Colectivos culturales de Cáceres se quedan sin subvenciones directas, pero las cofradías mantienen el privilegio

Los presupuestos que acaban de aprobarse en el Ayuntamiento de Cáceres traen como novedad el final de las subvenciones nominativas que en torno a una veintena de colectivos culturales recibían de manera directa. No para todos, porque las cofradías seguirán recibiendo directamente 30.000 euros, junto con otras entidades deportivas.

Las cuentas municipales del equipo de Gobierno del PP, en minoría, salieron adelante con la abstención del PSOE y los votos en contra de Podemos y C`s.

La medida que deja a las cofradías exentas de acudir a la concurrencia competitiva no ha sentado nada bien entre algunos colectivos laicos y entidades culturales que llenan de contenidos la agenda de la ciudad de Cáceres. Unas entidades que sí tendrán que hacerlo.

No comparten que puedan estar exentas por el hecho de que la Semana Santa haya sido declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, y recuerdan por ejemplo que la ciudad, que se quedó a las puertas de ser Capital Europea de la Cultura, mueve una gran cantidad de propuestas en torno a las artes, la música y otras muchas propuestas.

Varias asociaciones culturales y ONG han trasladado a este diario su malestar, en lo que entienden un “privilegio” que no se adecúa a los tiempos actuales. No por el hecho de que tener que competir, porque esto puede permitir a nuevos colectivos disfrutar de dinero público, sino porque ellos competirán mientras que las cofradías no.

Entre las entidades que llenan de contenido la ciudad, el Ateneo de Cáceres. Con 12 años de historia no recibe subvenciones municipales y tiene 500 socios. Mantiene abierta una sede en un edificio del siglo XVI y hace actividades de lunes a viernes.

Víctor Casco, miembro del Ateneo, explica que este espacio abre el mundo de la filosofía y las artes a toda la ciudadanía. El pensamiento escéptico, la astronomía o el teatro, la reflexión ética y moral. Acerca conceptos de la historia a mayores que no han tenido acceso a la educación de pequeños, y que ahora han adquirido un excelente nivel de conocimientos. Pese a todo esto, se mantienen gracias a las cuotas de los socios, sin más.

Se pregunta Víctor Casco si es ecuánime que el Ateneo, o las decenas de colectivos culturales, tengan que concurrir a un procedimiento competitivo mientras que las cofradías no. Entiende de hecho que es un “privilegio directo” que en otras sociedades no se entendería. “Un privilegio absoluto y un palo para la gente que promueve la cultura y las ciencias en esta ciudad”.

En este sentido plantea otra cuestión: el hecho de que las asociaciones culturales tienen que competir entre ellas puede hacer que sean las más grandes o fuertes --aquellas que tienen más personal o incluso a personas liberadas formulando proyectos-- las que se llevarán el dinero. Lo harán en detrimento de pequeñas entidades que tienen una acción más modesta, pero no por ello menos importante a la hora de dinamizar los barrios y a la ciudadanía, según comenta.

“Queremos saber cuánto cuesta la Semana Santa”

Cáceres Laica es una asociación que no ha logrado hasta ahora la declaración de entidad de interés cultural, y sigue apareciendo en el registro en el apartado de “otros”. “Nos sorprende que la administración nos catalogue de esta manera, cuando defendemos la libertad de conciencia, justo el principio en el que se basa el germen de la cultura occidental”, critica Mila Carrero, miembro de esta asociación, que tampoco recibe ayudas municipales.

Critica además el “oscurantismo y la arbitrariedad” en la concesión de subvenciones. Reclama conocer el coste real que supone para las arcas municipales la celebración de la Semana Santa.

Comenta aquí la portavoz que uno de los argumentos utilizados es que la Semana Santa --de Interés Turístico Internacional-- es una inversión. Entendide que esta inversión supera las subvenciones directas, porque hay que añadir toda la atención de limpieza, cortes de tráfico o importantes despliegues policiales. Por ello aboga por saber los detalles del capítulo de gastos y el de beneficios, al igual que se le exige a otras empresas, comenta.

“Es difícil explicar a alguien que no sea de aquí que, dependiendo de en qué asociación estés, o de quién gobierne en el ayuntamiento, puedes llevarte dinero o no. Con una subvención directa, nominativa, o no”, lamenta.