El macrovertedero cada vez huele peor
La exposición permanente al gas metano tiene consecuencias nefastas para la salud. Empobrece la calidad del aire, lo que provoca enfermedades relacionadas con las vías respiratorias. El metano es uno de los gases tóxicos emitidos por los vertederos. Pero no es el único que expulsan. Hay más de diez gases nocivos para la salud que emiten este tipo de instalaciones, que además también contaminan las aguas subterráneas por lixiviación.
Los riesgos para el bienestar y la salud de las personas son evidentes. Numerosos estudios revelan que la gente que vive en las inmediaciones de estas instalaciones sufre problemas como enfermedades pulmonares, cardiacas o determinados tipos de cáncer.
Por eso, entiendo perfectamente la preocupación de los vecinos y vecinas de Salvatierra de los Barros. Hace precisamente una semana se enteraron de que a las puertas de su casa se proyecta uno de los vertederos más grandes de nuestro país. Y conocieron el proyecto, no porque las administraciones les informaran sobre el mismo, sino cuando el gobierno de Fernández Vara ya había tramitado el proyecto y lo publicaba, con opacidad y alevosía, en el DOE.
Se trata de un vertedero cuyas cifras abruman. La superficie que ocupará asciende a 89 hectáreas. Son 170 campos de fútbol. Prevé procesar casi 300.000 toneladas de residuos industriales al año. Lo que supone 40 camiones diarios durante 45 años. Esto sobrepasa, con creces, lo previsto en el Plan Regional de Residuos.
Como digo, las cifras abruman, y más si lo comparamos con los residuos industriales que generamos en Extremadura, que no superan los 40.000 al año. Esto quiere decir que 260.000, el 86,6 por ciento de los residuos industriales que procesará el vertedero, vendrán de fuera.
Nosotros estamos en contra de esta política de residuos. Es el colmo que, aquí, en Extremadura, que no tenemos los beneficios de las comunidades que están industrializadas, tengamos que gestionar sus basuras. ¿Cómo es posible que desde el gobierno de Fernández Vara se permita que Extremadura siga siendo considerada una tierra de sacrificio?
Y si los datos expuestos ya son suficientemente graves de por sí, la cosa comienza a oler peor cuanto más sabemos del macrovertedero. Las informaciones que hemos conocido, publicadas por algunos valientes medios de comunicación extremeños, que saben que esto les costará algún que otro contrato de publicidad, nos preocupan, y mucho.
Hemos sabido que un proyecto similar se intentó poner en marcha en 2018 en Jerez de los Caballeros. En ese momento, fue la ciudadanía jerezana la que lo paró, como estoy convencida que ahora lo harán los y las salvaterrenses. Entonces se supo que la empresa promotora tenía relaciones con el PSOE a través de la empresa pública Extraval, y oh sorpresa, cuando nos enteramos que ahora, al parecer, también las tiene.
Según lo que ha publicado la Cadena Cope, Manuel Romero Calzado, hermano de David Romero Calzado, ex presidente de Extraval, estuvo detrás del proyecto de Jerez de los Caballeros, y en la actualidad ocupa un sillón en el consejo de administración de la empresa promotora del macrovertedero en Salvatierra de los Barros.
Pero es que aún hay más. El actual alcalde de Salvatierra, que ha paseado a los promotores del vertedero por el pueblo, a pesar de que ahora, después de constatar la oposición ciudadana, se opone al mismo, fue la mano derecha de David Romero Calzado en Extraval. ¿Casualidad? Juzguen ustedes mismos.
Todo huele muy mal en relación a este macrovertedero. Un megaproyecto que se le habrá olvidado anunciar al presidente de la Junta, y eso que, últimamente, se dedica casi en exclusiva a poner alfombras rojas a las grandes empresas y a contarnos las grandes instalaciones que vendrán a Extremadura. Como digo, se le habrá olvidado o, más bien, lo ha escondido a propósito, porque es consciente de que este no es un proyecto de futuro para nuestra tierra.
Si tan desesperado está el presidente Fernández Vara con traer grandes empresas a Extremadura como para convertirnos en el estercolero de España y arriesgar la salud de los salvaterrenses, es que su modelo de región está muy alejado de las potencialidades que tiene nuestra tierra. ¡Basta ya de propuestas derrotistas que nos condenan a seguir siendo una tierra de sacrificio!
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