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No desvelan donde murió envenado el lince K2

Se sospecha que el el cadáver fue movido de sitio en Valencia de las Torres

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La muerte del lince k2, envenenado utilizando como cebo un conejo con un potente veneno, sigue arrojando diversos interrogantes y ayer la Junta de Extremadura no facilitó ni un nuevo dato al respecto. Ley del silencio. En este caso, el consejero de Agricultura argumentó que estando el asunto en manos de la Guardia Civil hacer públicos los datos de donde murió el lince podría entorpecer la investigación.

Los socialistas llevaron ayer a la Asamblea una sospecha, que según su portavoz Valentín García, empieza a tomar cuerpo. El lince podría haber sido envenenado en una finca y luego el cuerpo habría sido trasladado a otra para desviar sospechas.

En realidad, no parece difícil determinar con precisión por donde se movió el felino ya que estos animales reintroducidos en Extremadura meses atrás mediante un proyecto piloto financiado con fondos europeos llevan un radiotransmisor que sitúa su situación en cada momento.

El rumor que circula ya por Valencia de las Torres, el núcleo urbano en el que apareció muerto K2, es que la muerte se habría producido en una gran finca y luego alguien habría movido el cuerpo a otros parajes.

Recuperar la unidad canina

Por otra parte, tanto socialistas como el IU reprocharon al Gobierno extremeño que sea una de las pocas comunidades en las que aún no existe una estrategia anti venenos, a pesar de las numerosas especies protegidas que habitan en la Comunidad. El consejero de Agricultura indicó que antes de que acabe el año estará elaborada esa estrategia.

También escucho críticas el consejero de Agricultura José Antonio Echávarri por haber desmontado la unidad canina de detección de venenos. La citada unidad constaba de 3 perros adiestrados en la detección de venenos en el campo y había sido adquirida por el anterior gobierno socialista. Una de las primeras medidas del Gobierno del PP fue regalar esos perros, que habían costado 12.000 euros, a la Guardia Civil de El Pardo.

Socialistas e IU exigieron ayer al Gobierno regional que pida la devolución de los tres canes y vuelva a poner en servicio esa unidad de detección de venenos para evitar algunas de las múltiples muertes por cebos que se vienen produciendo entre la fauna protegida regional.

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