propietarios a partir de marzo si todo sale bien, arrancan con fabricación de ingenios de media potencia, y en un año o año y medio saldría el primer reactor de potencia variable. A partir del mes que viene empiezan a reparar la maquinaria que lleva un año parada, traen otra nueva, “y en tres o cuatro meses, este verano, estarán produciendo”, confía Miguel Bernal.

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